Hace casi dos semanas del fracaso operativo para detener a Ovidio Guzmán López en Culiacán. Durante horas, esta ciudad situada al norte de México estuvo tomada por miembros del Cártel de Sinaloa. Explosiones, metralletas, toques de queda y el rastro de sangre que dejó la docena de muertos a lo largos de las aceras. A este escenario se suma el terror de la población, quienes se resguardaron por más de ocho horas de la balacera.
Niños fueron testigos del terror en Culiacán. Cuando iniciaron los enfrentamientos, muchos de ellos estaban en las calles junto a sus padres. En consecuencia, se vieron obligados a esconderse en el primer sitio que encontraron: supermercados, farmacias, casas de desconocidos e incluso en los vehículos.
“¿Papá ya nos podemos parar? no hijos, aquí quédense". Con esta simple frase un video reveló el miedo que vivió toda una ciudad cuando los comandos desataron la balacera. El padre de familia protegía a sus hijos ante las detonaciones. Junto a ellos, al menos una decena de personas que también se habían bajado de sus automóviles con la esperanza de salir ilesos, se acurrucaban y abrazaban los unos a los otros.
La violencia de esa tarde no solo ha quedado registraba en fotografías y grabaciones caseras, está grabada en la memoria de todos aquellos que viven en Culiacán. Prueba de ello son la serie de dibujos que presentaron 11 niños de la localidad, donde plasmaron cómo percibieron ellos el suceso.
Soldados contra sicarios, sangre, balas y muertos, estas son algunas de las cosas que los menores representaron en sus dibujos. En cada ejemplar hay una constante: la presencia de armas de fuego.
Juan Martín Mota, poblador de la ciudad sinaloense, se encargó de recopilar los dibujos. El diseñador tiene un hijo de siete años de edad que asiste a una de las primeras que está en la zona donde se registró uno de los choques más violentos: el sector de Tres Ríos.
Fue por su hijo que Martín le propuso a sus compañeros plasmar la vivencia de los menores en papel. En entrevista para Televisa, explicó que le “hubiera gustado que participaran más niños pues es tener una visión más grande. Pero en este caso fue un grupo de 11 niños los que nos hicieron el favor de mandar los dibujos donde expresan la balacera."
Muchos niños tuvieron que dormir en el lugar donde los encontró la balacera por miedo a que una bala acabara con sus vidas. Las grabaciones compartidas en redes sociales dejan ver a familias desesperadas que corren a la primera casa que encuentran. “Ayúdame con los niños”, grita una mujer en una de ellas. Una voz externa le contesta “métanse aquí”.
La escena se repitió una y otra vez. Sin embargo, los infantes son un sector que hasta el momento no había sido visibilizado. Con estos dibujos, Mota y sus colegas esperan que las autoridades atiendan a todo aquellos que han quedado con secuelas tras la balacera desata el 17 de octubre.
“En este caso fue lo que tratamos de expresar es qué sintieron ellos en ese momento, qué necesitan en su defecto. Porque desgraciadamente esta es una realidad que podría volverse a dar”, recalcó. Su preocupación no es menor, la demostración de poder del Cártel de Sinaloa paralizó una ciudad por más de 24 horas, como si se estuviera realmente en una zona de guerra.
Una ciudad con 850.000 habitantes se vio obligada a esconderse y a esperar. Con disparos y explosiones cubriendo la ciudad, con personas muertas tiradas sobre el pavimento por 20 horas esperando a que los peritos los recogieran. Con el olor a gasolina penetrando en sus hogares a causa del confrontamiento del gobierno federal con el narcotráfico.
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