Brayan Aguilar Juanillo se convirtió en una estadística más. En un país azotado por la violencia, la barbarie se mide en cifras: los 43 estudiantes de Ayotzinapa, los tres jóvenes de Jalisco disueltos en ácido, los 40,000 desaparecidos de México.
La desaparición de Brayan no fue diferente a los demás. El joven de 28 años se busca desde hace más de una semana en el paraíso mexicano, Cancún, Quintana Roo, donde fue visto por última vez.
Este hombre, originario de la Ciudad de México, desapareció desde el pasado 29 de julio de 2019, cuando llevaba un día de haber ingresado a trabajar en una constructora.
La carpeta número FGE/QR/CAN/UAP/08/299/2019 de la Unidad de Atención a Personas Desaparecidas estableció que Brayan llegó a Cancún acompañado de Sara García Chávez, también esta desaparecida, por una propuesta de trabajo.
El joven pasó a dejar sus pertenencias a un cuarto por "El Crucero", en el centro de la zona turística y acudió a la obra donde laboró hasta las 17:00 horas. La última conexión en el celular del joven fue a las 07:19 horas del 29 de julio.
En entrevista con Infobae México, la madre del desaparecido, dijo que la Fiscalía General de Quintana Roo dio a conocer que la última llamada de Brayan fue a una ciudad acuña al municipio Benito Juárez.
A pregunta expresa acerca del móvil de la desaparición, dijo que las autoridades no han expresado nada al respecto. "Si estuviera bien, ya se hubiera comunicado conmigo […] Algo le paso, de eso si estoy segura", mencionó.
Extorsionadores aprovechan la tragedia
Al momento de su desaparición, el joven Brayan Aguilar vestía playera blanca, pantalón azul de mezclilla y tenis negro con blanco.
Además, como señas particulares tiene un lunar en el labio superior izquierdo, tatuaje en la costilla izquierda y una mancha café en la mano derecha.
Con esa misma descripción, un hombre que se comunicó con la familia del joven aseguró vio a Brayan en República Dominicana, sitio ubicado a más de 1,763 kilómetros en línea recta en avión desde el lugar de su desaparición (Canacún).
La persona conocedora del posible paradero de Brayan se identificó como Joel de los Santos, quien detalló que el desaparecido estaba de compras en un pueblo de la isla caribeña.
De los Santos solicitó que depositaran USD 150 como viáticos para llevar de vuelta a Bryan.
Durante la búsqueda de su hijo, Gabriela Juanillo y Anastacio José Aguilar, acudieron a la obra del hotel Senator Rivera Cancún, donde su hijo trabajó por un día. Ahí, ambos recorrieron casi cinco kilómetros de acceso que hay desde la carretera federal 307 Cancún-Chetumal, cuyo camino está flanqueado por mangle.
En el trayecto, preguntaron si alguien vio a su hijo, no obtuvieron respuesta. Al llegar al acceso de la obra se les impidió el paso, ya que sólo podrían acceder con cita.
Vía telefónica, el hombre que le brindó hospedaje a Brayan, dijo que éste llegó, dejó sus pertenencias y se dispuso a trabajar.
El joven de 28 años viajó en compañía de su amiga Sara García Chávez, de 29 años, quien también desapareció. De acuerdo a Gabriela Juanillo, ambos tenían cinco meses de conocerse.
Los últimos mensajes
"Te vas con cuidado y pues mucha suerte, que te vaya bien", ese fue el último mensaje que Brayan Aguiar Juanillo recibió de su madre, Gabriela, con quien se comunicó el pasado 28 de julio.
El texto enviado a las 16:42 horas fue respondido por Brayan con tan sólo unos minutos de diferencia: "Si ma, gracias". La conversación siguió su transcurso hasta las 14:20 horas, cuando Gabriela lo cuestionó si ya había llegado a Cancún, Quintana Roo. La pregunta no tuvo respuesta.
Según Gabriela, su hijo viajó al paraíso mexicano en busca de un mejor futuro: "Se fue a trabajar (a Cancún) para ganar un poco más y darle un mejor futuro a su bebé que está por nacer", recalcó.
Desapariciones "quiebran esperanzas"
La desaparición de 11 personas en menos de una semana en Quintana Roo, de las cuales ocho sucedieron en el paraíso mexicano, Cancún, prendió las alarmas de la Fiscalía General del Estado, que hasta el momento carece de pistas para esclarecer estos hechos.
Aunque en todos los casos tienen motivos distintos, cada uno de ellos tienen un común denominador: las víctimas son jóvenes y adultos en edad productiva, que llegaron por tener una oferta de trabajo.
Las desapariciones más recientes fueron reportadas del 29 de julio al 6 de agosto, entre las que se encuentran 10 hombres y una mujer, que se encontraban en Cancún, Chetumal, Felipe Carrillo Puerto, Solidaridad y Benito Juárez.
La lista de las personas no localizadas en Cancún la integran: Freddi Rodrigo May Sosa, de 27 años, él desapareció el 6 de agosto; Rosendo Ibánez López y José Vicente Pérez Vázquez, de 31 y 45 años, su carpeta de investigación fu abierta el pasado 4 de agosto; Juan Luis Gómez Robles, Juan Manuel González Verdín y Ari Fenando Chávez, de 33 y 44 años, respectivamente, desaparecieron el 3 de agosto.
En las advertencias también aparecen: Sara García Chávez y Brayan Aguilar Juanillo,ambos originarios de la Ciudad de México y el Estado de México, respectivamente.
Otro caso se reportó 11 días antes, cuando Marcos Hernández, de 33 años. Él desapareció el pasado 18 de julio.
Además, se documentó el caso de Jorge Alberto Ballina, de 41 años, que desapareció en Solidaridad, el 3 de agosto; José Ramón Belam, de 71 años, en Chetumal el 1 de agosto. En Felipe Carrillo Puerto se registró la desaparición de Eduardo Tuz Ucan, de 24 años. Finalmente, en José María Morelos, la joven de 25 años, Karala Iriana Quijada, tiene reporte de desaparición.
Buscan mejores oportunidades: encuentran tragedias
Juan Manuel González, Ari Fernández y Juan Luis Gómez, originarios de Jalisco, desaparecieron el sábado 3 de agosto. Lo último que se supo de ellos es que disfrutaban de un día de playa en la Isla Blanca, una zona de playas, vírgenes donde se proyecta construir una nueva zona hotelera.
Las últimas pistas que se tiene sobre el caso, es que los tres hombres se disponían a nadar, aproximadamente a las 15:30, cuando uno de ellos envió un mensaje. Sin embargo, después del hecho, sus familiares perdieron contacto con ellos.
De acuerdo a las autoridades los hombre se alojaban en una casa pagada por Riviera Memorial, que los seleccionó para trabajar en Cancún por su responsabilidad, profesionalismo y experiencia.