Del “colgó los tenis” al “se petateó”: las formas del mexicano para referirse a la muerte

La picardía mexicana ha construido decenas de frases para referirse al fallecimiento de una persona

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La relación de los mexicanos
La relación de los mexicanos con la muerte está llena de vida (Foto: Cuartoscuro)

La relación que tenemos los mexicanos con la muerte es peculiar. Mientras en el resto de los países del mundo es un tema que causa dolor y podría propiciar un luto perpetuo, en el país latinoamericano existe un culto a la muerte en el que se mezclan costumbres prehispánicas y de la religión católica.

El Día de Muertos es una fiesta y como tal, se celebra a los espíritus. Las ceremonias realizadas representan un encuentro entre la comunidad y esas personas que ya marcharon. Es una fecha de alegría, pues se considera que los difuntos regresan a nuestro mundo y por escasos días, están entre nosotros, aunque no los veamos.

Así pues, la relación de los mexicanos con la muerte está llena de vida. Como elaboración simbólica ligada a la religión, se concibe como el destino final, algo que no se puede remediar. En cambio, el culto a los muertos nos ayuda a conservar nuestra identidad, el vínculo con la familia e incluso con nuestra etnia.

(Foto: Archivo)
(Foto: Archivo)

El mexicano tiene una irreverencia hacia la muerte que se refleja no sólo en las famosas calaveritas mexicanas (tradición literaria) sino en las propias expresiones que usamos para referirnos a los difuntos. Aquí una lista con las frases más comunes:

-Expiró su último aliento

-Descansa en paz

-Colgó los tenis

-Se lo cargó el payaso

-Estiró la pata

-Ya se fue pal’ otro lado

-Ya no va a volver

-Se nos adelantó en el camino

-Se fue con Diosito

-Se fue hasta allá al cielo

-Se fue al otro mundo

-Se peló

-Se le acabó el corrido

(Foto: EFE)
(Foto: EFE)

-Se fue con el divino creador

-Se le acabó el 20

-Se lo llevó el tren

-Pasó a mejor vida

-Ya lo guardaron en el estuche

-Ya lo cafetearon

-Ya felpó

-Valió chiripa pelas

-Ya se fumó

-Se llamaba

-Se lo llevó Pifas

-Ya bailó las calmadas

-Pasó a mejor vida

-Chupó faros

-Se petateó

-Se lo llevó la huesuda

-Ya mascó mecate

(Foto: Cuartoscuro)
(Foto: Cuartoscuro)

-Se puso la pijama de madera

-Se fue de minero

-Está tres metro bajo tierra

-Chifló a su mauser

-Ya ve las flores por las raíces

-Entregó el equipo

-Entregó las botas

-Vio la luz al final del túnel

-Lo chupó la bruja

-Lo fueron a sembrar al monte santo

-Peló gallo

-Dios lo necesitaba allá en el cielo

-Dios lo llamó a su lado

-Tan tan

Una vieja tradición

(Foto: Archivo)
(Foto: Archivo)

El Día de Muertos se tiene como costumbre visitar la tumba de los difuntos. Muchas personas ponen sus ofrendas en los panteones. La cercanía física con los restos del difunto en esta fecha se ha vuelto el centro de prácticas como la del pueblo de San Andrés Mixquic, en la alcaldía Tlahuác, donde cada año se realiza “La Alumbrada”, un espectáculo donde las gran cantidad de velas ilumina el camino de los muertos que volverán a ese lugar a disfrutar las ofrendas de sus seres queridos.

Otra costumbre extendida para conmemorar la fecha son las ofrendas a los difuntos. Tanto los altares europeos como los de las culturas prehispánicas se colocaban para honrar a aquellos seres queridos que ya no se encontraban en el mundo terrenal. Sin embargo, las ofrendas que se realizan hoy en día tienen características de ambas tradiciones, pues estas evolucionaron en manera conjunta hasta las que tenemos hoy en día. Es posible encontrar elementos de ambas culturas.

Así podemos encontrar ofrendas con tres niveles que representan la iglesia terrenal, la iglesia purgante y la iglesia celestial, las cruces, las veladoras. También es posible reconocer el incienso, la flor de cempasúchil, las calaveras, el copal, el petate, la comida y el arco de flores que representaba la entrada al inframundo en culturas prehispánicas.

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