Después de haber representado una gran cantidad de seres místicos y espacios llenos de fantasía en sus obras, Remedios Alicia Rodriga Varo y Uranga, conocida en el mundo del arte como Remedios Varo, murió de un infarto el 8 de octubre de 1963.
La artista, cuya obra está enmarcada en el surrealismo, nació en Angles, España, el 16 de diciembre de 1908. Su madre, Ignacia Uranga y Bergareche, era de origen vasco y tenía profundas costumbres religiosas. Por otro lado, su padre, Rodrigo Varo y Zejalvo, era ingeniero hidráulico y enseñó a su hija a utilizar las herramientas de su oficio, a utilizar la perspectiva, las matemáticas y el dibujo profesional
Remedios Varo estudió en instituciones europeas como la Academia de San Fernando de Madrid en 1924, donde coincidió con figuras como Maruja Mallo y Salvador Dalí, quien fue expulsado de la misma por “rebelde”.
La artista realizó varias exposiciones que le permitieron relacionarse con figuras como Óscar Domínguez, André Breton y Benjamin Péret. Estos dos últimos formaron parte también del círculo íntimo con el que estuvo durante su exilio en Francia, en el que coincidió con la pintora Leonora Carrington. Todos ellos eran surrealistas e influenciaron fuertemente a Varo.
En la época de la Segunda Guerra Mundial, en 1941, ella y Péret, el poeta con quien contrajo matrimonio, viajaron a México, donde Remedios realizó la mayor parte de su obra y posteriormente tomó la nacionalidad mexicana. Además de la pintura, hizo trabajos de restauración y diseños de publicidad para la empresa Bayer, ilustraciones en las que ya comenzaba a destacar por su estilo particular de dibujo y pintura.
En 2018, el Museo de Arte Moderno de la Ciudad de México realizó una exposición llamada Adictos a Remedios Varo. Nuevo Legado 2018, en honor a esta artista.
La pintura de Varo
Las pinturas de Remedios Varo están cargadas de una fuerte simbología relacionada, muchas veces, con la mitología antigua y con características de arquitectura medieval. En sus dibujos puede reconocerse la influencia de pintores europeos como El Bosco, El Greco y Goya, sin embargo, esta pintora creó un estilo propio que ha trascendido el tiempo y ha marcado la historia del arte.
Cada una de sus obras tenía una copia en dibujo del mismo tamaño de la original, además de utilizar técnicas como el grattage, en la que se pone una capa de color debajo de otra totalmente negra para dibujar con relieve sobre ella; la decalcomanía, en el que se unen dos hojas con pintura para generar figuras y dibujar en esa base; y el frottage, en donde se calcan objetos en una hoja poniéndolos por debajo y pintando por encima.
Los personajes alargados, los híbridos entre animales y humanos, las estrellas de cinco o seis picos, los hilos y las máquinas son elementos que pueden verse en repetidas ocasiones en las imágenes que realizó. Estas son algunas de sus obras:
La despedida (1958)
En sus obras, la pintora ocupa la perspectiva cónica, que sirve para proyectar cuerpos tridimensionales, para representar a una pareja que toma caminos diferentes, pero que sus sombras siguen unidas en el lugar de la despedida en lo que parece un beso. El ocaso de un amor de pareja que proyecta detrás de cada uno la sombra de lo que alguna vez fue.
Bordando el manto terrestre (1961)
Esta obra ocupa también la perspectiva cónica con tres puntos de fuga. En ella aparece un grupo de mujeres en lo alto de una torre tejiendo un manto que se escapa por las ventanas hacia el mundo exterior mientras un ente crea el hilo que van utilizando en un recipiente al centro de la imagen.
El Trovador (1959)
Esta obra es particularmente simbólica porque tiene símbolos relacionados con el mito griego de “Apolo y Marsias” – el sátiro – que tocaban la lira y la flauta doble respectivamente.
Vagabundo (1957)
Las máquinas y su uso e interacción con los personajes que Remedios Varo pintaba fueron una característica constante en la producción de esta artista. El nombre de la obra contrasta con la vestimenta del personaje, que si bien hace referencia a un vagabundo, parece también un traje mecánico.
El Encuentro (1962)
Dos personajes se encuentran en la puerta de algún lugar, ambos tienen características fantásticas pues la mujer carga una cara en la mano que tiene libre y el hombre en el umbral es un pájaro. Una característica de esta imagen es que la vestimenta de la mujer está hecha con decalcomanía.
Mujer saliendo del psicoanalista (1960)
Esta pintura es una de las más representativas de la pintora, no solo por la fuerte referencia a la teoría freudiana por las caras y la cabeza que lleva consigo a la salida de su visita. Aunque existen muchas interpretaciones para esta obra.
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