El Gobierno de México protegerá las puertas de acceso a Palacio Nacional para evitar daños al patrimonio de la Nación, en caso de que se presenten disturbios durante la marcha para conmemorar la masacre de estudiantes del 2 de octubre de 1968.
El periódico Reforma reportó que para resguardar las puertas de madera se utilizarán estructuras metálicas movibles a través de poleas y cables de metal -cuyas dimensiones son 2 metros de ancho y 6 metros de alto- y cuentan con visores y placas de cristal blindado en la parte superior. Dichas estructuras, habrían sido adquiridas durante el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
Además, fueron colocados varios extintores de alta capacidad justo detrás de la puerta mariana, la cual fue incendiada en 2015 en la protesta por la desaparición de los 43 estudiantes normalistas de Ayotzinapa.
Por su parte, Claudia Sheinbaum, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, informó que alrededor de 12 mil funcionarios se integrarán al cordón de paz con el cual los manifestantes pretenden aislar a infiltrados, provocadores y anarquistas, que han provocado serios daños a los frontispicios de instituciones gubernamentales, fachadas de comercios y mobiliario público de la capital del país.
“No se trata de reprimir protestas, sino de evitar actos violentos como los registrados en movilizaciones anteriores. No vamos a reprimir pero tampoco podemos permitir (el vandalismo). No puede haber estas acciones en la ciudad. Entonces hay que ser muy responsable en el momento de la movilización porque también sabemos que algunas de las acciones pueden revertirse y generar mayor violencia”, abundó en una conferencia de prensa.
Agregó que en la marcha ciudadana también estará acompañada por representantes de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) y un grupo de mujeres policías desarmadas darán seguimiento a la movilización, para evitar nuevos actos de violencia y agresiones.
Hace una semana, cuando familiares realizaron una marcha por el quinto aniversario de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa, varios grupos de personas encapuchadas y armadas con piedras, palos y tubos metálicos irrumpieron durante la protesta y dañaron más de 60 inmuebles, entre comercios, monumentos históricos, edificios gubernamentales y oficinas.
En el edificio de Palacio Nacional dañaron la puerta mariana y pintaron el número 43 en la fachada; estrellaron vidrios, pintaron graffitis en cortinas y paredes de comercios; prendieron fuego a mobiliario urbano, lastimaron árboles y plantas de las principales avenidas de la CdMx; y dañaron sillas, extintores, computadoras y puertas de restaurantes y edificios públicos.
Diversos medios de comunicación consignaron daños materiales a múltiples edificaciones, desde Avenida Juárez hasta el Zócalo: el edificio de Palacio Nacional, Banco de México y la representación del gobierno de Nuevo León; así como 34 comercios, 8 bancos, 9 restaurantes, 8 edificios públicos y 2 hoteles dañados, además del exterior del Museo Memoria y Tolerancia y el Hemiciclo a Juárez.
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