Una mezzosoprano entre los voluntarios que enseñan música en el corazón del barrio bravo de Tepito

Estefanya Márquez, estudiante de la Facultad de Música y de la Academia de Música Antigua de la UNAM realiza su servicio social en Tepito

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Estefanya Márquez, estudiante de la Facultad de Música y de la Academia de Música Antigua de la UNAM realiza su servicio social en Tepito
Estefanya Márquez, estudiante de la Facultad de Música y de la Academia de Música Antigua de la UNAM realiza su servicio social en Tepito

En el corazón del barrio bravo, en la zona conocida como Los Palomares, un grupo de jóvenes voluntarios acude todos los sábados a encontrarse con una comunidad rebelde, talentosa, culta, con ganas de expresarse.

Forman parte de Escuela de Paz Tepito, un espacio de promoción de la cultura, arte y deportes en el barrio de Tepito dirigido a los niños y jóvenes de entre 8 y 14 años. Buscan la educación integral basada en valores, la promoción de la no violencia y la reconstrucción social.

Desde abril de 2018, Estefanya Márquez, estudiante de la Facultad de Música (FaM) y de la Academia de Música Antigua (AMA) de la UNAM realiza su servicio social en ese programa: “lo pude haber liberado con una ópera pero tenía la idea de ayudar, ese es el objetivo del servicio social”.

Les enseña de rítmica y notas, no tiene mucho tiempo para mantener la atención de sus alumnos. Los niños de aquí siempre tienen un no por respuesta, “están al tiro”, siempre. Al principio le frustraba la actitud que mostraban: altanera, pero después se dio cuenta que sólo es una barrera para sobrevivir en el barrio. Aprenden siempre, “se han quitado la pena que para ellos es resistencia y se desenvuelven mejor ahora”.

Durante año y medio ha mantenido su trabajo en el barrio, cada sábado va del metro Tepito hacia Los Palomares. Es un trayecto familiar: puestos de mercado, vendedores, gritos, colores, olores. Se ha encariñado con los niños, “viven diferentes tipos de violencia, no los puedo dejar ahí, además Tepito me empoderó a decir yo puedo, me ha dado braveza”.

Para entrar al corazón del barrio hay que caminar por la banqueta y procurar no internarse entre los puestos. Estefanya llega en metro leyendo copias de su tarea. Hay que aprovechar cualquier instante para estudiar. El sitio donde imparte sus talleres está en silencio. Cuando canta (a petición nuestra) atrae la atención de los vecinos. Alguien que pasea en bicicleta intenta adivinar su tipo de voz y ella precisa: soy mezzosoprano. Sonríe y a cuenta que es común encontrarse en Tepito con personas que hablan varios idiomas, que saben de música, que les gusta Vivaldi, la poesía (Goethe). Al barrio se le ha etiquetado como violento, pero en este oasis se trabaja en equipo y se construye una comunidad.

Recuerda con claridad que en una ocasión unos alumnos suyos, niños, le pidieron que los acompañara. La llevaron emocionados al lugar donde el día anterior habían encontrado tres cabezas humanas.

A mitad de la entrevista uno de los participantes en la elaboración de los murales se acerca, escucha con atención. Cuenta que aún no termina el mural, que no le gustaría hablar frente a la cámara por dos razones: porque le da pena y porque quiere terminar su trabajo.

El objetivo de todos los talleres es el de explorar la creatividad como herramienta de sanación. Por ello, también realizan murales comunitarios, participativos y abiertos a todos los vecinos, en ubicaciones representativas, retratan personajes icónicos del barrio. De hecho, llevaron a cabo la recuperación de los murales de Daniel Manrique, artista del barrio y creador de Tepito arte acá, y planean otros con la temática Recuperando el pasado, construyendo el futuro, que tendrán que ver con la mexicanidad.

Al recorrer la zona se pueden apreciar el resto de los murales, llenos de héroes aztecas, la Virgen, la muerte, habitantes famosos del barrio como Armando Ramírez, el cronista del barrio, recién fallecido. Miramos de cerca la famosa pinta de La Fortaleza: “Los tepiteños crecemos como los bisteces, a putazos! Camino al metro nos encontramos de frente con personas que llevan su Santísima Muerte, ¡hoy es primero!”, nos dice Estefanya.

El servicio social en la Escuela de Paz Tepito, que pertenece al proyecto Global Unity, está disponible en las Facultades de Música, Filosofía y Letras y la Escuela Nacional de Trabajo Social de la UNAM.

Para más información sobre este programa visita esta página y sus redes sociales @EscueladePazTepito y/o escribe a @EstefanyaMarqz en Twitter.

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