Hoy pocos lo recuerdan, pero desde la caída del narco Arturo Beltrán Leyva (1961-2009) y la detención de Édgar Valdez Villareal, alias “La Barbie”, en 2010, los criminales de Acapulco, Guerrero, se asumieron como independientes; sin embargo, no tenían los contactos para traficar droga y se definieron como simples delincuentes sin cabeza, acostumbrados al robo, secuestro y extorsión.
Un mapeo realizado por la Fiscalía General del Estado y diferentes narcomantas encontradas en la joya mexicana,refieren que actualmente la estructura criminal del Cártel Independiente de Acapulco (CIDA) abarca varios sectores del puerto y mantienen confrontación con sicarios del Cártel de Jalisco Nueva Generación.
Pese a que las autoridades tienen bien identificados a los líderes de cada sector al servicio de ese cártel y su modus operandi, no han logrado revertir los efectos de la narcoviolencia.
A principios de este año, los choferes de camiones urbanos, camionetas Urvan y taxis colectivos se convirtieron en blanco de la delincuencia organizada, que les cobra 100 pesos a la semana por dejarlos trabajar.
Cuando los operadores no aportan su cuota, son golpeados por los delincuentes y las unidades atacadas. El pasado 9 de octubre, sujetos incendiaron un camión urbano de pasajeros en plena avenida Costera Miguel Alemán, la principal vía de Acapulco y una de las más vigiladas.
Los hechos ocurrieron alrededor de las 17:30 horas. Ese mismo día fueron quemadas al menos tres unidades más.
El 17 de septiembre, alrededor de las 12:45 horas, se alertó de la presencia de un grupo armado que roció con gasolina una unidad que se encontraba esperando turno de salida.
El chófer, quien se encontraba dentro del camión, fue obligado a bajar de éste para incendiarlo. Afortunadamente no había usuarios abordo.
Una semana antes, los concesionarios del servició de transporte urbano en Acapulco habían denunciado que presuntos sicarios les exigieron un pago semanal como extorsión para dejarlos trabajar sin problemas, pero ante la negativa de algunos, los amenazaron con quemarles sus unidades. Dichas advertencias fueron cumplidas.
En Acapulco, más de 10,000 unidades entre taxis colectivos y camiones urbanos son los que alimentan diariamente las rutas urbanas y suburbanas del puerto. De éstas, sólo el 30 por ciento trabajan por las noches, debido a la violencia que azota las calles de la zona turística de Guerrero.
De acuerdo con el presidente de Transportistas Nuevo Horizonte, Rogelio Hernández Cruz, de 2010 a la fecha, más de 3,000 conductores de todo el estado han sido asesinados por la delincuencia.
Hernández Cruz, especificó en entrevista con Reforma, que al menos 14 miembros de su organización fueron asesinados en lo que va del año. Su hermano, Geovany fue ultimado, supuestamente porque lo confundieron con él.
La narcoviolencia también ha pegado a los empresarios, quienes han sufrido pérdidas económica de hasta 60 por ciento por el daño a sus unidades.
Los habitantes fueron otros de los grandes afectados, pues este viernes se quedaron sin transporte público, debido a que los choferes pararon labores por los hechos violentos.
El lunes los transportistas marcharon para exigir alto a las extorsiones, lo que derivó que los extorsionadores incendiaran cuatro unidades.
Las rutas donde los transportistas dejaron sin servicio a los usuario son las que conducen a las colonias Jardín Mangos, Azteca, Pie de la Cuesta, así como la zona de Hospitales.
Aunque fue evidente la contigencia que causó el paro de labores, las autoridades del Acapulco no tomaron ninguna de las medidas para habilitar los vehículos oficiales. Se tienen cálculos de que aproximadamente más de 100,000 personas viven en esa zona.
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