La Agencia de Seguridad, Energía y Medio Ambiente (ASEA) autorizó con algunas condiciones el proyecto de la construcción de una refinería en la localidad de Dos Bocas, en el estado de Tabasco, en el sureste de México, uno de los proyectos insignias del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
"Hoy ASEA ha expedido la autorización condicionada a favor de Petróleos Mexicanos (Pemex) del proyecto denominado 'Construcción de la refinería Dos Bocas', siguiendo un procedimiento apegado al derecho y asegurado el acceso a la información y la efectiva participación ciudadana", señalaron.
"Ahora bien, para poder llegar a la conclusión de la viabilidad ambiental de la refinería, ASEA, como en cualquier otro proyecto bajo su responsabilidad, ha aplicado los estándares más estrictos para la salvaguarda de los bienes y servicios ambientales de la zona y la seguridad de las personas y comunidades", añadieron.
#ASEA expide autorización condicionada del proyecto de la #Refinería de #DosBocas. Conoce aquí las condicionantes al proyecto: https://t.co/wOCJB3Lwke
— ASEA (@agencia_asea) August 13, 2019
Para ello, la Agencia prohibió "interrumpir o desviar cualquier cauce o flujo de escurrimientos (temporales o permanentes), drenes, arroyos, canales, o cualquier otro tipo de cuerpos de agua" en sitios aledaños a donde se construirá la refinería.
"Asimismo, deberá mantenerse a salvo la integridad del flujo hidrológico de la zona remanente del manglar que se localiza en las orillas del río Seco, por lo que no podrá realizar ningún relleno, dejar bordos, ni construcción de infraestructura que pueda alterar o perturbar el libre flujo de agua o provoque la desecación de algún humedal", detallaron.
Además, como medida de compensación por la afectación que causará el proyecto, ASEA impuso acciones de reforestación en la Laguna de Mecoacán, que deberán realizarse en coordinación con el gobierno de Tabasco, que gobierna el oficialista Adán Augusto López Hernández.
La ASEA ordenó también la realización de acciones específicas para la protección de los remanentes de manglar que quedan en el cause del río Seco. Pemex deberá realizar un monitoreo de tasa de cambio de la zona y, en caso de que se presenten pérdidas o deterioros de la cobertura vegetal, deberá identificar qué está provocando dichas afectaciones y aplicar medidas de mitigación necesarias para que el manglar siga su tendencia de recuperación.
Pemex también deberá presentar un programa de monitoreo de la calidad de agua superficial y subterránea durante la vida de la refinería, con el objeto de que se puedan llevar a cabo medidas de mitigación en caso de detectar desviaciones negativas que deberá informar inmediatamente a la ANSEA.
La empresa productiva del estado deberá también aplicar un programa de recate y reubicación de flora, con el objetivo de proteger la diversidad florística del área de Dos Bocas, "a través de estrategias de rescate, reubicación y reforestación de aquellas especies sensibles, de importancia ecológica, endémicas, de difícil regeneración, así como aquellas que contribuyan a la conservación de suelos o se encuentren presentes dentro de alguna de las categorías de protección", destacaron.
Un programa muy similar se deberá llevar a cabo para el ahuyentamiento, rescate y reubicación y de fauna, "para reubicar a los individuos de fauna silvestre" que se lleguen a encontrar en la zona.
"En cuanto al cambio climático, Pemex deberá presentar a la ANSEA un programa de monitoreo de variables de vulnerabilidad, con el objetivo de identificar zonas, instalaciones o equipos vulnerables a fenómenos hidrometeorológicos extremos y a fenómenos derivados del cambio climático, tales como inundaciones, huracanes, erosión costera e incremento del nivel del mar", concluyeron.
El proyecto de la refinería de Dos Bocas
De acuerdo con la Secretaria de Energía, Rocío Nahle, la construcción de la Refinería (la cual consta de 3 etapas y 17 plantas de proceso) tendrá un costo de USD 8,134 millones e insistió en que la construcción se realizará en tres años, debido a que se hacen varios trabajos a la vez y puso como ejemplo la planta de Cadereyta, la cual se construyó en ese plazo.
El presidente mexicano, por su parte, había anunciado que la edificación de la refinería correría a cargo de la propia Pemex, luego de que el proyecto fue declarado desierto debido a que las empresas Bechtel, Technit, Worley Parsons&Jacobs, Technip y KBR consideraron que la construcción estaría concluida hasta el 2024 y costaría más de los 8 mil millones de dólares que puso el gobierno como estimado.
Incluso, la calificadora Moody's advirtió que la construcción de la refinería de Dos Bocas tendría un costo de entre 10 mil millones a 12 mil millones de dólares, debido a la falta de experiencia del Gobierno Federal y de Petróleos Mexicanos en la construcción de ese tipo de obras.
Pero el pasado viernes 26 de julio que el gobierno federal anunció la adjudicación de los paquetes de construcción y desarrollo de ingeniería a seis empresas: Fluor Enterprises; ICA Fluor; Samsung Engineering; Asociados Constructores DBNR; Kellogg Brown and Root (KBR), y Constructora Hostotipaquillo.
La Secretaría de Energía (Sener) detalló que los paquetes asignados son el 1, 2, 3, 4 y 6, correspondientes al desarrollo de ingeniería y la construcción de la refinería que tendrá una capacidad de procesamiento de 340 mil barriles de petróleo. Mientras que el paquete 5, destinado al almacenamiento de productos, iniciará su contratación a inicios del 2020.
La Refinería de Dos Bocas es parte del Plan Nacional de Refinación para rescatar la producción petrolera y alcanzar la meta de 2 millones 400 mil barriles diarios para el final del sexenio, a fin de que México "se convierta en un país autosustentable".
De acuerdo con el gobierno federal, la nueva refinería permitirá incrementar la producción de gasolina y diésel para apoyar la movilidad del parque vehicular en el país. Asimismo, en su etapa de construcción generará hasta 135,000 empleos, de los cuales 23,000 serán directos y 112,000 indirectos.
Sin embargo, la construcción de Dos Bocas ha sido ampliamente criticada por organizaciones civiles y no gubernamentales, como GreenPeace, que destacó que no existían los permisos ambientales necesarios para su desarrollo, y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
"México ya lo hizo, puso el ejemplo (en la lucha contra el cambio climático), y ahora es tiempo de convertir los planes en normas y tomar decisiones de inversión en infraestructura que sean congruentes con un futuro sustentable", afirmó el secretario de la OCDE José Ángel Gurría en mayo pasado, haciendo referencia a Dos Bocas y también al Tren Maya, otro de los grandes proyectos de la actual administración.
"Apostar por los combustibles fósiles es ir en contra del planeta, de la vida, de la salud de nuestros ciudadanos, y podríamos decir, de la evidencia y de la historia", señaló Gurría en cuanto a la refinería.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) también propuso en su momento cancelar su construcción, debido a que un análisis realizado por el organismo concluyó que la inversión tiene apenas un 2% de probabilidad de éxito.
El IMCO creó un modelo financiero de la refinería, el cual sometió a una simulación "Montecarlo" para estudiar 30 mil escenarios, de los cuales el 98% del total asegura que el proyecto de inversión genera más costos que beneficios. Es decir, destruye valor para Pemex.