El 11 de diciembre de 2006, el entonces recién jurado presidente de México Felipe Calderón Hinojosa lanzó el llamado "Operativo Conjunto Michoacán" en aquel estado ubicado en el este del país, que años después sería reconocido como el inicio de la guerra contra el narcotráfico.
Calderón había triunfado unos meses antes en unas polémicas elecciones presidenciales. La diferencia con su rival, Andrés Manuel López Obrador, fue de apenas 0.56% de los votos totales a nivel nacional, lo que desató una serie de protestas encabezadas por su oponente en las boletas que duró varios meses y que calificó la elección de "fraude".
El presidente electo, confirmado por el Tribunal electoral mexicano meses después de la elección, se encontró con un país fracturado tras los recientes comicios y con un naciente problema de seguridad debido principalmente a la violencia generada por los cárteles de droga en diversos puntos del país.
Entre estos estaba Michoacán, ya que la entidad era uno de los principales exportadores de metanfetamina a Estados Unidos, potenciado por tener el puerto Lázaro Cárdenas, uno de los mayores de Latinoamérica, donde entonces dominaba el cártel llamado "La Familia Michoacana".
Tras dos semanas en el cargo, Calderón lanzó un amplio despliegue de elementos del Ejército mexicano y de la Policía Federal. Tan sólo en aquellas primeras semanas, en Michoacán, 7,000 elementos de seguridad llegaron a la zona conocida como "Tierra Caliente".
Pero para que Calderón, que gobernó hasta 2012, decidiera dar inicio a dicho proceso, un evento clave ocurrió en Uruapan, la segunda ciudad más importante del estado michoacano.
A principios de septiembre, integrantes de la "La Familia Michoacana" irrumpieron en un club nocturno de dicha localidad y lanzaron cinco cabezas humanas en el centro de la pista de baile.
La violencia y brutalidad era inédita para entonces. A pesar de que los cárteles de droga dominaban el negocio en el país desde hacía varios años.
Ese momento, aunado a la respuesta del nuevo gobierno encabezado por Calderón, marcó un aumento en la violencia que, sin ser exclusivo del país, tuvo en Michoacán uno de sus puntos neurálgicos donde, desde entonces, los índices de homicidios no ha disminuido.
Desde entonces y hasta 2019, han pasado tres presidentes (además de Calderón, Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador) y hasta siete gobernadores (desde Lázaro Cárdenas Batel y Leonel Godoy, hasta Fausto Vallejo, Salvador Jara y actualmente Silvano Aureoles).
Pero las cosas han cambiado más bien poco. Este jueves, en tres hechos distintos, se localizaron en Uruapan un total de 20 cuerpos, precisamente la población donde todo comenzó hace 13 años.
"Tomamos conocimiento de tres hechos distintos en el municipio: en un puente localizamos diversos cuerpos colgados de sus extremidades y más al centro de Uruapan encontramos cuerpos desmembrados", señaló el Secretario de seguridad pública del estado Israel Patrón, en el noticiero Aristegui Noticias.
En total, en esos dos puntos, se ubicaron a 19 víctimas, pero el total llegó a la veintena ya que antes habían encontrado, en el tercer punto, distinto a los otros dos, un cuerpo sin vida con disparos en el cuerpo.
"Se trata de la rivalidad que existe entre grupos delictivos", agregó, en referencia al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), quienes disputan la plaza con un grupo delictivo conocido como "Los Viagras".
"Lo que sí es claro les dejamos es que todo el que colabore, ayude en algo a la Chatarra, Ronal, Ratón, Mono verde, Maniaco y Filos. Así van a quedar. Gente bonita siga con su rutina. has (sic) patria y mata a un viagra", señalaba la narcomanta encontrada en el lugar.
De acuerdo a medios de comunicación locales, si bien Uruapan también ha sido azotada por la ola de violencia que vive Michoacán, es la primera vez que aparecen cuerpos colgados de puentes.
“Ante los hechos ocurridos en Uruapan, he instruido al gabinete de seguridad para que no bajemos la guardia y sigamos actuando con firmeza contra quienes se empeñan en quebrantar la ley y la tranquilidad de las y los michoacanos. Ni un paso atrás”, expresó el gobernador Aureoles.
“Somos más los que queremos un estado en paz y con condiciones para el desarrollo y la inversión, por ello, la seguridad ha sido uno de los ejes prioritarios de mi gobierno; coordinados con el gobierno federal y municipios, no vamos a permitir que se imponga la violencia y la ilegalidad”, agregó.
Patrón, por su parte, pidió que la Guardia Nacional refuerce la seguridad del estado. A principios de julio, fueron desplegados en la zona unos 490 elementos de esta corporación en cinco municipios de Michoacán: incluidos 110 agentes destinados a Uruapan.