La última ocasión en que el gobierno reveló el nombre de un marino implicado en un operativo contra el narcotráfico, su familia sufrió las consecuencias. Si bien Melquisedec Angulo Córdova murió durante el enfrentamiento, su madre, sus dos hermanos y una tía fueron víctimas de una narcovenganza.
En diciembre de 2009, las Fuerzas Armadas realizaron un operativo en el lujoso fraccionamiento de Punta Vista Hermosa, en Cuernavaca, Morelos, cuyo objetivo era la detención de Arturo Beltrán Leyva, líder del Cártel de los Beltrán Leyva. Sin embargo, en el lugar murieron tanto el narcotraficante como Angulo Córdova.
Por ello, la Marina Armada de México decidió sepultar al elemento abatido en combate con honores militares y fue a partir de esa acción que se reveló su nombre, además que la ceremonia ser realizaría en Tabasco, estado del que era oriundo.
Pero esa decisión le llevó fatídicas consecuencias a la familia, pues horas después del sepelio, tres camionetas no identificadas atacaron la casa del marino, ubicada a dos kilómetros de la cabecera municipal de Paraíso, Tabasco, en donde murieron la madre, dos hermanos y una tía de Melquisedec Angulo Córdova.
De acuerdo con las investigaciones realizadas en aquel momento, el responsable del asesinato de la familia del marino fue Santos Ramírez Morales, “El santo sapo”, jefe de Los Zetas en Tabasco, y quien sería capturado por elementos del Ejército Nacional un par de años más tarde, el 24 de noviembre de 2011.
Angulo Córdova murió a los 30 años, poseía el rango de tercer maestre de las Fuerzas Armadas y era parte de una unidad de élite que combatía a los grupos criminales. Después de que se diera a conocer el asesinato de su familia en Tabasco, el entonces presidente, Felipe Calderón, condenó el ataque públicamente: “Es un acto cobarde y deleznable”.
Las fotografías que motivaron la narcovenganza
Después de la muerte de Arturo Beltrán Leyva, el diario de circulación nacional Reforma, publicó un par de fotografías en las que aparecía el cadáver del capo. En una de ellas se le puede ver tendido sobre una sábana blanca con los pantalones abajo y cubierto por una mortaja de billetes de pesos y dólares ensangrentados.
Esa no fue la única foto mostrada en los medios. En la segunda imagen que se difundió, Beltrán Leyva yacía sobre el suelo, con los pantalones a la misma altura, pero en ese encuadre se le podía ver detrás de una pared salpicada de sangre.
Estas imágenes fueron filtradas al diario Reforma por elementos de la Secretaría de Marina y podrían ser consideradas como el motivo de la narcovenganza hacia la familia de Melquisedec Angulo Córdova, de quien se propagó su información personal.
Las explicaciones del periódico a la difusión de esas fotografías estaban relacionadas con que el capo había sido expuesto de tal forma para “mandar un mensaje”, no obstante, la Secretaría de la Marina rechazó esa interpretación.
“Se niega categóricamente cualquier participación en ese montaje, en esa fotografía. No tenemos absolutamente nada que ver. No permitiríamos nosotros en ningún momento que se llevara a cabo la exposición de un cadáver de esa forma”, dijo de manera anónima un capitán de la Armada al diario Reforma.
Tiempo después también se reprodujeron otro tipo de imágenes del operativo en Cuernavaca, aunque estas mostraban el pomposo conjunto residencial en donde residía el ex líder del Cártel de Sinaloa.
En todas ellas se podían ver las paredes acicaladas llenas de agujeros de balas, así como los muebles de piel y el piso de mármol cubiertos de sangre derramada por el narcotraficante aquella tarde del 16 de diciembre de 2009.
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