Las autoridades mexicanas se están preparando para presentar más cargos penales contra el ex director de Pemex, ampliando el alcance de los esfuerzos anticorrupción lanzados por el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, informó el diario The Wall Street Journal.
Emilio Lozoya, ex CEO de Pemex, ha estado en libertad desde finales de mayo, luego de haber sido acusado de recibir más de USD 12 millones en sobornos de la constructora brasileña Odebrecht y la siderúrgica mexicana Altos Hornos de México, o Ahmsa. Su ubicación actual es desconocida.
Los investigadores mexicanos aseguran que Lozoya también recibió unos USD 2.8 millones en sobornos relacionados con la compra de Pemex en 2015 de Grupo Fertinal, una compañía de fertilizantes, según una persona con conocimiento de la investigación.
La Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda planea presentar cargos de lavado de dinero, soborno y malversación de fondos ante la oficina del fiscal general de México en las próximas semanas, agregó la fuente.
En delitos relacionados con las finanzas, el ministerio debe presentar una queja ante los fiscales mexicanos antes de presentar el caso a un juez.
Fertinal supuestamente pagó los sobornos en 2014 a una empresa fantasma en las Islas Vírgenes Británicas controlada por Lozoya, dijo la persona.
El diario señaló que el director de Fertinal previo a la compra por parte de Pemex, Fabio Covarrubias, no pudo ser alcanzado inmediatamente en busca de comentarios. Él ha declarado que Fertinal era una empresa eficiente y exitosa al momento de su venta.
Un abogado de Lozoya tampoco pudo ser contactado para hacer comentarios, mencionó la publicación.
Lozoya, que dirigió Pemex de 2012 a 2016, ha negado en múltiples ocasiones haber hecho algo ilegal e incluso ha defendido las inversiones de la petrolera en el negocio de los fertilizantes. Él ha señalado que es inocente de los actuales cargos contra él.
Pemex pagó unos USD 635 millones por la compra de Fertinal, una empresa estatal que fue privatizada a principios de la década de 1990. La compra, que incluyó USD 426 millones en deuda, fue controvertida.
Muchos críticos, incluyendo miembros del consejo que votó en contra de la operación, consideraron que el precio de compra estaba inflado y que era una mala inversión para Pemex, cuyos negocios industriales han registrado enormes pérdidas de manera rutinaria.
A inicios de este año, un reporte de Pemex señaló que Fertinal tenía meses de pérdidas de unos 12 millones de dólares al momento de la compra y que el precio pagado por la empresa era 194 millones arriba de su valor real.
"Fertinal estaba técnicamente en bancarrota", agregó el informe.
Desde que asumió su cargo en diciembre, el presidente López Obrador hizo campaña para poner fin a la corrupción desenfrenada que, según él, afectaba a gobiernos anteriores.
Rosario Robles, ex ministra de Desarrollo Social de México bajo la administración del ex presidente Enrique Peña Nieto, fue encarcelada en espera de juicio la semana pasada después de ser acusada en relación con una investigación de corrupción por separado.
Se alega que Lozoya está en el centro del mayor escándalo de corrupción que involucra a un ex jefe de Pemex en casi 40 años. La oficina del fiscal general de México lo acusó de lavado de dinero, extorsión y soborno a finales de mayo en relación con dos casos separados de corrupción.
La segunda investigación contra Lozoya se relaciona con el supuesto pago de unos USD 9 millones en sobornos por parte de Odebrecht a cambio de contratos, dicen los fiscales. Al parecer, parte del dinero se recibió cuando Lozoya fue un ayudante clave en la campaña presidencial de Peña Nieto en 2012, poco antes de ser nombrado CEO de Pemex.
Varios ex ejecutivos de Odebrecht le han dicho a los fiscales brasileños bajo juramento que, para asegurar los contratos del gobierno mexicano con su empresa, pagaron USD 10 millones en sobornos a Lozoya mientras él era uno de los principales asesores de Peña Nieto.
Como parte de un acuerdo con las autoridades estadounidenses en 2016, Odebrecht admitió haber sobornado a gobiernos de América Latina y de otros lugares a cambio de contratos. Los representantes de Odebrecht no pudieron ser contactados por el Wall Street Journal para hacer comentarios en las oficinas de la compañía en la Ciudad de México.
Los fiscales dicen que Lozoya compró dos mansiones con las ganancias de los sobornos, una en un vecindario de lujo en la Ciudad de México y otra en un complejo costero de Ixtapa, en la costa del Pacífico.