La petrolera Shell comenzó a importar a México su propio combustible desde Estados Unidos.
En un comunicado, la compañía especificó que su primer cargamento llegó vía ferrocarril a la terminal de almacenamiento de San José Iturbide, en el estado de Guanajuato.
Con ello, aclaró, podrá abastecer el 25 por ciento de sus estaciones de servicio en el Bajío.
“La importación de nuestro propio combustible es parte fundamental de nuestra oferta de valor y representa un factor esencial para apoyar nuestros planes de crecimiento en México durante los próximos años”, explicó a El Financiero Murray Fonseca, director de Downstream Shell México.
La empresa detalló que un un inició estará realizando importaciones vía terrestre y posteriormente de forma marítima. El plan de expansión incluye una inversión de USD 1,000 millones durante los próximos diez años, a fin de consolidar una red de más de mil 200 estaciones de servicio.
“México es un país muy importante para Shell a nivel global y esta primera e histórica importación demuestra nuestro interés por seguir apostando por este mercado a través de proyectos a largo plazo en donde nuestra tecnología, nuestra experiencia y nuestra gente hagan la diferencia”, agregó Murray Fonseca.
Shell tiene en Texas la refinería de Deer Park en sociedad con Pemex, cuya capacidad de procesamiento es de 340,000 barriles diarios de crudo, operada por 2,700 personas.
La compañía anglo-neerlandesa se suma a empresas como Marathón, BP y Exxon en la importación de gasolina y diésel al mercado mexicano.
Fundada en 1911 en los países bajos, Shell vale cerca de USD 264,900 millones. Emplea a 81,000 personas y factura 382,600 mdd.
La cadena Shell ha insistido en que su precio de venta es consistente con su oferta de valor, y se basa en los siguientes porcentajes: el costo de la molécula, logística y distribución, que representa entre 60 y 65%, los impuestos de 25 o 30% y el margen de utilidad de hasta 10%, que se divide entre el comercializador y el distribuidor.
En ese sentido, de acuerdo con José Refugio Muñoz López, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), los impuestos aplicados a la gasolina influyen en el costo final, porque son mayores comparados con Estados Unidos.
A través de un comunicado, expuso que las gasolineras Shell representan solo el 1.0% del total de estaciones de servicio en el país, pero que se diferencian por sus combustibles de desarrollados en procesos de investigación en los que invierten más de mil millones de dólares al año, además de su servicio personalizado, infraestructura segura, limpia y productos de calidad en sus tiendas de conveniencia.
Según un reporte que presentó el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, Shell es la marca que más caro vende las gasolinas regular y premium en México.
La reforma energética promovida por el gobierno del priista Enrique Peña Nieto permitió la llegada de nuevas marcas al país. Desde entonces, los nuevos jugadores concentran casi 30% del mercado de estaciones que concentraba la franquicia de Petróleos Mexicanos (Pemex), aunque aún conserva el 95% del suministro a las gasolineras del país.