La polémica “verdad histórica” del gobierno federal sobre el ataque, secuestro y desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa señala que lo ocurrido fue derivado de la lucha entre dos grupos del narcotráfico: “Los Rojos” y “Guerreros Unidos”, por lo que varios de sus integrantes fueron capturados.
Entre los detenidos se encontraban presuntos líderes de estas organizaciones criminales, como Gildardo López Astudillo, “El Gil”, de Guerres Unidos, quien hace poco fue liberado por un juez.
Otra captura con la que se tenía esperanza de esclarecer lo que realmente ocurrió la noche del 26 de septiembre de 2014 y la madrugada del 27 en Iguala, Guerrero, fue la de Santiago Mazari Hernández, alias “El Carrete”, líder del cártel de “Los Rojos”.
Pero 5 años después de los trágicos hechos que conmocionaron a México y al mundo, de investigaciones realizadas por comisiones de la verdad y por expertos internacionales, no se ha podido esclarecer lo que pasó realmente con los 43 estudiantes.
Dos cárteles, protagonistas de “la verdad histórica” de Murillo Karam
La noche del 26 de septiembre y la madrugada del 27 ocurrió uno de los hechos más dolorosos en la historia reciente de México: la brutal desaparición de 43 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa “ Raúl Isidro Burgos”, así como la muerte (en esos momentos) de 6 personas, entre las que se encuentran tres normalistas que acudieron al lugar para ayudar a sus compañeros, un joven futbolista del equipo “Los Avispones de Chilpancingo” y el chofer que los llevaba.
Ese día, un grupo de estudiantes de la Escuela Normal, de entre 17 y 25 años, acudió a la ciudad de Iguala, Guerrero, con la finalidad de “tomar” autobuses para participar en la conmemoración del 2 de octubre, en la Ciudad de México. De acuerdo con la versión de las autoridades, los estudiantes “secuestraron” cuatro camiones.
Policías Municipales de Iguala tenían la encomienda de impedir que los estudiantes salieran de la ciudad con los autobuses. Los policías, auxiliados por otras corporaciones y por civiles armados, abrieron fuego en contra de los estudiantes. En la refriega, un autobús que trasladaba a futbolistas del equipo local “Los Avispones de Chilpancingo” fue atacado, lo que terminó con la vida de uno de ellos.
De acuerdo con el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez, en total, esa noche más de 180 personas fueron víctimas directas de violaciones a derechos humanos.
Tras conocerse públicamente lo sucedido, las autoridades locales y luego las federales realizaron una investigación.
Señalaron al alcalde de Iguala José Luis Abarca y a su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, de tener vínculos estrechos con el grupo del crimen organizado Guerreros Unidos.
La versión de la entonces Procuraduría General de la República (PGR) detalló que la policía local abrió fuego contra los jóvenes, debido a que los Abarca pensaban que los estudiantes iban a irrumpir en un evento público y ordenó detenerlos. Varios integrantes de la policía también habrían estado involucrados con Guerreros Unidos.
Fue ahí cuando se culpó de los hechos a la disputa entre “Los Rojos” y “Los Guerreros Unidos” quienes mantenían una intensa lucha por controlar la producción de heroína en la Sierra de Guerrero.
Según el procurador general de la República, Jesús Murillo Karam, luego de capturar a los estudiantes, los policías de Iguala y Cocula los entregaron a Guerreros Unidos quienes pensaron que el contingente de estudiantes era un comando de “Los Rojos” que intentaba de apoderarse de Iguala.
De acuerdo con los testimonios de los primeros detenidos, fue un líder de la organización criminal “Guerreros Unidos”, conocido como “El Chuky”, quien ordenó la ejecución de los estudiantes.
Fue entonces (siempre de acuerdo con los testimonios de los detenidos) que integrantes de los Guerreros Unidos llevaron a los estudiantes al basurero de Cocula, en donde los habrían ejecutado y posteriormente, incinerado durante horas. Luego, los restos habrían sido tirados en el Río San Juan.
Los hechos y el destino de los estudiantes fue calificado por Murillo Karam como “la verdad histórica”.
Durante la investigación también salió a relucir otra banda delictiva: “Los Ardillos”, grupo rival de Los Rojos. Felipe Rodríguez Salgado, “El Cepillo” o “El Terco”, acusó en su declaración ante la Procuraduría General de la República (PGR), que Omar Vázquez Arellano, Omar García Velázquez, Omar García Bahena o Manuel Vázquez Arellano, vocero del Comité Estudiantil de la Escuela Normal Rural Raúl Isidro Burgos, en Ayotzinapa, Guerrero, es un presunto miembro del cártel de Los Rojos. Algo que el estudiante, sobreviviente de esa trágica noche, ha negado.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) también realizó una investigación y en noviembre de 2018 acusó que al menos dos líderes de la Normal de Ayotzinapa tenían vínculos con la delincuencia organizada cuando ocurrió la desaparición de los 43 estudiantes. Los líderes del grupo que manejaba la droga dentro del plantel eran alumnos de segundo grado protegidos por el secretario general del Comité de Base Estudiantil, David Flores Maldonado, alias “La Parka” y estaba relacionado con “Los Rojos”.
Los padres de los normalistas negaron las acusaciones y pidieron entonces una investigación conformada por expertos internacionales, lo cual derivó en la integración del Grupo Interdisciplinario de Expertos y Expertas Independientes (GIEI), conformado por cinco representantes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
En septiembre de 2015, a unos días de que se cumpliera el primer aniversario de la desaparición de los estudiantes, la investigación realizada por los expertos independientes reveló la existencia de un quinto autobús número 3278 de la empresa Estrella Roja, el cual llevaba estudiantes pero no fue atacado, sino que fue interceptado y luego custodiado por policías federales.
Los expertos plantearon que sin estar conscientes de ello, los estudiantes tomaron el autobús en el que presuntamente, el cártel de Guerreros Unidos transportaba heroína o ganancias de la venta de drogas hacia Chicago, Estados Unidos. Al año siguiente, la PGR aseguró que agotó ministerialmente la línea de investigación sobre el caso del quinto camión y determinó que no transportaba droga ni iba a Estados Unidos.
El 17 de septiembre de 2015, autoridades federales detuvieron a Gildardo López, alias “El Gil”, integrante de Guerreros Unidos. Versiones de la Procuraduría señalaban a “El Gil” como el enlace del ex alcalde José Luis Abarca y su esposa –ambos detenidos– con Guerreros Unidos y fue quien señaló a los normalistas como integrantes de “Los Rojos”, por lo que ordenó su ejecución.
“El Gil” informó los hechos a través de mensajes de texto al entonces jefe de “Guerreros Unidos”, Sidronio Casarrubias, quien aprobó las acciones para defender su territorio. Entonces se llevaron a los normalistas al basurero de Cocula en donde habrían sido incinerados.
En total, 142 personas fueron detenidas por los hechos en Iguala.
Pero de acuerdo con la periodista Anabel Hernández, quien realizó una profunda investigación que plasmó en su libro “La verdadera noche de Iguala”, ni Los Rojos ni Guerreros Unidos están detrás de la desaparición de los estudiantes.
En una entrevista con Ernesto Ledesma para Rompevientos TV, Anabel Hernández aseguró que se trata de un grupo criminal “de las grandes ligas del narcotráfico en México y Estados Unidos” de quien dijo se reservaría el nombre del cártel y del capo, pero que “está o estuvo” involucrado con el Cártel de Los Beltrán Leyva.
Los Guerreros Unidos
Se trata de una escisión del Cártel de “Los Beltrán Leyva” que surgió en el estado de Guerrero tras el debilitamiento de los grandes cárteles que sembraron el terror entre la población con secuestros y extorsiones.
Esta organización empezó a cobrar fuerza en 2011 tras el abatimiento en 2009 de su líder, Arturo Beltrán Leyva “El jefe de jefes”, y la captura al año siguiente de sus operadores Édgar Valdéz Villarreal “La Barbie” y Gerardo Álvarez Vázquez “El Indio”.
De acuerdo con información de la Secretaría de la Defensa Nacional, el principal fundador de Guerreros Unidos fue Cleotilde Toribio Rentería alias “'El Tilde”, quien inició su carrera bajo el cobijo de “La Barbie”.
“El Tilde’ se integró en 2005 al grupo delictivo Los Pelones, liderado por “La Barbie”, la cual tuvo presencia en los municipios guerrerenses de Coyuca de Catalán y Ciudad Altamirano. Después extendió su control a otras áreas de Tierra Caliente y partes de Morelos.
Tras la captura de “La Barbie” el 30 de agosto de 2010, “El Tilde” se cambió al Cártel Independiente de Acapulco (CIDA), liderado por Moisés Montero Álvarez, “El Koreano”. Ahí tuvo problemas y lo abandonó junto con Cristian Hernández Tarín, “El Cris”, para crear el grupo delictivo “La Barredora”, que se disputó el control de Acapulco con el CIDA.
Al año siguiente dejó el grupo y formó el grupo Guerreros Unidos para operar en los municipios de Iguala, Taxco y Ciudad Altamirano, en Guerrero, y Cuernavaca, en Morelos, lo que desató una ola de violencia.
En julio de 2012 “El Tilde” fue detenido por el Ejército en Santa Fe, en la Ciudad de México, por lo que Mario Casarrubias Salgado, “Sapo Guapo”, o “El M” y/o “El Gordo”, tomó control de la organización junto a su hermano Sidronio Casarrubias, señalado como autor intelectual del ataque contra los 43 normalistas de Ayotzinapa. “El Sapo Guapo” fue identificado como uno de los principales traficantes de droga a Chicago, Estados Unidos.
Mario fue arrestado en abril de 2014 en un operativo de la Marina por los delitos contra la salud, portación de armas y posesión de cartuchos. Sidronio fue detenido en el 16 de octubre de 2014 en el Estado de México por su probable responsabilidad en la comisión de los delitos delincuencia organizada y portación de arma de uso exclusivo del Ejército.
Sidronio Casarrubias fue absuelto por un juez en el Estado de México al determinar que fue víctima de detención ilícita y torturado por elementos de la PGR para obtener declaraciones.
Al día de hoy, los Guerreros Unidos, se encuentran casi desaparecidos.
Los Rojos
La organización criminal “Los Rojos” opera con especial fuerza en los estados de Guerrero, Morelos y Puebla.
Al igual que Guerreros Unidos, “Los Rojos” son un grupo que se desprende del Cártel de Los Beltrán Leyva e inició de la mano del ex gatillero de los Beltrán Leyva, Crisóforo Rogelio Maldonado, quien fue abatido en 2012 en un hospital de la Ciudad de México.
El surgimiento de Los Rojos, con métodos muy agresivos y una mayor tendencia a enfrentarse con sus rivales, llevó a Guerrero a ser una de las entidades más violentas del país.
Aunque Los Rojos se han asentado como una emblemática banda criminal, aún no cuentan con el nombre ni con las conexiones en Sudamérica, por lo que se basan más en la extorsión y en el secuestro que el tráfico de drogas, convirtiéndose en una amenaza más directa para la población civil.
Es de las pocas organizaciones criminales que ha estado liderada por una mujer: Leonor Nava Romero, quien fue capturada en Chilpancingo, Guerrero, en septiembre de 2013.
Luego de una serie de movimientos dentro de la organización criminal, Santiago Mazari, alias “El Carrete” se posicionó como líder de Los Rojos.
Santiago Mazari formaba parte del grupo de guardaespaldas de Beltrán Leyva. Sin embargo, la tarde en que su jefe fue asesinado en un departamento de Cuernavaca, Morelos, éste se encontraba lejos. Pocos días antes había sido aprehendido en la capital mexicana.
Irónicamente, aquella detención le salvó la vida y supuso su rápido ascenso en el poder.
“La verdad histórica” de Jesús Murillo Karam señala que uno de los detenidos tras los terribles hechos de la noche de Iguala, Felipe Rodríguez Salgado, alias “El Cepillo”, aseguró que “Santiago Mazari habría dado dinero a estudiantes para generar disturbios en contra de José Luis Abarca Velázquez, entonces alcalde de Iguala.
“El Cepillo” señaló que al interrogar a uno de los normalistas, éste le reveló que su presencia en Iguala fue porque los envió “El Carrete”, quien a su vez había pagado dinero al director de la escuela rural.
“El Carrete” siguió operando en Guerrero y Morelos dejando una estela de violencia y sangre en ambas entidades.
En el año 2008, “El Carrete” fue detenido acusado por delitos contra la salud por la Sedena. Sin embargo, a principios de 2009 quedó en libertad, a pesar de que fue encontrado penalmente responsable y se le imputaron cinco años de prisión y 100 días de multa.
Tras recuperar su libertad con el pago de una fianza de 5 millones de pesos, Mazari se convirtió en el jefe de plaza de Amacuzac, Tetecala, Puente de Ixtla y Acatlán. Y al mismo tiempo uno de sus tíos, Alfonso Miranda, se convertía en el presidente municipal de Amacuzac.
Con las autoridades de su lado, sólo fue cuestión de tiempo para que terminara convirtiéndose en el jefe absoluto de Morelos, estado colindante con Guerrero.
De acuerdo con el periodista Héctor de Mauleón, "El Carrete" financió campañas políticas, impuso a jefes policiacos y asesinó a miles de rivales; entre ellos funcionarios, candidatos y policías.
Mazari Hernández, de 43 años recién cumplidos fue detenido nuevamente el 01 de agosto de 2019 y hasta el momento, no se ha dado a conocer nada nuevo en su presunta relación con los hechos de Iguala.
Los “chats de Chicago” los mensajes que involucran a “El Gil” y Guerreros Unidos con la desaparición de los normalistas
Una investigación realizada por la DEA (no por el caso Ayotzinapa, sino relacionado con el narcotráfico) arrojaron un sorprendente hallazgo: la noche que desaparecieron los normalistas y los días posteriores, hubo un intenso intercambio de mensajes entre miembros de Guerreros Unidos que estaban en Chicago (Estados Unidos) y otros que estaban en Iguala.
Toda esta información la tiene la Fiscalía General de la República, pero la prueba ha sido desestimada.
En las conversaciones se hablaban de los eventos de aquella noche y de “60 paquetes” y “50 paquetes” que de acuerdo con las autoridades, serían los estudiantes, se dan órdenes de qué se puede hacer con ellos y se plasma la preocupación por el caos que hubo el 26 y el 27 de septiembre.
En las transcripciones de estas conversaciones, se detalla que los líderes de “Guerreros Unidos” creyeron que la presencia de los normalistas se trataba de una movilización de “Los Rojos” enviados por “El Carrete” para tomar la plaza de Iguala.
“El Cabo GIl” fue el primero en decir que a los normalistas les había pagado el líder de “Los Rojos” Santiago Mazari Miranda y que había llegado con gente de Morelos.
Estas conversaciones fueron encontradas en el teléfono de Gildardo López Astudillo (detenido el 17 de septiembre de 2015), pero también se hallaron fotos de tortura evidencias de ejecutados, hombres y mujeres, interrogatorios, armas y reportes de medios de comunicación sobre Guerreros Unidos, así como fotografías de vehículos quemados y zonas acordonadas para peritajes forenses, saldo de enfrentamientos con otros cárteles como Los Rojos o La Familia Michoacana, con los que disputaban plazas en la Tierra Caliente de Guerrero.
Pese a las pruebas en su contra, Gildardo López Astudillo, detenido 17 de septiembre de 2015, fue puesto en libertad el pasado 02 de septiembre gracias a la orden del juez Samuel Ventura Ramos, radicado en Tamaulipas, quien desestimó las pruebas argumentando que “El Gil” fue objeto de tortura, la igual que los testigos que lo implicaban en los hechos de Iguala.
Un día antes, Alejandro Encinas, subprocurador de Derechos Humanos, había alertado que uno de los "principales perpetradores" de los hechos ocurridos en Igual, Guerrero, el 26 de septiembre de 2014.
Días después de la liberación de Gildardo, también fueron puestos en libertad 24 policías, bajo el mismo argumento de haber sido torturados.
Hasta el momento, 77 detenidos por el caso Ayotzinapa, han sido liberados.