La violencia generada por los líderes de los cárteles no termina ni aunque estén presos. Un ejemplo de ello es la intensa disputa que han generado por el control de las cárceles ubicadas en la capital del país.
Desde inicios de este año comenzaron una serie riñas, agresiones y amenazas en contra de personal del Sistema Penitenciario de la Ciudad de México, por parte de los diversos grupos criminales.
El primero de ellos ocurrió el pasado mes de febrero: una riña colectiva entre integrantes de distintos grupos de internos que buscan el control del Reclusorio Norte, terminó con la vida de una persona, un lesionado por arma blanca, decenas de golpeados y dos sujetos acusados de participar en el crimen.
El primer día de mayo, se suscitó un conato de motín en el mismo reclusorio, aunque las autoridades penitenciarias aseguraron que fue una riña entre reos, ante la restricción de las visitas familiares.
Tres meses más tardes, el domingo 17 de agosto, integrantes de La Unión Tepito, Anti-Unión y la célula criminal de los Duques, liderado por Luis Eusebio Duque Reyes, “El Duque”, presos en el Reclusorio Preventivo Varonil Oriente ubicado en la alcaldía Iztapalapa, protagonizaron una riña sin que los elementos de seguridad que resguardan las instalaciones intervinieran, pues no recibieron la indicación de sus superiores.
Ese mismo día, pero en el área de aduanas, diversas personas amenazaron a los custodios. El mensaje iba dirigido a su jefe, de apellido Chávez, para que dejara de favorecer a Los Duques o empezarían a matar a sus elementos.
Dos días después, el martes 20 de ese mes, dos custodios del área de hospitales del Reclusorio Preventivo Varonil Oriente fueron atacados a balazos.
Las amenazas fueron escalando.
El 29 de agosto, la Ciudad de México se despertó con un terrible hallazgo: en un puente peatonal de la Calzada Ermita Iztapalapa, apareció colgada una cabeza de puerco junto a una manta en donde amenazaban al director Ejecutivo de Seguridad Penitenciaria, Pablo López Jaramillo, por la supuesta protección a grupos delictivos al interior de los penales. Estaba firmada por un supuesto grupo criminal denominado “Viva México”.
La advertencia era clara “si no renuncias pronto sabrás de nosotros”.
El 12 de septiembre, otra vez en la alcaldía Iztapalapa, apareció un mensaje aún más terrorífico: el hallazgo de una cabeza y restos humanos dentro de dos cajas, con un nuevo mensaje dirigido a López Jaramillo. Además, también fue encontrada una botella llena de sangre.
La manta decía: " ¡¡¡ Estamos Artos de que sigan recibiendo cuotas a sabiendas de que se está poniendo cola a la visita y permitiendo la extorsión dentro y fuera de los penales, porque volaron gente la semana pasada y no tocaron a ninguno de la unión? Esta es la última advertencia Atte: Viva México" (sic).
Y cumplieron.
Ese mismo día, a la hora de la visita, se registró una riña en el interior del Reclusorio Oriente, ubicado en Iztapalapa. El saldo fue de al menos un reo muerto y ocho más heridos y decenas de familiares de los presos con crisis nerviosa.
Las autoridades penitenciarias de la capital intentaron terminar la cruenta disputa con el traslado de Roberto Moyado Esparza, mejor conocido como “El Betito”, el entonces líder de La Unión Tepito, a un penal federal en Veracruz.
Pero la situación de violencia continuó, por lo que este miércoles 16 de octubre, 140 reos pertenecientes a los cárteles de La Unión Tepito, Fuerza Anti-Unión y del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) fueron trasladados a distintos penales ubicados en el interior del país, debido a su peligrosidad y a que sus delitos son del orden federal.
69 de ellos fueron llevados al Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) Número 15 de Chiapas y 71 presos al Cefereso Número 13 ubicado en Oaxaca.
La sangrienta disputa entre La Unión Tepito y Fuerza Anti-Unión
Ambos Cárteles nacieron en la zona más brava de la Ciudad de México: el barrio de Tepito. Desde su aparición, la violencia en distintas zonas de la capital del país se incrementó de forma alarmante. Delitos como el secuestro, robo con violencia, el narcomenudeo, la extorsión y el homicidio aumentaron.
En marzo del 2019 las víctimas de homicidio doloso aumentaron 46% en comparación con el promedio mensual de enero a noviembre de 2018, al pasar de 114 a 166.
Tras la captura de los líderes de La Unión Tepito como Roberto Moyado Esparza “El Betito” y de Pedro Ramírez “El Jamón” , la Anti-Unión aprovechó el debilitamiento de su rival para apoderarse de todos los puntos de venta de droga y extorsión.
Pero la disputa entre ambos grupos comenzó en diciembre del 2017.
De acuerdo a reportes de las autoridades capitalinas, extorsionadores de “El Betito” acudieron al local de quesadillas, ubicado en la colonia Guerrero, propiedad de Guillermo Sabino Flores Conchas, hermano de Jorge Flores Concha “El Tortas”, líder de la Fuerza Anti-Unión; para exigirle la cuota por el “derecho de piso”, a lo que éste se negó argumentado que él estaba exento de tal pago. Incluso, los corrió a golpes.
Pero entre los extorsionadores se encontraba Omar Sánchez, “El Ganzate”, mano derecha de Mollado Esparza en ese entonces. El hecho enojó e indignó a los integrantes de La Unión Tepito y sin avisarle a “El Betito”, secuestraron y mataron al hermano de “El Tortas”.
El cadáver lo encontraron días después en la calle Héroes, entre Camelia y Degollado de la colonia Guerrero. Sus familiares no denunciaron a la procuraduría local el asesinato y decidieron que el líder de Fuerza Anti-Unión lo arreglara a su manera.
Los informes de Inteligencia detallan que "El Tortas" se acercó a "El Betito", pues empezaron a la par su carrera delictiva en la Guerrero, habían sido vecinos desde la infancia.
Sin embargo, la explicación que le pidió Flores Conchas a Mollado Esparza, no tuvo eco y respondió que él no había ordenado la ejecución, por lo que se deslindaba de los sucedido.
Ahí fue cuando comenzó la guerra. Los hechos violentos con tintes de narco, comenzaron a registrarse con mayor regularidad en la Ciudad de México.
“El Tortas” ordenó el asesinato de quienes fueron a extorsionar a su hermano. Un hombre identificado como “El Oso”, fue hallado muerto en la calles de Tepito, sobre su espalda tenía la leyenda “Fuerza Anti-Unión”.
Después de este hecho La Unión mandó a matar a Víctor Jesús Barajas Perdomo, el 21 de marzo, en un campo deportivo de La Raza. Perdomo era el lugarteniente de "El Tortas" en la Plaza Garibaldi.
Luego, el 6 de mayo, el grupo delictivo Fuerza Anti-Unión asestó un golpe fuerte a la estructura principal de La Unión Tepito: Omar Sánchez, "El Gaznate", mano derecha de "El Betito", fue asesinado.
Hasta la fecha, los “ajustes de cuentas” de estas dos organizaciones criminales no han parado en la capital mexicana.