Durante la sesión en el Congreso de Morelos que se extendió a la madrugada de este viernes, José Casas González, diputado independiente, habló ante el pleno a “chile pelón” a sus compañeras al decirles que “pa qué se meten en esto, desde el momento que aceptaron una candidatura y estar aquí, sabían las responsabilidades que lleva tener un cargo”.
Y agregó: “Pueblo de Morelos, lamentablemente así son las cosas. Tenemos que transitar en este Congreso. Es lo malo de sacar a las personas de la cocina y darles una curul”.
Estas polémicas declaraciones las realizó en diputado luego de que la mayoría legislativa votó para someter a juicio político a la diputada Tania Valentina Rodríguez Ruiz, del PT, acusada de operar a favor del exgobernador Graco Ramírez y de incurrir en desacato en sus actividades legislativas al violentar la Ley estatal de Responsabilidades de los Servidores Públicos que sanciona el abandono o desatención injustificada de las funciones que se le encomendaron.
La sesión, se convirtió en una lluvia de protestas de siete diputadas que integran el llamado G-7, que lidera Tania Valentina, luego de formalizarse su destitución como presidenta de la Junta Política y de Gobierno.
La situación se radicalizó en la madrugada del viernes cuando 12 de los 20 diputados votaron a favor de cambiar a la diputada Blanca Nieves Sánchez Arano, también del G-7, como vicepresidente de la Mesa Directiva.
La propuesta de destitución de Tania Valentina fue secundada por el presidente de la Mesa Directiva, Alfonso de Jesús Sotelo Martínez, pero el G-7 anunció que recurrirán a las vías políticas y legales para denunciar las irregularidades y por adelantado desconocieron a la diputada Alejandra Flores, de Morena, como nueva presidente de la Junta Política.
Las agresiones verbales comenzaron con la diputada Rodríguez Ruiz, quien llamó al bloque de 12 diputados, opositor al G-7, “tapetes” del gobierno del estado. Minutos después, su compañera de bloque, Keila Figueroa (Morena), protestó contra el acuerdo parlamentario y acusó al diputado presidente de la Mesa Directiva, Alfonso de Jesús Sotelo, de pasarse “la ley por los tanates”.
Después, la diputada Blanca Nieves Sánchez Arano, también del G-7 dijo que los 12 diputados están pagados por el gobierno del estado y los llamó “enanos políticos”.
La cosa no quedó ahí, la diputada Tania Valentina acusó a la legisladora Xochiquetzal Sánchez, del Partido Humanista, de vender su ideología al mejor postor y la llamó una “Juanita” política.
Entonces subió el diputado independiente José Casas y afirmó que las diputadas Rosalinda Rodríguez Tinoco y Naida Josena Díaz Roca (del G-7) llegaron al Congreso de Morelos porque “sus maridos no pudieron ser diputados y las pusieron a ustedes para cubrir esas cuotas de poder”.
En otra de sus intervenciones comenzó su discurso con frases como a “Chillidos de marrano, oídos de carnicero” y pronunció “al chile pelón” para cerrar con la expresión: “es lo malo de sacar a las personas de la cocina y darles una curul”.
Acusó, sin presentar pruebas, a la diputada Tania Valentina Rodríguez de vínculos con el crimen organizado y la retó a comparecer ante el Ministerio Público. “Hay diputados que pidieron a las autoridades por la liberación de sus familiares detenidos con cargamentos de armas”, acusó.
Una vez desatado el escándalo tanto en el Congreso como en redes sociales, el diputado Casas González no sostruvo sus palabras y dijo que el tema se sacó de contexto pues, sostuvo, “no es un tema de misoginia”.
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