La captura de Joaquín "El Chapo" Guzmán en 2016 produjo una serie de cambios y disputas en la estructura criminal del narco mexicano.
Así lo reveló un mapa que fue entregado por el gabinete del ex presidente Enrique Peña Nieto a la actual administración de López Obrador, a finales de 2018.
En él se muestran al menos 25 conflictos simultáneos entre distintas organizaciones, que comenzaron a ocurrir en todo el territorio mexicano a raíz de la captura del antiguo líder del Cártel de Sinaloa, condenado a cadena perpetua más 30 años adicionales de cárcel.
"Este mapa es el que se manejaba en lo que en su momento fue el gabinete de seguridad", explicó Renato Sales, ex Comisionado Nacional de Seguridad, a Univisión Noticias.
Por aquel entonces, las autoridades mexicanas tenían monitoreadas a 23 organizaciones menores, además de los cárteles principales: El Cártel Jalisco Nueva Generación y el de Sinaloa (también conocido como "el del Pacífico")
En el mapa, elaborado con la información de los reportes de inteligencia, es visible que el Cártel de Sinaloa, CJNG y Los Zetas participaron en la mayor parte de los enfrentamientos, ya fueran entre sí o contra otras organizaciones menores que tenían control de ciertos territorios. El cártel de Santa Rosa de Lima, La Familia, Los Rojos, Guerreros Unidos, Sangre Nueva Guerrerense, son algunos ejemplos.
En el caso particular de Los Zetas, considerado por muchos como el cártel más despiadado, se observaban conflictos por el control del territorio en estados como Chihuahua, Tamaulipas y Coahuila.
Sin embargo, debido a que en los últimos 5 años al menos 33 de sus principales líderes han sido detenidos o abatidos por las autoridades en distintos operativos, esta organización criminal comenzó a disminuir su poderío hasta tener control únicamente en el estado de Tamaulipas.
El Cártel Jalisco Nueva Generación, por su parte, participó a finales de 2018 en conflictos registrados en al menos 74 municipios de la frontera norte, el Pacífico y la zona del Bajío mexicano. Un contraste notorio si se le compara con los inicios de la década, cuando el CJNG únicamente tenía control en el estado de Jalisco.
De acuerdo con Renato Sales, ésta organización fue una de las que más se benefició por la captura de Joaquín "El Chapo" Guzmán.
"Quien aprovechó esa ventana de oportunidad que implicó la fragmentación de ese grupo (Sinaloa) es el Cártel Jalisco Nueva Generación, aprovechando particularmente su posibilidad de controlar el estado de Colima y especialmente el puerto de Manzanillo", explicó el ex funcionario.
El puerto de Manzanillo es considerado como un "tesoro" para el narcotráfico, pues es por donde entra la mayor parte del fentanilo que se produce en China y que en 2018 causó más de 72 mil muertes en Estados Unidos.
Lo anterior ha sido confirmado por organizaciones importantes de investigación como Insight Crime y The Wilson Center.
Un reporte sobre varios casos dedujo que las redes de producción de fentanilo en México "pueden ser pequeñas, subconjuntos de organizaciones criminales más grandes". El mismo reporte encontró que "estos pequeños subconjuntos, que operan en laboratorios relativamente pequeños, pueden alimentar a grandes mercados".
En los últimos dos años, las autoridades mexicanas han desmantelado laboratorios de producción de fentanilo en los estados de Baja California, Nuevo León y Sinaloa.
Esta nueva droga representa la evolución más importante en el mercado de drogas, pues atrás quedó la era de grandes producciones de marihuana, cocaína y heroína, que fueron ampliamente elaboradas y transportadas por la organización del "Chapo" Guzmán.
"En México están cambiando y están evolucionando las organizaciones a partir del cambio de la demanda", aseguró Guillermo Valdés, ex director del Centro de Investigación y Seguridad Nacional.
Para él, al igual que para otros expertos, nuevos cambios en el panorama del narco se avecinan.