La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) destacó que a partir de 2017, México se convirtió en el mayor receptor de migrantes provenientes en su mayoría de Estados Unidos, Venezuela y Honduras.
En contraste, el flujo de mexicanos hacia el país vecino disminuyó en 2.3%, reveló el reporte anual "Panorama de Migración Internacional 2019, de la OCDE".
La organización detalla que en 2017 México recibió 32,000 migrantes, cifra inferior en 8.7% a los extranjeros que permanecieron en el país en 2016 y que se estará incrementando en las estadísticas del 2018 y 2019, ante la decisión de Estados Unidos de deportar a migrantes latinoamericanos que ingresaron de forma ilegal al país en busca de mejores oportunidades de vida.
El flujo de migrantes deportados hacia México ha obligado a las autoridades a tener medidas de corto plazo para garantizar la ayuda humanitaria de los personas, que incluyen la espera de una decisión para la solicitud de asilo en EEUU.
Los apoyos incluyen alimentos y atención médica, un esfuerzo para el que se ha coordinado el gobierno mexicano con la sociedad y organizaciones internacionales.
El informe de la OCDE señala que se requiere el desarrollo de mejores políticas internas para atender la llegada de migrantes y tratar de mitigar el impacto en demanda de empleo, vivienda y atención médica.
A pesar de la disminución de mexicanos hacia los Estados Unidos, se mantiene junto con China y Cuba como los líder en desplazamiento de personas hacia territorio norteamericano en busca de mejores oportunidades de vida.
La OCDE señala que los receptores de migrantes tienen como mayor preocupación el impacto de empleo y salarios, pues a pesar de estar de manera temporal, buscan oportunidades de empleo.
Se hace énfasis en que el sector de servicios suele ser el principal receptor de migrantes temporales, pero la falta de políticas internas para atender estos cruces suele impactar en la sociedad, reduciendo las opciones laborales para los ciudadanos originarios y dando lugar a la precarización de la oferta y malos salarios para los migrantes ilegales, que no cuentan con prestaciones, ni protección del gobierno.
A pesar de lo anterior, los especialistas de la organización dijeron que lo migrantes y refugiados que logren integrarse al mercado de trabajo multiplican la capacidad productiva del país que los recibe.
Canadá, Alemania y países escandinavos son el claro ejemplo de haber logrado desarrollar políticas públicas de entrenamiento e inserción en su mercado laboral para aprovechar las capacidades y talentos de los migrantes.
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Situación que hasta el momento, no se ha dado en México, debido a la serie de restricciones que se tienen por parte del gobierno, aunado a que los migrantes ven al país como un lugar de paso, rumbo al sueño americano.
La barrera sociocultural también es un factor para que los migrantes se adapten a un país; en el caso de México, a pesar de compartir el idioma como lo es con los centroamericanos, las condiciones de vida y la ola de violencia que se vive tanto en sus países de origen como en suelo azteca, los orillan a seguir con su camino hacia EEUU.
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Es por ello que la OCDE, sugiere generar censos sobre las calificaciones, experiencia laboral de los grupos y edades, pues este tipo de información a menudo favorece el desarrollo de las políticas públicas de integración.
De acuerdo con la Secretaría de Gobernación, las solicitudes de asilo hacia México aumentaron en el último año, según los reportes se han recibido 48 mil 254 solicitudes de enero a agosto de 2019, 231% más que en 2018, la mayoría hecha por migrantes centroamericanos.