La pobreza humilla a Guerrero. Los indicadores llevan décadas sin ver mejorías y la batalla se hace cada vez más cuesta arriba.
Pero el dinero es un ente aún más abastracto en Cochoapa el Grande, un remoto pueblo mixteco enclavado en la montañas de Guerrero. En 2015, el 87.7 por ciento de sus habitantes (18,500) vivían en pobreza extrema. La ONU asegura que el municipio tiene un índice de desarrollo humano similar al de Burundi, en África.
Han pasado tres meses desde que la alcaldesa de Cochoapa tomó de manos del presidente Andrés Manuel López Obrador un enorme cheque por 21.1 millones pesos. La edil, Edith López Rivera recibió el dinero el pasado 18 de julio en Palacio Nacional, con el propósito de invertirlo en los caminos rurales que conectan el centro del pueblo con decenas de localidades perdidas en las laderas serranas.
Aquel día, Metlatónoc, municipio vecino, y otro de los lugares más marginados de México, recibió el mismo monto. “Sólo tengo este chequesote, pero es de cartón y de qué sirve”, acusó la alcaldesa, en entrevista para Reforma.
El dinero que pretende revestir y dotar de alcantarillas los caminos de Cochoapa fue obtenido por las subastas organizadas por el Gobierno de López Obrador. La Administración ha transformado un acontecimiento de las ofertas de propiedades y objetos que realizaba el Instituto de Administración de Bienes y Activos, renombrandolo informalmente como el Instituto para Devolverle al Pueblo lo robado.
La subasta destinada a Guerrero ha sido, hasta ahora, la oferta menos apetitosa realizada por el gobierno, pues cerró la venta de nueve de los 27 inmuebles incautados al narco. El miedo evitó que los asistentes hicieran ofertas del lujoso departamento del capo abatido, Arturo Beltrán Leyva, alias “El Barbas”.
Un motel ubicado en Sonora e inacutado al Cártel de Sinaloa, fue ofrecido sin éxito, Al final, sólo se obtuvieron al rededor de 56,000,000 de pesos, de los 167,000,000 que esperaban juntar.
La mejor de las suertes fue para la venta de joyas y relojes de marcas como Jacob & Co., plumas fuentes bañadas en oro, entre otros.
Mediante una polémica ley, implementada este sexenio, el presidente pretende seguir rematando propiedades y bienes durante su gobierno. Con esta norma, el gobierno puede poner en venta los bienes de un procesado sin tener que esperar la sentencia de un juez. Mientras eso continúa avanzando, Cochoapa el Grande sigue a la espera de los recursos prometidos por una administración que se ha comprometido con los pobres y los ha hecho su prioridad.
La puja por bienes incautados en aduanas o asegurados a la delincuencia organizada bajo carpas en Los Pinos, la antigua residencia oficial que el presidente ha vaciado y convertido en centro cultural. Estos gestos han ayudado al Gobierno a afianzar la percepción de que está terminando la corrupción.
El anterior remate de bienes, realizado en junio, vio pocas paletas levantadas. El menor precio fue para un departamento en la ciudad de Los Mochis, estado de Sinaloa, por el cual se pagó el mismo precio de salida de 368.400 pesos (alrededor de USD 19.267).
Una casa vinculada al cartel del narcotráfico de los Beltrán Leyva en la Ciudad de México fue vendida en 14,3 millones de pesos (usd 753.315 dólares) y el departamento donde en el 2009 fue abatido su líder, Arturo Beltrán Leyva, no tuvo comprador. Dicho lugar está ubicado en el fraccionamiento Altitude Punta Vista Hermosa, en Cuernavaca.
El lote con mayor sobreprecio en la subasta había sido una casa en Manzanillo, estado de Colima, que de un precio de salida de 1.72 millones de pesos (USD 90.894 dólares), fue vendido en 2,64 millones de pesos ( USD 138.947), el 52% por encima de la cotización inicial, precisó el SAE.
A pesar de que no se vendieron todas las propiedades, el portavoz de la SAE aseguró que fue un éxito. Asimismo, recordó que en los próximos meses se realizará una nueva subasta de bienes incautados a criminales. Se pondrán a la venta joyas y los recursos obtenidos serán destinados a combatir adicciones.