Han pasado dos semanas desde que Claudia Ochoa Félix, conocida como la “Emperatriz de los Ántrax”, murió y los rumores sobre una lucha de poder al interior del Cártel de Sinaloa ya son fuertes.
En el pasado, Ochoa Félix fue señalada por la prensa mexicana como pareja de José Rodrigo Aréchiga, conocido como “El Chino Ántrax”, antiguo líder del escuadrón armado Los Ántrax dedicado sobre todo a proteger a Ismael “El Mayo” Zambada, actualmente considerado el líder del Cártel de Sinaloa luego que Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera fuera juzgado en una corte estadounidense.
“El Chino Ántrax” fue arrestado el 30 de diciembre de 2013 en Ámsterdam, Países Bajos, y desde 2014 está preso en una Estados Unidos. A partir de entonces se consideraba a Claudia Ochoa Félix como la “Emperatriz de Los Ántrax” y se le atribuyeron múltiples asesinatos para el Cártel de Sinaloa.
La encontraron sin vida el 14 de septiembre en el fraccionamiento Isla Musala, en Culiacán, Sinaloa. El hombre que estaba con ella cuando murió, avisó a las autoridades y proporcionó toda la información necesaria al Ministerio Público para esclarecer su deceso.
Las autoridades determinaron como causa de muerte asfixia por broncoaspiración. Su cuerpo fue entregado a la mañana siguiente a sus familiares. El velatorio se realizó en un funeraria al sur de Culiacán, ubicado al noreste del país.
Los expertos en tema de narcotráfico refieren que desde su muerte, Los Ántrax quedaron en el limbo y siguen órdenes directamente del “Mayo”, quien mantienen una disputa con los hijos del “Chapo”, Iván Archivaldo y Jesús Alfredo. Aunque no participan miembros rivales del cártel, la batalla interna sucede en un momento vulnerable para la organización criminal más famosa de México.
Duncan Wood, director del Instituto de México del Centro Wilson, explicó al diario británico Daily Star que la relación de Los Ántrax con el Cártel de Sinaloa es larga, pero desconoce qué va a pasar con el brazo armado luego de la fractura que el grupo criminal tuvo desde que “El Chapo” fue extraditado en 2017.
“El Mayo” Zambada, de 71 años, asumió el liderazgo del cártel desde entonces y ha tenido que lidiar con Iván Archivaldo y Jesús Alfredo, conocidos como Los Chapitos, quienes reclaman poder en la organización liderada por su padre.
Aparte de la lucha interna por el poder al interior de la organización, al exterior debe enfrentar las amenazas del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), dirigido por Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, quienes han crecido rápidamente y extendido su dominio por varias zonas del país, incluida la totalidad de Jalisco.
Los integrantes del CJNG han atacado a miembros del Cártel de Sinaloa, soldados y policía en público, contó Wood. Además, el status quo de la organización se ha roto. “Se les pedirá que hagan más trabajo, se podría decir que es una oportunidad para ellos porque ahora pueden demostrar lo que valen”, dijo director del Centro Wilson en México.
Pero también deben ser cautelosos, considera Wood, porque si se involucran en un conflicto de alto perfil con el grupo rival, el gobierno iría tras de ellos y eso podría perjudicarlos bastante. A pesar de la frágil cuerda en la que se tambalean, el Cártel de Sinaloa todavía tiene presencia en 17 de las 32 entidades de México y algunos estiman su alcance a 50 países.