Los indígenas rarámuris se sienten olvidados por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. Decenas de tarahumaras encararon al presidente mexicano y le hicieron un llamado de auxilio. Al menos el 60 % de los indígenas de la región han sido marginados de los programas sociales, por lo que se ha agudizado la pobreza.
Desde la noche del sábado, mujeres, niños y hombres realizaron una marcha desde los municipios de Bocoyna y Guachochi -ubicados en el estado norteño de Chihuahua-, para reclamar el abandono de los gobiernos federal, estatal y municipales. Los indígenas demandan, principalmente, agua potable, vivienda, recursos para el campo, apoyos para las mujeres y acceso a la telefonía.
La sierra tarahumara se está muriendo de hambre
El periódico Reforma destacó las declaraciones de Aldo Moya, militante del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena), que en 2018 abanderó a López Obrador como candidato presidencial. “El hambre no espera, señor presidente. Están jugando con la dignidad de los tarahumaras, no quieren que lleguemos a usted. Le están mintiendo, nosotros necesitamos ayuda”, protestó
“El presidente nos quitó la ayuda a todas las mujeres de 40 a 60 años, nos quitó los apoyos del programa Prospera”, denunció Socorro Millán. En tanto, Isidro Rodríguez refirió que los “han dejado solos”, aunque “vivimos en la orilla de una barranca”. Agregó que las becas de los ninis pueden esperar, lo mismo que los apoyos destinados a los estudiantes.
El convoy de López Obrador fue detenido por los indígenas que le pidieron que se bajara. Él se negó y solo firmó de recibido una hoja de peticiones. Más tarde, durante un mitin realizado el Hospital Rural del IMSS del poblado de San Juanito, en Chihuahua, el primer mandatario prometió destinar recursos del programa Sembrando Vidas, para apoyar las labores del campo en 50 mil hectáreas y crear 20 mil empleos, porque “estoy sintiendo la necesidad que es muy grande en la Tarahumara”.
Los programas sociales que eliminó AMLO
El presidente Andrés Manuel López Obrador eliminó 18 programas sociales mediante los cuales el Estado mexicano ofrecía ayuda y servicios de calidad a grupos vulnerables y optó por utilizar el dinero y los apoyos directos; sus críticos han cuestionado los fines electorales de estos cambios y advierten un aumento en el número de personas que viven en condiciones de pobreza y marginación.
De los 45 programas vinculados con pobreza, que estaban vigentes en 2018, sólo permanecen 36 pero con un presupuesto disminuido en 4.4 % Sólo el programa Prospera contribuía al ingreso, a la disminución del rezago educativo, al acceso efectivo de los derechos a la educación, a la salud y a la no discriminación, así como al derecho a una alimentación nutritiva.
Los nuevos programas sociales han sido insuficientes. Los beneficiarios reclaman que los apoyos no han llegado. La explicación está en el subejercicio. Por ejemplo, el programa de Jóvenes Construyendo el Futuro tiene un presupuesto asignado de 40,000 millones de pesos para 2019 y sólo ha ejercido 15,392.9 millones, es decir 32% de lo que ya debió haber gastado. En el caso de Sembrando Vida, el congreso le autorizó un presupuesto de 15,000 millones de pesos y sólo ha ejercido 3,997.1, es decir 39%
Los rarámuris
Los tarahumaras o rarámuris son una comunidad indígena que habita el norte de México. Aunque el 90 % de su población (57.000 habitantes) viven en el estado de Chihuahua, los indígenas tienen tierras en los estados de Durango y Sonora.
El clima de la Sierra Tarahumara es inhóspito, extremo. Las temperaturas pueden ser 40 °C en verano y en invierno llegar a los 0 grados. La mayoría de sus cultivos son de temporal, pero las fuertes sequías registradas en la última década han provocado desabasto, hambre y miseria. Se trata de un pueblo indígena aislado del progreso y amenazado por los grupos de narcotraficantes que se disputan los territorios.
Los rarámuri son las mujeres y hombres de “los pies ligeros”. Incluso, en competencias internacionales han destacado por su velocidad y resistencia. Lamentablemente, los medios locales han consignado un incremento significativo en el número de suicidios.
El 10 de diciembre de 2011, 50 hombres y mujeres se arrojaron a un barranco. Ya no tenían comida para alimentar a sus hijos. Este tipo de escenas todavía ocurren con frecuencia, producto de la desesperación.
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