Esta mañana del 4 de septiembre, el pueblo de San Pablo Chimalpa en la alcaldía Cuajimalpa fue despertado por alaridos y amenazas porque alrededor de 30 personas intentaban linchar a un sujeto.
Frente a la iglesia de la comunidad los vecinos colocaron unos palos y con cuerdas intentaron amarrar a un hombre de aproximadamente 28 años que momentos antes había sido acusado de querer robarse las limosnas del oratorio.
Las autoridades se enteraron y fueron lo más rápido que pudieron a la zona en donde estaba a punto de comenzar el asesinato.
Llegaron 250 elementos de seguridad quienes, sin saber claramente por qué la comunidad planeaba incinerar al sujeto, intentaron desatarlo de los pedestales para resguardarlo y llevarlo al Ministerio Público en caso de que hubiera cometido algún crimen.
Pero la comunidad respondió de forma violenta y agredió a los policías porque no querían que se llevaran al sujeto. Después de un forcejeo de varios minutos que levantó de la cama al resto de los vecinos que aún no habían llegado al lugar, los elementos de seguridad lograron liberar al hombre.
Fue llevado a las instalaciones de las autoridades para que determinaran su situación jurídica.
Por su parte, los residentes de la comunidad en Cuajimalpa explicaron por qué iban a linchar el sujeto.
Presuntamente a las cinco de la mañana el cuidador de la iglesia salió para tocar las campanas, pero se detuvo al ver que un individuo había brincado sobre la azotea para intentar ingresar al templo.
El vigilante lo siguió y se dio cuenta de que trataba llevarse las limosnas que habían dado los creyentes durante las misas. Tenían acumulados aproximadamente 7.000 pesos.
De inmediato salió para gritar y avisarle a todos las intenciones del ladrón. Los vecinos más próximos salieron y persiguieron al hombre, lo golpearon y planearon su linchamiento.
Adrián Rubalcava confirmó la información en su cuenta de Twitter. Escribió que elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana ya tenían en custodia al presunto ladrón, y que las vialidades de Cuajimalpa ya habían sido liberadas.
Este mecanismo en el que los pobladores intentan quemar a una persona señalada por haber cometido un crimen es cada vez más común en México.
Según un informe de la Comisión Nacional de Derechos Humanos este acto casi se triplicó del 2017 al 2018. Pasaron de registrarse 60 casos a 174. La cifra de víctimas también creció. Pasaron de ser 110 personas muertas por linchamiento a 271.
Mientras que en los primeros tres meses del 2019 se constataron 107 asesinatos por 67 linchamientos. Los estados en lo que los residentes más lo realizan son Estado de México, Puebla, Tabasco e Hidalgo.
Las principales acusaciones que provocan a la población de querer quemar a los presuntos criminales, son robo, secuestro y abuso sexual. Los mexicanos han decidido hacer "justicia por su propia mano" ante la desesperación de que sus denuncias a las autoridades no son efectivas.
Sin embargo, al realizar este procedimiento la comunidad también incurre en un crimen.
En el país se han dado casos en los que las personas linchan a sujetos que habían sido acusados de cometer delitos, pero que después de su muerte se dieron cuenta de que eran inocentes.
Este año en febrero en la alcaldía Xochimilco un sujeto que se hospedaba en un hotel de la demarcación fue acusado de haber violado a una menor. Los vecinos lo sacaron del lugar en el que se quedaba y entre decenas lo golpearon e intentaron linchar.
Los policías, cuando se percataron de lo que sucedía, intentaron detener la agresión. La comunidad se enfureció contra las autoridades por lo que se desató un enfrentamiento.
Después de varias horas los agentes de seguridad lograron salir de la zona y llevaron al hombre al Ministerio Público, pero falleció antes de llegar al sitio a causa de los golpes.
Luego se realizaron indagatorias sobre la culpabilidad del hombre fallecido. Se descubrió que era de origen guerrerence sin antecedentes criminales y que no había cometido ningún abuso sexual. La acusación fue una confusión.