Hace ocho años una de las tragedias más grandes de México ocurrió en Monterrey, Nuevo León. El 25 de agosto del 2011, un grupo armado, presuntamente parte del cártel de los Zetas, incendió el Casino Royale porque el dueños no quiso ceder a una extorsión.
Fallecieron 52 personas entre las que se encontraban trabajadores y clientes del lugar y aproximadamente diez más resultaron heridas.
Durante los primeros minutos del 28 de agosto de este año, a sólo dos días de que se cumpliera el aniversario de la tragedia ocurrida en Monterrey, un crimen similar se perpetuó en Coatzacoalcos, Veracruz.
Una persona llegó al bar Caballo Blanco, ingresó al sitio, disparó a algunos asistentes y lanzó bombas molotov para que el local se incendiara. Dentro murieron 25 personas y 13 resultaron lesionadas de gravedad.
Aunque las autoridades aún no han concluido las investigaciones sobre el móvil del ataque, se sospecha que también fue por cobro de piso. En meses pasados en el mismo municipio células criminales también prendieron fuego a otros negocios de los que los dueños declararon que habían intentado extorsionarlos.
Cuitláhuac García, gobernador de Veracruz, informó a través de su cuenta de Twitter que identificaron al posible responsable autor material del crimen: Ricardo "N", alías "La Loca".
Incendios: método de criminales para reclamar cobro de piso
Cuando ocurrió la tragedia en Casino Royale, la administración de Rodrigo Medina Mora, entonces gobernador de Nuevo León, dio a conocer que el cártel Los Zetas intentaba cobrar 130 mil pesos semanales a Casino Royale para que pudiera operar.
Sin embargo, los dueños del negocio se negaron a hacerlo. Por lo que los delincuentes procedieron a prenderle fuego al lugar.
Ese 25 de agosto alrededor de las 16:00, un grupo de aproximadamente 17 personas llegó a las inmediaciones del casino a bordo de cuatro vehículos. Uno de ellos traía tres galones de gasolina.
Los hombres del comando armado bajaron de los autos. Algunos ingresaron al lugar, mientras otros más resguardaron la entrada. Ya en el interior, dispararon a los clientes y trabajadores, pero antes de salir y huir, rociaron el combustible las entradas y prendieron fuego. Todo lo cometieron en dos minutos y medio.
Las llamas comenzaron a arder y los presentes iniciaron una estampida para salir. Algunas personas pudieron escapar, pero otras más murieron aplastadas. El fuego creció tanto que ya no se pudo cruzar a la entrada.
Los que quedaron atrapados comenzaron a caer porque se asfixiaron con el humo del incendio. Otros intentaron salir por las puertas de emergencia traseras, pero estaban bloqueadas.
Cuerpos de emergencia estatales llegaron al lugar, pero el incendio había crecido tanto que más de cinco decenas de personas ya habían perdido la vida. Antes del ataque se encontraban alrededor de 100 individuos dentro del casino.
Ese día el sitio operaba de manera ilegal. Había sido clausurado por haber comenzado a ampliar sus instalaciones sin tener un permiso para hacerlo. Además, de por haber sido señalada por irregularidades en las autorizaciones que necesitaba para establecer el casino.
El propietario del sitio de apuestas era Raúl Rocha Cantú, dueño de la empresa Entertainmen Enterprises of México S.A. de C.V. Él declaró ante las autoridades que el grupo delictivo le pedía entre 50 y 140 mil dólares por protección, pero él no quiso pagar.
Rocha cuenta con más negocios del mismo giro en todo el territorio mexicano, además es dueño de Conexiones y Mangueras S.A. (Cymsa).
En el bar Caballo Blanco, la célula criminal, aún no identificada, operó de manera similar. Un hombre armado llegó al sitio e ingresó a él. Atacó a los clientes y trabajadores con arma de fuego.
Después, les lanzó bombas molotov. El impacto provocó que las víctimas se elevaran e impactaran contra algunos muebles y paredes. El sujeto salió del sitio pero antes roció gasolina en la entrada y cerró las puertas para que las personas no pudieran salir.
Murieron 26 personas: 16 hombres y 10 mujeres, y 11 personas más resultaron heridas de gravedad.
Los cuerpos pudieron ser recuperados cuando las autoridades llegaron al lugar y se percataron de que le incendio había sido un ataque, y no accidente.
Se comenzó un operativo para identificar y capturar al responsable.
En Veracruz operan seis cárteles, Cártel Jalisco Nueva Generación, Zetas vieja escuela, Cártel del Noreste, Cárteles Unidos y Jarochos Unidos, ha declarado en el pasado Cuitláhuac García. Las organizaciones delictivas pelean por el territorio.