Este martes, sobre las 08:30 horas de la mañana, los vigilantes de seguridad de "Grand Tower", un exclusivo edificio de Polanco, en Ciudad de México, recibieron una llamada de emergencia. Era la empleada doméstica del departamento 203 – Torre B, que al entrar al inmueble para realizar sus labores, había encontrado muerta a la propietaria, una mujer colombiana de 31 años llamada Laura Cristina.
Era muy humana. Muy amable, cariñosa, educada
En minutos, las ambulancias y las patrullas de policía rodearon el edificio, que cada hora, está protegido por siete u ocho guardias que vigilan los distintos accesos. Cuando los vecinos descubrieron en las noticias que habían asesinado a una mujer colombiana en el segundo piso, algunos escribieron nerviosos a Laura Cristina para saber si se encontraba bien, pero ella no contestó a los mensajes. Horas después, supieron que Laura era la víctima del homicidio, y que trabajaba como escort.
"Nosotros nunca imaginamos que fuera lo que dicen que es. Era muy humana. Muy amable, cariñosa, educada. Estamos muy tristes porque la han denigrado mucho", contó a Infobae México un vecino que prefirió mantener su anonimato.
Quería traerse a su hija de Colombia
Laura Cristina se ganaba la vida como escort. En su cuenta de Twitter, @khaterinvip50, promocionaba sus servicios a 1,500 pesos la hora. Al enseñar a los residentes las fotografías eróticas y los videos íntimos que publicó en la red social, la reconocen: "Sí, es ella". Pero en absoluto esa es la imagen que recordarán de su vecina.
"Siempre se vio como una señora. Se veía con clase y muy elegante. Todos los que la conocimos aquí sabemos que era muy buena persona y cariñosa", insistió el vecino del complejo.
La joven colombiana llegó a Ciudad de México desde Bogotá hace un año, momento en el que rentó un departamento muy cerca de Plaza Carso, en la torre "Grand Tower" de la colonia Ampliación Granada. Conducía un Mercedes, era una mujer preciosa, y su imagen, explican, era impecable.
"Tenía siempre estilistas que la peinaban y la maquillaban".
Algunos residentes creían que venía de una familia adinerada de Colombia, mientras que otros pensaban que era doctora. Su plan era traer a México a su madre y a su hija si su ex marido se lo permitía.
Siempre se vio como una señora
En la mañana del martes había quedado como cada día con su entrenador personal. Ella hacía deporte en uno de los dos gimnasios del edificio, que también cuenta con cancha de pádel, solarium, dos piscinas, cine y sala de yoga, entre otras amenidades. Aunque en un principio había agendado la cita para las 10:00, el lunes por la noche, horas antes de ser asesinada, decidió retrasar el entrenamiento y cambiarlo a las 13:00 horas.
Aunque según se lee en su cuenta de Twitter, la víctima recibía a los clientes en su departamento particular, los vecinos nunca sospecharon nada, ni vieron en el edificio distintos hombres que pudieran ser clientes. Su casa siempre estaba "limpísima y ordenada", ya que su empleada del hogar trabajaba allí todos los días. Ella fue quien encontró a Laura Cristina sin vida en el departamento y denunció lo ocurrido al equipo de seguridad del condominio. Según las autoridades, el cuerpo de la víctima presentaba golpes en diversas partes del cuerpo. La Procuraduría General de Justicia de CDMX confirmó que investiga el caso como un delito de feminicidio.
Laura Cristina dio acceso al edificio "al sospechoso del homicidio"
En un comunicado enviado a los vecinos y obtenido por Infobae México, la administración del condominio confirmó que hay un "sospechoso del homicidio", y que Laura Cristina fue quien le dio acceso a su vivienda.
"La inquilina llevaba aproximadamente un año arrendando el departamento y fue ella misma la que le dio autorización de acceso al sospechoso de homicidio. El protocolo de seguridad en todo momento se llevó a cabo de acuerdo con las consignas de seguridad", se lee en el documento.
El estricto protocolo de acceso al complejo exige a los no residentes registrarse en un libro de visitas al entrar. Después, el vigilante llama por teléfono al propietario o inquilino, que es quien permite ingresar a la torre al visitante. Los guardas, entonces, deben desbloquear el ascensor, que se activa únicamente con las tarjetas que poseen los residentes. En ningún momento, insiste el comunicado, los empleados de seguridad incumplieron este protocolo, y fue la víctima quien autorizó el acceso del sospechoso al edificio.
La administración también explicó que el departamento en el que ocurrió el crimen fue resguardado por personal de la Procuraduría, que realizará "más periciales en el transcurso de los días siguientes". Los agentes ya están analizando los videos del complejo y las huellas digitales encontradas para dar con el sospechoso.
Desde que se enteraran de la noticia del asesinato, los vecinos de "Grand Tower" se sienten dolidos por la información que se ha vertido de Laura Cristina, a quien parecen haber criminalizado por la profesión que ejercía, cuando en realidad, ella fue víctima de un feminicidio atroz.
"La han tratado muy mal. Ella era un ser humano, y por dedicarse a lo que se dedicaba no era el diablo. Los que la conocimos sabemos que era muy linda persona", recordó el residente conmocionado.
Ahora buscan justicia, y que se encuentre al asesino de Laura Cristina, para que pague por lo que hizo. Lo que menos les importa es cómo se ganaba la vida, y sólo tienen para Infobae México una condición.
"No sabemos nada nuevo del crimen, pero escribe algo humano de ella".