Desde su fundación en la década de 1980, el Cártel de Sinaloa ha sido una de las organizaciones más poderosas del narcotráfico en México, controlado en buena medida por Joaquín “El Chapo” Guzmán y su descendencia.
Miguel Ángel Félix Gallardo -actualmente preso- fundó el Cártel de Guadalajara con Ernesto Fonseca, alias Don Neto, y Rafael Caro Quintero a principios de los 80 del Siglo XX cuando se consolidó como la primera gran organización mexicana que controló el narcotráfico y los envíos de la droga a Estados Unidos.
El cártel quedó expuesto públicamente tras el asesinato en 1985 del agente de la DEA Enrique Camarena, un caso que desató la persecución de sus dirigentes y llevó a la cárcel al propio Félix Gallardo, a Fonseca, ya liberado, y a Caro Quintero, liberado y actualmente prófugo.
A raíz de este suceso, a finales de esa década se fundó el Cártel de Sinaloa, que se mantuvo activo y ganó fuerza al mando de personajes como Ismael “El Güero” Palma, Joaquín “El Chapo” Guzmán e Ismael “El Mayo” Zambada, el único de ellos que jamás ha sido arrestado y que se cree se mantiene como la más grande figura de poder en la organización.
El Chapo saltó a la fama tras el asesinato del cardenal mexicano Juan José Posadas, el 24 de mayo de 1993 en la ciudad de Guadalajara, cuando un grupo rival confundió al prelado con el poderoso narcotraficante, que además usaba el mismo tipo de automóvil que el religioso.
¿Quién manda en este cártel?
Tres de los hijos del Chapo -Iván Archivaldo, Jesús Alfredo y Ovidio- detentan el control del cártel junto con “El Mayo” Zambada, líder histórico de la organización, que extiende sus tentáculos en al menos 17 de los 32 estados de México, además de que cuenta con una amplia presencia internacional.
Mientras que los hijos del Chapo tomaron el control a partir de que fue capturado Dámaso López, alias “El Licenciado” -en mayo del 2017 en la capital mexicana-, a quien acusaron de traición y le declararon la guerra.
Dámaso López era considerado el sucesor de Joaquín Guzmán tras la captura en febrero del 2014 del Chapo, quien recuperó su posición de líder después de su espectacular fuga por un túnel de la prisión de alta seguridad de El Altiplano.
El Chapo retomó la directiva con El Mayo y sus hijos, que desde entonces se proyectaron como sus sucesores naturales al frente de este organismo criminal en el que todo apunta a que hay fuertes divergencias internas, y peleas entre facciones.
¿Cuál es la historia de los hijos de El Chapo?
Iván Archivaldo, de 36 años, hijo de Alejandrina Salazar y señalado como el primogénito del Chapo y uno de los personajes de mayor jerarquía en el Cártel de Sinaloa, desde que su padre fue extraditado a Estados Unidos.
Archivaldo estuvo detenido en el 2005 por el delito de lavado de dinero y tres años después fue dejado en libertad cuando un juez desestimó las acusaciones.
Ovidio, de 28 años, es hijo de Griselda López, la segunda esposa de Guzmán Loera, tiene un perfil más bajo que su hermano Archivaldo aunque su importancia en el cártel ha quedado establecida en febrero pasado cuando el Departamento de Justicia de Estados Unidos lo acusó de cargos de narcotráfico.
Además, fue colocado en la lista de narcotraficantes internacionales “Kingpin Act” por considerar que jugaba “un papel significativo en las actividades de su padre” por lo no puede tener transacciones comerciales con ciudadanos estadounidenses y además tiene congelados, en caso de tenerlos, sus activos financieros en Estados Unidos.
Jesús Alfredo, de 36 años, es considerado el más violento de los hermanos y ha sido incluido en la lista de los diez más buscados por el FBI en más de una ocasión, al considerar que dirigía el envío de drogas hacia Estados Unidos.
El Gobierno mexicano afirma que Ovidio Guzmán nunca estuvo realmente detenido -solo retenido en su vivienda- y calificó de “precipitado” el operativo para capturarlo.
Aquello desató una ola de violencia en la ciudad mexicana de Culiacán, capital de estado de Sinaloa, que dejó ocho muertos y una fuga de 49 reos de la prisión local.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, dijo este viernes que se decidió cancelar el operativo militar para evitar poner en peligro a inocentes.
“No puede valer más la captura de un delincuente que las vidas de las personas. Ellos (el gabinete de seguridad) tomaron esta decisión (liberarlo) y yo la respaldé”, indicó López Obrador.
Con información de Efe
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