Poco a poco se han dado a conocer más detalles de la masacre ocurrida a la familia LeBarón en la cual fueron asesinadas nueve personas, seis eran niños. Algunos menores lograron escapar corriendo y una sobreviviente más, una bebé de siete meses, salvó su vida de milagro cuando instantes antes de la ráfaga de balas, su madre la abrazó y la escondió en el piso de la camioneta; mientras alzaba las manos para pedir que no mataran a los niños.
En la emboscada, los proyectiles alcanzaron primero al vehículo donde viajaba Rhonita Maria Miller, de 30 años y su hijos, Howard Jacob Miller (12 años), Krystal Bellaine Miller (diez años) y los gemelos Titus Alvin Miller y Tiana Gricel Miller (ocho meses), los acribillaron. Se cree que las balas alcanzaron el tanque de gasolina, ya que en minutos el auto y sus ocupantes se incendiaron masivamente, todo en su interior quedó calcinado. Al parecer uno de los niños intentó salir ya que la puerta se encontró abierta y parte de sus restos afuera del vehículo, detalló una de sus familiares, Kendra Miller en Facebook.
Segundos después de atacar a Rhonita y sus hijos, los sicarios fueron por los otros autos donde viajaban Christina, Dawna Langford y los hijos de ambas. Christina Marie Langford Johnson escondió a su bebé de siete meses Faith Marie Johnson en el piso del auto y salió del auto con las manos arriba para pedir clemencia para los niños, pero sin piedad le dispararon en el pecho, al igual que a Dawna Ray Langford, (43 años).
En esos segundos, algunos de los niños lograron bajar de la camioneta por instinto y corrieron tan rápido como pudieron, uno de los mayores, Devin (13 años), logró esconderlos entre unos matorrales y se dirigió al rancho de sus familiares para pedir ayuda, eran al menos 15 kilómetros, más de cinco horas de distancia caminando a pie.
Entre el pánico y la incertidumbre Mackenzie, de nueve años, decidió ir al rancho también a pedir ayuda ya que el chico no regresaba, su madre Dawna y dos de sus hermanos estaban muertos y ella estaba herida de una brazo, pero aún así quería conseguir ayuda para los otros niños que estaban heridos de bala y sangrando, sin embargo se perdió, a las 21:30 hrs. fue hallada con vida, deambulando por la zona.
“Es heroico lo que hicieron los niños, los mayores cargaron a los menores heridos y como pudieron se acercaron al rancho de La Mora, que está a cinco horas del lugar de donde fueron emboscados, El pequeño hijo de Dawna de un año tiene un disparo en el pecho, otro tiene un disparo en la mandíbula, algunos más en los brazos”, relató Julián LeBarón con Aristegui.
“Yo mismo encontré a Faith, estaba en el piso de la camioneta, estuvo casi once horas sola ahí. No lloraba, cuando la alcé abrió los ojos, estaba deshidrataba pero ilesa a pesar de que la camioneta estaba toda llena de balas”, abundó Julián sobre la pequeña hija de Christina de siete meses.
Cuando sus familiares llegaron a la zona encontraron la dantesca escena, a los niños heridos de bala y varios muertos. Los pequeños fueron hospitalizados en Estados Unidos.
Habían salido de EEUU
La familia LeBarón es un grupo que tras ser expulsado de Estados Unidos, fue acogido en México. Sus orígenes se remontan a Ervil Morrell LeBarón, quien fue dirigente de un grupo fundamentalista mormón.
Tras su llegada a tierra azteca, alrededor de 1924, fundaron la colonia LeBarón, localizada en la zona noroeste del estado de Chihuahua. En 2009, esta comunidad volvió a aparecer en la prensa nacional por un caso de homicidio.
El 2 de mayo de 2009, Érick LeBarón fue secuestrado en la comunidad mormona de Chihuahua. Los captores del joven de 16 años exigían un rescate de un millón de dólares, lo que ocasionó que Benjamín, su hermano mayor, se organizara para exigir a las autoridades que fuera rescatado sin pagar por su liberación.
El 9 de mayo Erick fue liberado y encontrado en un cerro del municipio de Valle de Zaragoza, sin lesiones. Sin embargo, la madrugada del 7 de julio de 2009, un grupo de 17 sicarios entró a la vivienda de Benjamín, destruyendo su casa y aterrorizando a su familia.
Cuando su cuñado Luis fue a ayudarle, se los llevaron a los dos, los hincaron y les dispararon a quemarropa cuatro veces en la cabeza. Las investigaciones de la autoridad ministerial revelaron que los homicidios de Benjamín y Luis fueron represalias de los secuestradores.
Así fue como empezó el activismo de Julián LeBarón, encabezando un movimiento contra el secuestro en Chihuahua. En 2011, conmovido por el asesinato de Juan Francisco, el hijo de Javier Sicilia, Julián, determinó unirse al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad para luchar contra la violencia relacionada con el narcotráfico.
En 2012 anunció su separación del grupo, al considerar que el poeta Sicilia utilizó al movimiento para convertirse en interlocutor del gobierno. “El movimiento [por la Paz] ha querido que los políticos nos resuelvan las cosas y no creo que el gobierno nos pueda traer la paz”, argumentó LeBarón en una entrevista con la cadena de televisión CNN.
“Yo creo que el gobierno no puede solucionar el problema, es imposible, somos 115 millones y tenemos el 98% de impunidad. La única forma en que creo yo que se puede hacer es que los ciudadanos acepten su responsabilidad”, agregó.
La familia es reconocida por su incursión en la política y su respaldo a los campesinos. De acuerdo con medios de Chihuahua, el actual representante de la comunidad es Joel LeBarón, quien cuenta con protección especial del gobierno federal.
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