El Cártel del Noreste (CDN) empezó a difundir hace días imágenes en redes sociales en las que muestra a niños que trabajan para la organización criminal, que los mismo sirven de halcones (informantes) que de sicarios o mulas para repartir droga.
Este lunes publicaron la foto de otro niño sicario llamado Daniel, alias “La Bacteria”, aunque su edad no ha sido revelada, se presume que podrían tener entre 13 y 15 años. En las imágenes aparece fumando marihuana, con armas de grueso calibre, equipo táctico y granadas.
De Daniel no se proporciona más información sobre su carrera en la delincuencia organizada.
Dentro de la estructura del CDN,que opera en Tamaulipas, los llamados niños sicarios desarrollan una serie de funciones que son asignadas por losa jefes de plaza.
Otros niños sicarios identificados con el cártel son “Juanito Pistolas” quien era sicario de la Tropa del Infierno, uno de los brazos armados del cártel. También conocido como “El Comander Chikitin” o el Vengador, ingresó a las filas del crimen a los 13 años, fue decapitado en Nuevo Laredo a finales de agosto.
Al momento de su muerte tenía 16 años y se presume que participó en una serie de ataques armados contra elementos de la policía estatal.
En redes sociales circula también un video en el que aparece un menor al que se identifica como Omar Basurto “A.K.A” alias “El Brackets”, tambien sicario de la Tropa del Infierno.
Una persona grabó al menor de edad mientras escucha música en una troca blindada que él mismo va conduciendo por calles de Nuevo Laredo.
Los cárteles reclutan a menores de edad para aprovechar un apartado de la ley en el que se indica que nadie es legalmente responsable antes de cumplir 14 años y después de los 18 reciben sentencias mínimas.
Por eso es que las organizaciones criminales reclutan a niños de entre 7 y 9 años para iniciarlos, con la intención de que entre los 16 y 16 ya puedan desempeñarse como sicarios.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (INEGI) cada año 7,000 menores de edad reciben sentencias por diversos delitos.
Los delitos de alto impacto que comete este sector tienen un común denominador: el consumo de drogas y el narcotráfico.
En metrópolis consideradas de alto riesgo como Ciudad Juárez, en Chihuahua, datos de fundaciones privadas revelaron que hay niños que inician consumo de tabaco y otras sustancias entre los 10 y 8 años.
De acuerdo con la Red por los Derechos de la Infancia en México (Redim), de 2006 a 2017 sumaron 11.000 los niños, niñas y adolescentes asesinados y 6.800 los desaparecidos en el contexto de la lucha contra el crimen organizado en el país.
Ubicar a los jóvenes sicarios es relativamente fácil, pues en barrios de ciudades como Monterrey, la misma Ciudad Juárez, Ciudad Victoria, en el estado de Tamaulipas, "están en las esquinas, algunos trabajadores sociales saben quiénes son y para quién trabajan", por lo que para el gobierno no sería difícil localizarlos e insertarlos en algún programa.
El actual gobierno federal ha definido como uno de sus principales retos empezar un combate que inicie por arrebatarle al narco a los niños que a los 12 años ya son contratados como halcones (para espiar a los demás), y que a los 14 están convertidos en sicarios que han cometido varios asesinatos, y a los 20, ya son en jefes de plaza de alguna organización.