San Miguel de Allende, Guanajuato, es uno de los destinos turísticos de México que mejor se han posicionado tanto para los visitantes nacionales como para los extranjeros; sin embargo, varios negocios han padecido de una ola de extorsiones y por tal razón se han visto obligados a cerrar sus locales.
De acuerdo con información de El Universal, locatarios del centro histórico de la ciudad denunciaron que han sido víctimas de extorsiones desde hace tres semanas cuando sujetos dejaron maletas que contenían dosis de cocaína y marihuana además de notas donde les daban 22 días para vender la droga.
Las cantinas cerradas se encuentran en el primer cuadro de la ciudad y los comerciantes declararon que prefirieron llevar a cabo esa acción antes de que se cumpliera el plazo que estaba escrito en la nota.
Debido al miedo que les han infundido únicamente optaron por tirar a la basura las bolsas con las sustancias ilícitas y cerrar sus negocios. Debido a este problema, al menos 80 personas que trabajaban en dichos sitios perdieron sus trabajos.
En el aspecto legal, los locatarios no han presentado las denuncias correspondientes por el temor de que les ocurra una situación parecida a los comerciantes en Celaya, en el mismo estado, quienes han sufrido de extorsiones y cuyos negocios fueron baleados el lunes 5 de agosto.
Aunque es conocido como un destino turístico importante, San Miguel de Allende se ha visto golpeado por la violencia en tiempo recientes. Según datos del Semáforo Delictivo de esa ciudad, las carpetas de investigación por homicidios pasaron de 15 en el primer semestre de 2018 a 49 en el mismo periodo de 2019.
Las cifras de ONG están basadas en reportes del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNP) y éstas registraron que otros delitos de alto impacto como el robo a casa habitación aumentó en un 36%.
Al respecto, la organización More Security in San Miguel de Allende, integrada por ciudadanos extranjeros que radican en la demarcación, denunciaron un alza considerable en la incidencia delictiva a partir de la lucha que se ha dado en municipios aledaños en contra del huachicoleo.
Según el conteo de esta asociación han sido 70 los asesinatos violentos como consecuencia de los enfrentamientos en municipios como Comonfort, Villagrán y Santa Rosa de Lima, sede principal del grupo delictivo de la región comandado por José Antonio Yépezz, "El Marro".
Celaya bajo el asedio de los cárteles
En el municipio de Celaya, los comerciantes temen por su vida. El lunes 5 de agosto, a las 17:00 horas un comando armado ingresó a la tortillería "La Indita" y disparó a las tres mujeres que se encontraban en el lugar: la dueña, Virginia "N", de 60 años, y las empleadas Dalinda "N" y Martha Cecilia "N". Todas fallecieron.
El ataque fue perpetrado presuntamente por extorsionadores, ya que la dueña de la tortillería no había pagado la cuota de cobro de piso. Los criminales podrían pertenecer al Cártel Santa Rosa de Lima.
Tiempo después esa misma tarde, otro grupo de personas armadas disparó en un negocio de venta de materiales de construcción llamado "La Fortaleza", donde una persona fue asesinada y otra herida. Casi de manera simultánea, dos negocios más fueron atacados en el bulevar Adolfo López Mateos.
En aquel lugar, los comerciantes habían tomado la misma determinación que los de San Miguel de Allende: no abrir sus negocios por tres días. Sólo que en su caso no era por temor, sino a manera de manifestación en contra de las extorsiones que habían estado recibiendo.
La Asociación de Industriales de la Masa y Tortilla de Celaya había difundido un comunicado en el que solicitaba protección y erradicar las extorsiones a la alcaldesa Elvira Paniagua, al gobernador del estado, Diego Sihue Rodríguez, al fiscal Carlos Zamarripa Aguirre y al presidente Andrés Manuel López Obrador.