Petróleos Mexicanos (Pemex) se encuentra en quiebra técnica y desde hace una década, sus gastos han sido mayores que sus ingresos, alertó este martes el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), un centro de investigación independiente sin fines de lucro.
“Pemex no ha sido capaz de generar los recursos suficientes para financiar su gasto operativo y de inversión, así como para hacer frente al costo financiero de su deuda y a sus obligaciones fiscales”, señaló en un comunicado.
“Desde 2009, se ha visto obligado a contratar más deuda, por lo que sus obligaciones financieras crecieron un 113% en términos reales. Además, la extracción de crudo, su negocio más rentable, va en declive desde hace más de 10 años”, añadió.
Para el IMCO, las recientes decisiones de reducción y cambio en la perspectiva de la calificación crediticia de Pemex por parte de distintas agencias calificadoras de deuda evidencian la gravedad de la situación a la que se enfrenta la empresa productiva del estado: Pemex puede convertirse en el emisor corporativo de bonos basura o sin grado de inversión más grande del mundo.
La situación contractual de Pemex
Y es que, desde el inicio de la administración de Andrés Manuel López Obrador, las calificadoras de riesgos Moody’s, Fitch Ratings y Standar & Poor´s, han realizado diversas bajas en sus notas para la economía mexicana, así como para Petróleos Mexicanos (Pemex). Lo mismo ha pasado con organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La situación financiera de Pemex ha sido revisada con lupa por parte de estos organismos desde la llegada al poder del tabasqueño, aunque el mandatario mexicano ha señalado que la debacle de la empresa petrolera se aceleró en 2014, tras la reforma energética de su antecesor, Enrique Peña Nieto (2012-2018).
En ese sexenio, las reservas de hidrocarburos cayeron a prácticamente la mitad. Descendieron de 43 mil 800 millones de barriles de petróleo crudo equivalente en 2013 a únicamente 21 mil 100 millones en 2018.
“Estos organismos permitieron el saqueo y que ahora den una mala calificación es muy hipócrita, ellos avalaron la reforma energética, sabían que la inversión extranjera no llegó, que no hubo incremento en la inversión de Pemex, y nunca dijeron nada”, respondió en su momento López Obrador.
Para el presidente, de 65 años, las agencias como Fitch están “inconformes” con el cambio de la política económica de su gobierno y “están molestas, por eso tratan de desprestigiarnos”.
El gobierno mexicano, para combatir el endeudamiento de Pemex, vendió bonos a mediados de septiembre para refinanciar al menos USD 5.000 millones de su carga de deuda de más de USD 100.000 millones.
Pero, si bien los mercados han recibido con beneplácito el apoyo gubernamental de casi USD 10.000 millones este año, incluida la infusión de capital de USD5.000 millones de esta semana, algunos observadores de Pemex y evaluadores de crédito dicen que no es suficiente.
De acuerdo con los expertos, la compañía tiene una pesada carga fiscal y requiere decenas de miles de millones de dólares en inversión para revertir casi 15 años de caídas en la producción.
El insuficiente Plan de negocios de Pemex
Para el IMCO, vale la pena que se rescate a Pemex, pero considera que “los apoyos financieros planteados por la actual administración tienen que estar acompañados de cambios sustanciales en la operación y gestión” de la empresa productiva del estado.
“De lo contrario, repetiremos la historia que hemos observado en administraciones anteriores: inyectarle recursos a un barril sin fondo”, insistió. Entre 2006 y 2018 se le transfirieron a Pemex 267 mil 744 millones de pesos.
El nuevo Plan de negocios de Pemex, anunciado hace unas semanas, es el más ambicioso de la última década, pero “no se atienden realmente las deficiencias estructurales de la empresa”, advirtió.
“Como nunca antes, el presidente López Obrador tiene el capital político para exigir corresponsabilidad y compromisos por parte de Petróleos Mexicanos que en el pasado hubieran sido impensables”, concluyó el organismo.
Las propuestas para rescatar a Pemex
El IMCO aseguró que un elemento central del rescate de Petróleos Mexicanos debe ser que el gobierno mexicano condicione los apoyos propuestos a cambio de la implementación de una serie de ajustes estructurales que garanticen la viabilidad de la empresa.
Para ello, propuso cuatro acciones que considera vitales. La primera es reformar el gobierno corporativo de Pemex para que su consejo de administración cuente con perfiles profesionales, independientes y sin conflicto de intereses entre quien dicta la política energética y quien la ejecuta.
Además, se debe implementar un programa de austeridad al interior de la empresa para financiar sus gastos, sin incurrir en mayor endeudamiento. Junto a ello, se debe reactivar la participación y asociación con la iniciativa privada en la exploración y producción de hidrocarburos.
Por último, se debe focalizar la inversión de la empresa en actividades que le generen mayor rentabilidad, como exploración y producción de hidrocarburos, incluida una ampliación de actividades como logística y transporte y refinación y petroquímica.
Para cumplir con el último punto, el IMCO propone cancelar la construcción de la refinería de Dos Bocas, uno de los proyectos insignia del presidente López Obrador. “En caso de construirse, esta refinería se debe establecer como una empresa independiente a Pemex, con el objetivo de negociar un contrato colectivo que le permita aumentar sus niveles de productividad y rentabilidad”, finalizó.