El sábado pasado, a lo largo y ancho de México, cientos de miles de usuarios padecieron, durante más de siete horas, los problemas para poder realizar pagos con tarjetas en establecimientos comerciales, incluidas las principales ciudades del país, como Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey.
La situación fue atribuida por los bancos a la falla de su proveedor de servicios, la firma PROSA México, una empresa de servicios de transacciones electrónicas que es la más grande de América Latina y una de las diez más importantes a nivel mundial.
Las fallas generaron caos entre los consumidores, que tuvieron que realizar largas filas en tiendas departamentales y en centros comerciales, así como problemas para efectuar pagos simples en restaurantes, tiendas de conveniencia, estacionamientos y transporte.
Algunos establecimientos como Soriana, Walmart, Chedraui, Sanborns y Telcel también habían informado que se encontraban imposibilitados de recibir pagos electrónicos con tarjetas de crédito y débito, como consecuencia del conflicto interno de la mencionada PROSA en su Data Center.
Pero, ¿cuáles fueron los costos de la caída de PROSA y la ausencia de pagos con tarjeta durante las principales horas de la jornada sabatina?
De acuerdo con Mario Di Costanzo, el ex presidente de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), las afectaciones habrían sido de entre 16,500 y 17,000 millones de pesos.
"Diariamente se realizan alrededor de 10 millones de operaciones a través de terminales en los puntos de venta por un monto promedio de unos 620 pesos. Si tomamos en cuenta esta referencia, los negocios del país dejaron de percibir alrededor de 6,200 millones de pesos", declaró el analista al diario Excélsior.
"Sin embargo, la cifra tiende a incrementarse entre el 15% y el 20% por ser fin de semana, y porque estamos en las vísperas del regreso a clases, por lo que una estimación más acertada sería de unos 7,500 millones de pesos en comercios por no poder recibir pagos con tarjeta", detalló.
Pero a esa cifra se le tienen que sumar la de los retiros de cajeros automáticos que los usuarios retiran a diario para tener dinero en efectivo, la cual sería de unos 9,000 millones. Esto es lo que daría una suma final aproximada de 16,500 millones de pesos en total por las afectaciones del sábado.
A pesar de que existen unos 18 millones de tarjetas de crédito y unos 50 millones de débito, el número afectado de usuarios, según Di Constanzo, está estimado entre 20 y 25 millones de personas, porque un solo consumidor suele tener al menos dos tarjetas.
De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF 2018) del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) entre los productos empleados como medios de pago el 34 % de los mexicanos (26,9 millones) cuenta con una tarjeta de crédito y el 47 % (37,3 millones) posee una tarjeta de débito asociada a una cuenta bancaria.
A los problemas que sufrieron las personas el sábado se le sumó que un cuarto de los 53 millones de trabajadores en México registrados recibe su pago en nómina, por lo que esta falla afectó el flujo y las compras al no haber estado prevenidos para este problema bancario.
Los principales bancos afectados fueron Santander, Bancomer, HSBC y Banorte e incluso el Banco del Ejército (Banjército).