Poco antes de asumir el cargo el año pasado, el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, canceló la construcción de un aeropuerto de US$13.000 millones para la capital del país. AMLO afirmaba que el deslumbrante proyecto modernista estuvo marcado por la corrupción y que la congestión puede aliviarse de manera más económica mediante un plan que incluya mejoras al aeropuerto actual.
Pero solo nueve meses después están surgiendo todos los riesgos de esa propuesta. El aeropuerto de Ciudad de México registró un aumento de 52% de los aterrizajes abortados en los primeros cinco meses del año, según datos obtenidos mediante una solicitud de acceso a la información. Los aterrizajes que se vieron frustrados específicamente por otras aeronaves presentes en la pista del aeropuerto se dispararon aún más, un 84%.
Si bien los pilotos están entrenados para realizar la maniobra conocida como "ida al aire" o "go-around", el aumento de tales eventos se suma a los dolores de cabeza operativos en el aeropuerto más activo de América Latina. Además, un componente clave del plan alternativo de AMLO, que busca desviar parte del tráfico aéreo comercial a una base militar cercana, se encuentra trabado en tribunales mexicanos. Incluso si finalmente obtiene aprobación legal, expertos de la industria opinan que el plan tiene pocas posibilidades de satisfacer la creciente demanda de espacio en la pista de aterrizaje provocada por el aumento de las aerolíneas de bajo costo en México.
"Es un factor de riesgo innecesario", comentó Guillermo Galván, piloto de jets privados e instructor de seguridad en escuelas de aviación mexicanas.
El aeropuerto no respondió inmediatamente a una solicitud de comentarios. La Secretaría de Comunicaciones y Transportes prefirió no hacer declaraciones.
Los intentos de aterrizaje se pueden abortar por una variedad de razones y ocurren en todos los aeropuertos de vez en cuando. Cambios repentinos en las condiciones meteorológicas han provocado muchas de las idas al aire en Ciudad de México en los últimos meses, explicó Gabriel Yee, gerente de operaciones de vuelo de Grupo Aeroméxico.
En cuanto a la congestión, el aeropuerto no tiene una norma conocida como "uso mínimo de pista" para sacar a los aviones del camino rápidamente, indicó Yee.
"No se puede negar que el aeropuerto tiene más operaciones que antes", dijo en una entrevista. "Este es el aeropuerto que tenemos por el momento y hay maneras de hacerlo funcionar de manera más eficiente".
Pocas otras compañías aceptaron hablar sobre el tema. American Airlines, la aerolínea estadounidense con mayor presencia en rutas de América Latina, aclaró que sus vuelos no se han visto afectados. El periódico Reforma reportó anteriormente sobre el incremento en el tipo de maniobras.
Los grandes aviones necesitan más tiempo para despejar la pista y a veces no tienen suficiente tiempo para eso, lo que obliga a otras aeronaves a abortar sus aterrizajes, detalló Galván. En un aeropuerto con pocas pistas de rodaje, los aviones que cruzan de un hangar a una puerta a veces necesitan invadir las concurridas pistas.
El aeropuerto de Ciudad de México tiene dos pistas de aterrizaje, pero no se pueden usar simultáneamente porque la distancia entre ellas es menor a la requerida. La terminal aérea gestiona 61 operaciones (despegues o aterrizajes) en las horas punta y el tráfico del año pasado subió 6,6% a un récord de 47,7 millones de pasajeros.