Integrantes de la comunidad mormona huyen de La Mora luego del ataque a la familia LeBarón

Tras la masacre del lunes en la que tres mujeres y seis menores fueron acribillados y calcinados en Bavispe, Sonora, la comunidad ya no se siente tranquila

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Habitantes de La Mora creen
Habitantes de La Mora creen que el lugar se convertirá en pueblo fantasma tras masacre

Entre los residentes de La Mora, en donde habita la comunidad mormona a la que pertenecían algunas de las nueve víctimas de la masacre del lunes, existe temor y se percibe una tensión absoluta. Muchos de los habitantes del lugar se irán lo que lo convertirá en un “pueblo fantasma”.

La localidad de alrededor de 300 habitantes llora a sus muertos durante los funerales que iniciaron este jueves y concluyeron este viernes.

“Muchas personas se van a ir”, cree Steven Langford, exalcalde de la comunidad y hermano de una de las víctimas, Cristina. “Este lugar se va a convertir en un pueblo fantasma”, indicó a la cadena Telemundo.

La población aumentó en cientos tras la llegada de familiares y amigos de las familias LeBarón y Langford, pertenecientes a esta comunidad mormona que reside desde principios del siglo XX en esta zona del norte de México, cerca de la frontera con Estados Unidos.

La comunidad mormona de La
La comunidad mormona de La Mora está integrada por más de 300 habitantes (Foto: Reuters/Carlos Jasso)

El temor provocado por los ataques se mantiene presente al interior de la comunidad. "No me siento seguro aquí, y no me sentiré, porque la verdad es que no estamos seguros aquí como comunidad”, aseguró David Langford entre lágrimas, durante el funeral de su esposa, Dawna Ray Langford.

El ambiente en La Mora es de tensión absoluta, más ahora cuando el poblado está resguardado por fuerzas federales y estatales, una medida que tomó el gobierno para proteger a los residentes y a los cientos de personas que llegaron desde otros puntos del país y de Estados Unidos para asistir a los funerales.

"Estamos aquí en las montañas, no tenemos acceso a las autoridades, o muy, muy poco”, se quejó David Langford, citado por Telemundo.

Los sepelios fueron custodiados por soldados mexicanos en medio del territorio que se disputan los cárteles de Juárez y de Sinaloa a través de sus brazos armados La Línea y Los Salazar.

Ubicación de La Mora, Chihuahua
Ubicación de La Mora, Chihuahua (Foto: captura de pantalla Google Maps)

El ataque se produjo en momentos en que integrantes de las familias LeBarón y Langford se trasladaban desde La Mora, en Sonora, hasta la Colonia LeBarón, en el estado de Chihuahua. Tres vehículos fueron acribillados con más de 200 disparos, los que causaron la muerte de tres mujeres y de seis menores. Otros siete niños se salvaron y pudieron huir del lugar para buscar ayuda.

Entre los habitantes, muchos de los cuales tienen doble nacionalidad: mexicana y estadounidense no se habla de venganza, sino de justicia.

“Dios se encargará de los malvados”, señaló Jay Ray Langford, padre de Dawna, una de las mujeres asesinadas.

Por su parte, David Langford dijo que su esposa era una heroína por decirles a sus hijos que se escondieran mientras su vehículo era atacado. “Me resulta difícil perdonar”, puntualizó. “Generalmente soy un hombre muy misericordioso, pero este tipo de atrocidades no tienen cabida en una comunidad civilizada. Mis hijos fueron asesinados de manera brutal, brutal y mi amada esposa”, agregó en medio de lágrimas.

Funerales de al menos tres
Funerales de al menos tres integrantes de la familia LeBarón (Foto: Reuters)

El gobierno federal maneja la hipotesis de que sicarios del Cártel de Juárez montaron la emboscada y que confundieron a las mujeres y niños con integrantes del grupo rival, debido a que las víctimas viajaban en camionetas similares de las utilizadas por la banda de Los Salazar.

Sin embargo, Julián LeBarón, cuyo hermano Benjamín fue asesinado por sicarios de un cártel en 2009, rechazó esa versión. “Tenían que saber que eran mujeres y niños”, dijo agregando que los menores que sobrevivieron contaron que una de las madres salió de su camioneta con las manos en alto y aun así fue baleada.

“Hemos platicado con varios; dicen que se van”, confesó Dave LeBarón, cerca de los ataúdes. “Desde antes que pasara esto, dado que ha habido muchas amenazas aquí. Estamos pensando que al menos la mitad de la gente que vive aquí se va”, agregó.

Adrián LeBarón, padre de Rhonita Maria Miller, una de las víctimas, y abuelo de 5 de los 9 muertos de la masacre también rechazó la posibilidad planteada por el secretario de Seguridad Pública, Alfonso Durazo, de que los asesinatos de sus parientes haya sido producto de una equivocación entre bandas rivales.

Dijo que habían recibido amenazas. “Y sí recibimos llamadas hasta del crimen organizado de que no andemos de chismosos y que ya no nos iban a molestar, y ahora nos acribillaron a 3 familias".

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