El operativo fallido en Culiacán para detener a Ovidio Guzmán López, uno de los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, mostró cómo es la nueva generación de narcos mexicanos, que si bien en el pasado ya había dejado atrás códigos que respetaron durante años, nunca atacó abiertamente a la población civil, como se vio la semana pasada en Culiacán, Sinaloa.
Analistas señalaron que la ofensiva del Cártel de Sinaloa para evitar la detención de Ovidio Guzmán no fue una acción improvisada sino que la organización criminal mostró que ya tenía planeado cómo actuar en caso de una emergencia, la muestra fue que en cuestión de minutos distintos comandos bloquearon vialidades, quemaron vehículos, retuvieron a militares, se apostaron frente a un complejo donde viven esposas e hijos de soldados, y amedrentaron al gobierno enviando videos y mensajes por radio.
“Estamos frente a una nueva generación de crimen organizado que no respeta los civiles”, dijo Cristóbal Castañeda, secretario de Seguridad Pública de Sinaloa, a la agencia Reuters y citado por la cadena estadounidense Univision.
El periodista Hugo Gutiérrez, de la agencia gubernamental Notimex, describió en un artículo cómo ciertos “códigos” se violaron en ‘La batalla de Culiacán’. Uno de estos era no dañar a los que viven en el bastión del cartel. Sin embargo, en esta ocasión, la organización aterrorizó a la población y puso en riesgo a objetivos civiles, como las familias de los militares de la zona.
“Sus pistoleros no respondieron así cuando recapturaron a ‘El Chapo’ en 2014 en un condominio de Mazatlán, ni cuando lo volvieron a arrestar en una calle de Los Mochis en 2016”, destacó Univision.
“El operativo rabioso de los seguidores de Guzmán López disparando en medio de la sociedad civil para su liberación, incluso con acciones videograbadas por ellos mismos, no es comparable a la estrategia criminal que utilizó su padre durante tres distintas detenciones como capo del Cártel de Sinaloa”, expresó Gutiérrez. “En Culiacán no sabían lo que significaba aventarse al pavimento junto con sus hijos”.
Anteriormente, otros expertos en el tema, como el periodista Javier Valdez, presuntamente asesinado por el Cártel de Sinaloa, advirtieron que en México se gestaba una nueva era en el narco en la que ya no existirían reglas y en la que ya no se respetarían ni siquiera las vidas de los niños.
El saldo del ataque del Cártel de Sinaloa a las fuerzas del Estado fue de 14 personas muertas, entre las cuales había cuatro civiles. También se registraron 19 narcobloqueos a través de los cuales la organización criminal hizo una muestra de fuerza con armas largas y de uso exclusivo de ejércitos como la ametralladora Browning M2. Su debut fue en la Segunda Guerra Mundial, pero desde entonces se la utilizó en otros conflictos bélicos como: la guerra de Corea, Vietnam, de los Seis Días, Yom Kippur, guerra civil camboyana, Malvinas, Irán e Irak, Golfo, Afganistán... la lista es interminable.
Es conocida como “la madre de todas las ametralladoras” por su fama mundial y su efectividad y poder de fuego. Mide casi dos metros y pesa cerca de 40 kilos que pueden llegar a 60 si se incluye el trípode. Su alcance efectivo es uno de sus puntos fuertes: 1.800 metros. Sin embargo, cuando fuera usada como artillería antiaérea, su rango era de 300 metros, fundamentalmente para repeler a helicópteros o aviones de baja velocidad. Faltaba un detalle: puede disparar 550 proyectiles por minuto.
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