Masacre de los LeBarón: las contradicciones de la versión que el gobierno de AMLO quiere instalar

La versión oficial deja dudas sobre cómo fue que tres camionetas ocupadas por mujeres y niños fueron confundidas con un convoy de sicarios, quienes generalmente están armados y con chalecos antibalas.

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(Ilustración: Infobae, Jovani Silva)
(Ilustración: Infobae, Jovani Silva)

Como todos los crímenes en México, la información sobre los hechos de la masacre a la familia LeBarón —donde murieron tres mujeres y seis menores— es inversamente proporcional a la confusión y las múltiples versiones que se han conocido en menos de una semana.

El primero que dio la voz de alarma de lo sucedido fue el conocido activista, Julián LeBarón, quien dijo que el crimen se produjo cuando los miembros de la comunidad mormona fueron emboscados en una carretera entre Chihuahua y Sonora por hombres armados, el pasado 4 de noviembre.

Según la versión del activista, quince miembros del clan LeBarón viajaban en tres camionetas tipo SUV, que conducían Rhonita María Miller, acompañada por sus cuatro hijos; Dawna LeBarón y sus siete pequeños; y Christina Langford con su bebé.

El convoy se trasladaba de Galeana, Chihuahua a Bavispe, Sonora, cuando una de las unidades —donde se desplazaba Rhonita — sufrió un pinchazo, por lo que espero en el camino a que las otras consiguieran un repuesto.

(Infocómic: Jovani Silva, Infobae)
(Infocómic: Jovani Silva, Infobae)

Al parecer, fue durante la espera cuando se inició el ataque. Las primeras versiones de la familia indicaron que Rhonita y sus hijos fueron baleados por sicarios que irrumpieron en el sitio y luego provocaron un incendio, donde fallecieron todos los pasajeros de la camioneta.

Una hora y 20 minutos después, Dawna y Christina se aproximaron al lugar cuando vieron el incendio. Las mujeres avanzaron 18 kilómetros en busca de ayuda, no obstante, fueron atacadas por el mismo grupo de sicarios.

El testimonio de uno de los menores que presenció la masacre, reveló que Christina bajó del auto, miró a sus agresores y con las manos en alto les dijo que sólo eran mujeres y niños". Aun así, los sicarios le dispararon en el pecho.

La acometida de los criminales dejó un saldo de nueve personas muertas y seis sobrevivientes, quienes huyeron del lugar.

El rancho La Mora —donde vivía la familia LeBarón —se localiza a 15 kilómetros del lugar del incidente, por lo que desde ahí, Julián pudo ver que una de las camionetas se estaba incendiando.

La versión oficial, sin embargo, deja dudas sobre cómo fue que tres camionetas ocupadas por mujeres y niños fueron confundidas con un convoy de sicarios, quienes generalmente están armados y con chalecos antibalas.

Nueve personas de la familia
Nueve personas de la familia LeBarón fueron víctimas de un ataque armado (Foto: Cuartoscuro)

El Ejército mexicano atribuyó a un enfrentamiento entre los cárteles de La Línea y Los Salazar el asesinato de nueve miembros de la familia LeBarón. Según el general Homero Mendoza esa es la principal línea de investigación, además señaló que hay varios datos para sostener su hipótesis.

El principal es que el día anterior al asesinato hubo un fuego cruzado entre los dos cárteles en la ciudad de Agua Prieta, Sonora, que dejó un muerto y un herido de bala, por lo que la célula de La Línea se movilizó en la zona de la sierra para frenar cualquier entrada de Los Salazar y confundió a las tres camionetas en las que viajaban los LeBarón.

Al presentar una línea del tiempo, el general aseguró que las tres unidades salieron del rancho La Mora, pero en horarios diferentes, por lo que las agresiones fueron por separado.

El primer ataque ocurrió a las 09:40 horas en un punto cercano a La Mora, donde una camioneta Tahoe se incendió por los disparos que recibió. Ahí murieron una mujer y cuatro menores.

La segunda camioneta Suburban, en la que viajaban una mujer y sus siete hijos, fue acribillada. En el hecho fallecieron dos niños y la conductora.

 La versión oficial deja
La versión oficial deja dudas sobre cómo fue posible confundir camionetas ocupadas con mujeres y niños con unas unidades usadas por sicarios (Foto: AP/Christian Chavez)

La última ofensiva se suscitó minutos después, cuando perdió la vida una mujer. Se presume que los criminales dejaron ir a los menores luego del ataque.

En el lugar de la masacre, un paraje serrano entre Chihuahua y Sonora, se recogieron más de 200 cartuchos de M16 y R15 de fabricación norteamericana.

Para la comunidad mormona, no se trató de ninguna confusión, pues incluso una de las mujeres que descendió de su vehículo para impedir la matanza, fue tiroteada.

“Toda la familia quiere saber exactamente quiénes eran (los atacantes) y por qué lo hicieron y no queremos que ellos (el gobierno) manipulen los hechos y no queremos mentiras”, reclamó Julián LeBarón. Según destacó, fueron los familiares los primeros en llegar a la escena antes que los fiscales locales. “(Funcionarios del gobierno) salieron a decir que ellos estaban en medio de un fuego cruzado, pero ni siquiera tienen los hechos de lo que sucedió”, añadió.

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