Alrededor de 2,000 centroamericanos, caribeños y africanos, salieron en caravana este sábado desde Tapachula, al sur de México, rumbo a la capital del país. Van a exigir al presidente Andrés Manuel López Obrador ayuda para salir de la incertidumbre legal en que se encuentran.
Es el primer movimiento masivo de viajeros indocumentados desde que México desplegó en junio un operativo de seguridad utilizando a la Guardia Nacional para contener el paso de migrantes en la frontera sur, a solicitud de Estados Unidos. El año pasado y los primeros meses de 2019, otras caravanas atravesaron el país y llegaron al norte para solicitar asilo al país vecino.
“Vamos a la Ciudad de México a hablar con el presidente Andrés Manuel López Obrador”, dijo el activista Luis García Villagrán al contingente que salió al amanecer desde el parque central de Tapachula y que tras pasar por la capital del país, planea dirigirse a Tijuana, fronteriza con EEUU
El grupo pedirá al mandatario que resuelva la situación de miles de personas que por meses han estado varados en la frontera sur, debido a la estrategia de seguridad de su gobierno.
Años atrás las protestas surgieron como actos simbólicos. Los manifestantes marchaban por tramos del territorio mexicano para llamar la atención sobre los peligros que padecían los indocumentados. Hacer visible las dificultades de los migrantes se hizo más urgente desde el año pasado.
Entre marzo y abril de 2018, unos 1,200 indocumentados realizaron el primero de estos recorridos, con más de un centenar de ellos alcanzando su meta en Estados Unidos.
Meses más tarde, el fenómeno explotó. El 19 de octubre del 2018, alrededor de 3.000 centroamericanos rompieron el cerco fronterizo entre Guatemala y México, decididos a llegar hasta territorio estadounidense.
El grupo aumentó a unas 7.000 personas, porque se sumaron indocumentados que ya estaban en suelo mexicano. Ese fue el primero de varios éxodos que atravesaron el país, principalmente a pie.
Su paso masivo forzó al gobierno mexicano a brindarles ayuda humanitaria para aliviar su pesada marcha, pero también tensó la relación con el gobierno de Donald Trump, presidente de EEUU.
La actual caravana está conformada por haitianos, cubanos, cameruneses, hondureños, salvadoreños, entre otros. Avanzó los primeros 20 kilómetros desde Tapachula custodiada por la policía federal y apoyada por una ambulancia.
Los indocumentados se concentraron durante la madrugada en la plaza central, donde decidieron marchar hacia el centro del país. Han estado en Tapachula varias semanas sin vivienda ni trabajo, tienen temor de seguir hacia el norte, por lo que la situación se tornó desesperante, alegan algunos.
Muchos aseguran que llevan en México entre cuatro y seis meses. Durante ese tiempo esperaron que el Instituto Nacional de Migración (INM) les brindara documentos para circular legalmente por el país, pero nunca se los otorgaron, por eso decidieron comenzar la caminata.
En junio pasado, Trump amenazó al gobierno de López Obrador con imponer aranceles crecientes a las exportaciones mexicanas si no frenaba los flujos migratorios irregulares. El 80% de los productos de manufactura azteca que son enviados al extranjero tienen como destino EEUU.
En respuesta, México se comprometió a realizar esfuerzos sin precedentes para contener el paso de los migrantes, que entre enero y mayo se disparó casi 150%.
Para ello, el gobierno desplegó unos 21.000 elementos de la Guardia Nacional, 6.000 en su frontera sur -acceso de la gran mayoría de indocumentados- y unos 15.000 en el norte.
Hasta agosto, la estrategia mexicana logró reducir en casi 60% el flujo migratorio que llega a la frontera con Estados Unidos y el gobierno espera que al cierre de octubre el flujo retome su promedio histórico de los últimos cinco años.
Con información de AFP
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