México olvida su sistema penitenciario hasta que un golpe, cíclico y letal, hace recordarlo, como ha sucedido en los últimos meses en Tabasco y Ciudad Victoria En esta puesta, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) enlistó las razones por las que estos centros son caldo de cultivo de la corrupción, la extorsión, el cobro de piso y la delincuencia organizada.
En su actual informe del sistema penitenciario en el país, la comisión exhibió los estados con los peores problemas carcelarios. Según su calificación, Tamaulipas es la entidad con la puntuación más baja en México, con 4.92. A la lista le siguen, Baja California Sur, con 4.95; Nayarit, con 4.99, Guerrero, con 5.17 e Hidago, con 5.28.
Los parámetros tomados en cuenta para la calificación fueron la falta de seguridad, la poca higiene en los centros, los programas de rehabilitación, la falta de oportunidades laborales y la presencia criminal dentro de la prisión.
Las riñas, los decesos, motines, intentos de suicidios y la agresión a terceros fueron causantes de que Ciudad Victoria encabezara la lista de los penales tamaulipecos más peligrosos en la entidad.
La Secretaría Pública de la entidad señaló que de los siete penales estatales, el que ha presentado un mayor número de incidentes es el Centro de Ejecución de Sanciones (Sedes), ubicado en la capital tamaulipeca, el más antiguo del estado que cuenta con 103 registros.
En el 2013 no se contabilizó ninguno, pero en 2014 tuvo 20; en 2015 se dieron 42; en 2006 fueron 15; en 2017 sólo 18 y el 2018 cerró con 8 incidentes.
Se entiende por incidentes, los hechos violentos que se han presentado en los centros penitenciarios como riñas, desordenes, suicidios, homicidios, motines, entre otros.
Desde hace un año, la actual administración en Tamaulipas, realiza de manera permanente una estrategia que incluye constantes revisiones a los penales y traslados de internos a diferentes cárceles para evitar los autogobiernos.
En febrero, diez reos de alta peligrosidad fueron excarcelados del Centro Estatal de Ejecución de Sanciones y trasladados al reclusorio federal en Tepic, Nayarit. La mayoría de los reos pertenecía al Cártel del Golfo y se disputaban la plaza. Entre ellos se encontraba Alberto Blanco Flores “El Pelonchas”, Petronilo Flores Moreno “El Panilo”, y Víctor Manuel Pérez Rico, “El Comandante Viento o Pantera 16”.
Al interior del penal de Ciudad Victoria
Durante su libertad eran enemigos, pero ahora comparten espacio en el Centro de Ejecución y Sanciones de Ciudad Victoria, Tamaulipas. Miembros del Cártel del Golfo y Cártel del Noreste viven una misma condena.
Abres los ojos y lo primero que ves es una pared de ladrillo gris desgastado, enfrente hay unas rejas. Tras ellas se escucha el eco de conversaciones de pasillo. El ruido de comunicación por radioteléfono, un conteo lejano y chirridos de cadena.
Así, conviven más de 900 reos en el penal de la capital de Tamaulipas, que a diario viven una situación de inseguridad y violencia debido a la batalla interna entre grupos delincuenciales por el control del centro.
El penal se encuentra dividido en módulos y secciones, y en la parte de atrás se localizan algunos talleres. En días de visita, la mayoría de los internos se encuentra en áreas comunes conviviendo con sus familiares o simplemente sentados al exterior, leyendo o escuchando música.
Existe un área donde se encuentran la internas y al lado, un pasillo donde se encuentran los cuartos para las visitas conyugales.
Para los niños que visitan a sus papás, existe una pequeña zona de juegos.
Desde hace mucho, las prisiones de Tamaulipas son un foco rojo en materia de autogobierno y sobrepoblación.
El autogobierno es parte de un proceso que proviene de la corrupción y de la falta de personal apropiado en las prisiones pues sabemos de casos en los que los custodios les piden ayuda a los internos.
De acuerdo a la Comisión Nacional de Derechos Humanos, los miembros de la delincuencia organizada no deben estar ni en las prisiones municipales ni en las estatales "deben estar solamente en los centros federales.
Los principales males que se han identificado en los penales de Tamaulipas son la sobre población, el hacinamiento, mal perfil de su persona e instalaciones inadecuadas. Así como los privilegios que se dan: mientras unos reos pueden vivir hacinados en una celda, en otra puede vivir uno solo, disfrutando de todas las comodidades como tener televisión y horno de microondas.