Arturo Durazo Moreno, mejor conocido como “El Negro Durazo”, fue el jefe de la policía de la capital de México durante el sexenio de López Portillo entre 1976 y 1982. Al dejar su puesto se convirtió en el enemigo número uno del país por la cadena de abusos que supuestamente cometió: se le acusó de asesinato, tortura, tráfico de drogas acopio de armas y de cobrar mordidas y extorsiones a los policías que trabajaban para él.
“El Negro” Duarazo fue la cara más visible de la prepotencia y el descaro del sistema político en aquella época.
Su inexplicable riqueza sobrepasaba el cinismo. Para hacer sus fiestas mandó a construir en Zihuatanejo, Guerrero, una mansión parecida a El Partenón, monumento griego más famoso que adorna la Acrópolis de Atenas.
Aunque el jefe de la policía no era una deidad, tenía su propio templo, el cual mide más de 20,000 metros cuadrados y cuesta más de 700,00,000 de pesos.
Pese a que ha estado abandonada, ninguna de sus estructuras está vandalizada, incluso, algunos de los cuartos aún conservan los espejos en los muros y los techos.
La fiesta para el negro Durazo terminó en 1984, cuando fue detenido, la justicia lo acusó de acopio de armas y de abuso de autoridad por lo que pasó ocho años en la cárcel, una condena que muchos consideraron insuficiente comparada con sus crímenes.
Al salir, Durazo ya no pudo regresar al Partenón ni a otras de sus propiedades que fueron confiscadas por las autoridades. Por eso, desde hace 35 años, los únicos testigos del deterioro fueron las estatuas y los murales de los dioses griegos que adornan el templo mexicano.
Se dice que muchos policías fueron usados como albañiles para construir la oda de su jefe, quien murió en el año 2000. Luego de ganar un litigio con el gobierno mexicano, éste inmueble ahora le pertenece a la administración del estado de Guerrero.
El gobernador de la entidad, Héctor Astudillo Flores, ya tiene planes para esta mansión. El mandatario reconoció que tras haber obtenido en forma definitiva la jurisdicción de El Partenón, este será dispuesto para un centro cultural. “Hay que darle una arreglada, hay que hacerlo para presentar libros, eventos culturales y hacerlo sencillamente para todo lo que sea cultura”, dijo Astudillo Flores.
El pasado 28 agosto, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) dio carpetazo a uno de los conflictos que tenía con la familia de Arturo “El Negro” Durazo, que pretendían recuperar la residencia que tenía en Zihuatanejo, Guerrero, como como el “Partenón”.
Francisco Arturo Durazo Garza, hijo del Negro Durazo, ex jefe de la policía del entonces Distrito Federal, promovió la demanda de amparo, pero fue desechada por la SCJN.
Los ministros consideraron infundado el recurso de reclamación que presentó Durazo Garza por lo que el litigio quedó concluido.
La mansión en Zihuatanejo fue construida tomando como referencia el Partenón y el arte griego, contaba con una discoteca similar al estilo del Studio 54 ubicada en Nueva York, en una superficie de más de 19,000 metros cuadrados.
La alberca tiene casi tres metros y está rodeada por una docena de estatuas que adornan los jardines, en sus buenos tiempos había a las orillas faisanes y cisnes, lagartos disecados, venados de bronce y un elefante de marfil, así como un par de perros de cerámica.
Los cuartos están tapizados con espejos y decorados con terciopelo rojo, además de que cuenta con murales estilo romano, esculturas de mármol e inmensos muebles y puertas de madera.
En la entrada se encontraban réplicas de la Venus de Milo, Minerva, Marte que daban paso a la estancia que ocupa toda una planta, el piso es de mármol de Carrara, Italia, en el centro se encuentra un Zeus de dos metros de altura hechos de bronce y la firma de los artistas preferidos de “El Negro” Durazo: los Ponzanelli,