En Celaya, Guanajuato no existe mediano o pequeño empresario de la ciudad que no sea víctima de las extorsiones del Cártel de Santa Rosa de Lima, liderado por José Antonio Yépez Ortiz, alias “El Marro”.
El lanzamiento del plan federal del combate al huachicol en enero, hizo que la célula criminal comenzara a robar cajeros o cobrar derecho de piso para no reducir las ganancias que obtenía por el robo de combustible.
Empezaron por las tortillerías, pero la extorsión se extendió a los restauranteros y hoteleros de la ciudad. Los dueños de los negocios, atestiguaron que las extorsiones inician a través un mensaje escrito en un papel, donde les piden que se comuniquen a número de celular.
Al hablar, supuestos miembros del Cártel de Santa Rosa de Lima les advierten que la segunda vez que se presenten, será para cobrar.
Según los hoteleros de Celaya, mensualmente tienen que pagar 2,500 pesos a los extorsionadores. “Los sicarios te infunden tanto temor, que terminas haciendo los depósitos que te piden”, señaló Alberto Madrid a Noticieros Televisa.
Los huéspedes de los hoteles también forman parte del eslabón de víctimas del Cártel de Santa Rosa de Lima. Éstos son extorsionados a través de llamadas, donde los sicarios fingen ser representante de agencias de viajes.
Las autoridades informaron que quienes extorsionan a toda clase de comercios, fungían como halcones de la célula del Marro, en el Triángulo del huachicol en Guanajuato.
Pese a la presencia de la Guardia Nacional, los empresarios y comerciantes consideran que la situación ha rebasado a las autoridades municipales y estatales, algunas, dicen, coludidas con el crimen organizado.
Para la presidenta municipal de Celaya, Evira Paniagua, la situación compleja en materia de seguridad es una consecuencia de la intervención del gobierno federal para terminar con el huachicoleo.
Entre las secuelas del plan de combate se encuentran las amenazas contra el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, en febrero pasado, cuando fue desplegada una manta con una amenaza en su contra.
“Ahí te dejo un regalito en mi refinería”, decía la advertencia junto a un artefacto explosivo en la ciudad de Salamanca, Guanajuato. El mensaje fue firmado por el Cártel de Santa Rosa de Lima.
Desde hace un par de años, dicha célula criminal mantiene una disputa con el Cártel de Jalisco Nueva Generación por el robo de combustible en Guanajuato, una de las entidades más peligrosas de México.
Aunque no se trata de una organización gigantesca, sí lo es en el plano de lo local. Su líder, José Antonio “El Marro” Yépez, perteneció al cártel de Los Zetas, el cual al haberse fragmentado optó por el huachicoleo.
En 2008 fue detenido por delitos de robo y delincuencia organizada, éste último considerado delito federal, pero logró su libertad al poco tiempo por faltas al debido proceso.
Desde diciembre a la fecha, el gobierno federal no ha logrado grandes avances contra el desmantelamiento de la célula criminal del Marro. La semana pasada, una casa de lujo fue localizada por las autoridades, quienes afirmaron que se trataba de una propiedad del huachicolero.
La casa cuenta con siete piscinas en plataformas de distintos niveles, jardines amplios, interiores con paredes y adornos opulentos como la escultura que descansa en la entrada principal.
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