El presidente del máximo órgano de justicia de México, Arturo Zaldívar Lelo de la Larrea, dijo que ahora es el momento social y político "especialmente propicio" para una reforma judicial más profunda y de mayor calado.
A principios de año, con siete votos a favor, Zaldívar Lelo de Larrea, conocido por emitir criterios como la constitucionalidad del uso lúdico de la marihuana, se convirtió en el nuevo presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) en sustitución del ministro Luis María Aguilar.
En una columna reciente, Arturo Zaldívar aseguró que se ha iniciado una "verdadera autorreforma" del Poder Judicial de la Federación "centrada en los ejes de combate a la corrupción y al nepotismo; igualdad de género y paridad; eficiencia administrativa y austeridad; así como acceso a la justicia".
"En general, hemos buscado una mayor cercanía con la gente a través de nuevas estrategias de comunicación, utilizando de mejor manera los recursos disponibles, haciendo más con menos", afirmó el ministro en una columna para el periódico Milenio.
"Las demandas de justicia siguen siendo apremiantes y existen las condiciones para un diálogo y un consenso con los otros poderes, sobre las modificaciones legales que son necesarias para que la justicia llegue a aquellos para quienes siempre ha estado vedada", agregó.
También aseguró que lo guían los mismos principios que hace casi 10 años, cuando fue propuesto por el ex presidente Felipe Calderón Hinojosa como ministro de la SCJN. "En materia de libertad de expresión, igualdad de género, no discriminación, interés superior de la infancia, debido proceso, derecho a un medio ambiente sano, derechos de personas con discapacidad, derechos de los pueblos y comunidades indígenas", etc.
El presidente explicó que en el Consejo de la Judicatura Federal se han implementado nuevas políticas y se han hecho más estrictos los estándares para la ratificación de juzgadores.
"Están en curso los primeros concursos internos de oposición, exclusivos para mujeres, para la designación de juezas de distrito y magistradas de circuito; se han iniciado procesos consultivos con la sociedad civil, para la actualización de los protocolos de actuación para impartidores de justicia", detalló.
Sobre la reforma judicial que se emprenda, Zaldívar dijo que debe partir de la base de no modificar su composición e integración de la Suprema Corte y preservar su función como Tribunal Constitucional del Estado Mexicano, pues debe apostar por la "agilidad de los procedimientos, por la transparencia y por el reforzamiento de la justicia local".
Según su perspectiva, debe centrarse en dar mayor acceso a la justicia a todas las personas, y no solo a las élites.
A Zaldívar se le ha percibido como un ministro afín a las ideas anticorrupción del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Públicamente ha reconocido que la Corte y los juzgadores federales han sido blanco de diversas críticas al ser percibidos como opacos, cerrados y derrochadores.
Es doctor en Derecho por la UNAM y durante 25 años fue abogado postulante en materia constitucional y combinó su actividad con la vida académica.
Se ha desempeñado como catedrático y docente en la UNAM, la Escuela Libre de Derecho, la Universidad Iberoamericana, y la Universidad Panamericana, en la materias de Derecho constitucional, Derecho procesal constitucional y Derechos humanos.
Participó en la redacción del proyecto de Ley de Amparo como miembro de la Comisión creada al efecto por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en 1999.
Fundó el Instituto Mexicano de Derecho Procesal Constitucional y es miembro de diferentes organismos de impulso e investigación del Derecho procesal constitucional.