El gobierno de Oaxaca decretó tres días de luto en la entidad por el fallecimiento del artista, activista y filántropo, Francisco Toledo, originario de ese estado del suroeste de México. Las banderas serán colocadas a media hasta
El cáncer de pulmón acabó con Francisco Benjamín López Toledo, quien falleció el jueves a los 79 años en su hogar en Oaxaca. A lo largo de su vida construyó una carrera artística que lo llevó a explorar la pintura, cerámica y escultura. A la par, se destacó como activista, promotor cultural y filántropo.
Su cuerpo fue incinerado y sus restos iban a ser llevados al Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca para que las personas se despidieran del artista. Pero al final la familia decidió respetar la última voluntad del oaxaqueño de no hacerle homenajes póstumos por ir contra la humildad que lo caracterizó.
La fachada del Instituto de Artes Gráficas fue revestido con coronas funerarias en la memoria del artista. Después de que la familia del artista confirmara su muerte, personas comenzaron a llevar presentes para recordarlo e instalaron una ofrenda. En ese lugar, Toledo fundó una de las bibliotecas especializadas en arte más importante de Latinoamérica. El acervo se conforma por 60,000 ejemplares.
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Además de flores, le dejaron veladoras, mezcal y corearon canciones de la región del Itsmo de Tehuantepec. Una foto del pintor fue colocada sobre una de madera junto a la entrada del Instituto. La familia se dirigió al lugar para dar las gracias a la personas que mostraron su solidaridad por la partida de Toledo.
Toledo también fue un incansable promotor de la cultura mexicana, creó proyectos vanguardistas . Otros legados que dejó en Oaxaca fue el Centro de las Artes de San Agustín, el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo. Además, creó la Casa de la Cultura de Juchitán.
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En el Palacio de Bellas Artes, ubicado en el Ciudad de México, se rindió un homenaje a Francisco Toledo desde el viernes. Cestas con mazorcas, flores blancas, música y cantos en zapoteco y algunas de sus obras plásticas fueron colocadas en el vestíbulo.
Los asistentes escribieron su sentir sobre la partida de uno de los mayores artistas de México de finales de siglo en libretas abiertas. "Me quedo con tus papalotes, con tus gatos, tu geometría, tu serie de Pinocho, tus insectos que parecían multiplicarse, con tu afán por sembrar, por proteger, por hacer de México un país en progreso", escribió una mujer madura consignada en un comunicado de prensa.
El Coro de Madrigalistas del Instituto Nacional Bellas Artes de Literatura (INBAL) interpretaron canciones en zapoteco acompañadas a piano por Carlos Aransay.
Francisco Toledo nació en Juchitán, Oaxaca, el 17 de julio de 1940. Desde temprana edad mostró habilidades para el dibujo y las artes plásticas que fueron su medio para apoyar y denunciar numerosas causas, como la vez que hizo 43 papalotes cada uno con el rostro de uno de los normalistas de Ayotzinapa desaparecidos en septiembre de 2014.
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En vida fue reconocido en Europa, Estados Unidos y América Latina por la aportación de su arte. "El maestro Toledo nos ha acompañado en tantas luchas, por los derechos, las muejres, los territorios, las libertades. Para nosotros representa una ausencia, pero como lo acabo de colocar aquí la fuerza del maestro se queda con nosotros", dijo la activista feminista Angélica Ayala Ortiz a la agencia Efe.