A unos 25 metros de profundidad, en la cueva inundada de Xoc, al norte de Mérida, un grupo de científicos descubrió restos fósiles de uno de los depredadores más grandes y letales de la historia, extinto hace millones de años: el megalodón.
Según explicó a Noticieros Televisa Kay Vilchis, experto del Círculo Espeleológico del Mayab, durante la expedición encontraron cinco piezas dentales de megalodones que vivieron en las costas de México durante el Mioceno y el Plioceno. Es decir, son fósiles que datan de entre 2.6 y 23 millones de años.
Para llegar hasta la cueva de Xoc, que fue descubierta en 2017, el equipo descendió 25 metros y avanzó después otros 620 metros en línea, utilizando cuerdas y tanques adicionales como medidas de seguridad.
“Este sistema a fin de cuentas eso es, ríos subterráneos que forman cuencas”, explicó Sayda Melina Rodríguez, secretaria de Desarrollo Sustentable del gobierno de Yucatán.
En la galería hallaron además otros nueve fósiles de dos especies más de tiburón: Mako, y Sierra; y recuperaron también restos óseos de un joven que perteneció a la civilización maya. Estos están siendo analizados por los expertos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) para poder concretar la época en la que vivió, así como su sexo y edad.
“Estamos en eso, estamos analizando y cuando tengamos mayores datos podemos informar”, explicó a la cadena de televisión mexicana el delegado del INAH en Yucatán, Eduardo López Calzada.
La Península de Yucatán en la que se ubica la cueva de Xoc, estuvo sumergida varias veces en el pasado. Se calcula que emergió hace unos 11 mil años, y los fósiles de algunos animales ya extintos aparecieron incrustados en las rocas de sus cenotes y cuencas subterráneas.
Así era el megalodón
Primo del tiburón blanco, el megalodón es uno de los depredadores más grandes que ha existido en la Tierra. Extinto hace 2,6 millones de años, este mamífero acuático podía alcanzar los 20 metros de largo y pesar hasta 103 toneladas.
Según explicó en declaraciones a la BBC Catalina Pimiento, investigadora de la Universidad de Swansea (Reino Unido) y experta en megalodones, es probable que vivieran a no más de 200 metros de profundidad. Y a pesar de su gran evergadura, no debía ser un depredador muy ágil.
“En tierra, por ejemplo, todos los animales más grandes son herbívoros... Si eres tan grande, entonces necesitas comer muchas presas y cazar mucho para encontrar tanta comida”, contó la doctora. “Si tuviera que adivinar, no pensaría que era un depredador ágil. Incluso podría haber sido más un carroñero”, añadió.
Todo lo que se conoce hoy en día sobre el megalodón se sabe en gran parte gracias al análisis de sus restos dentales. Los incisivos más grandes se han encontrado en aguas de California y Chile.
Sobre su extinción, los expertos barajan distintas teorías, pero la más extendida defiende que su desaparición se debió al cambio climático.
“Hay varias teorías sobre la causa”, explicó el biólogo marino español Pedro José Pascual al diario El Mundo. “La que más se menciona es debido a un cambio climático. Hubo una gran glaciación que llegó a la Península y cambiaron las pautas de migración de las ballenas, que se concentraron más en las zonas polares. Parece que el megalodón no se adaptó bien a los cambios”.
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