El presidente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Luis Raúl González Pérez, aclaró a los trabajadores del gobierno que si bien es cierto que la libertad de expresión existe para todos los sectores, en el caso de los servidores públicos existe restricciones cuando se descalifica a sectores como la prensa o defensores de derechos humanos.
El ombudsman mexicano señaló que las agresiones o descalificaciones de los servidores públicos hacia estos sectores puede interpretarse como una especie de "permiso" para que cualquiera pueda hacerlo.
"Los señalamientos y descalificaciones hacia medios de comunicación y periodistas, así como contra personas defensoras y organizaciones de la sociedad civil, provenientes de altos funcionarios del Estado contribuyen a generar un ambiente poco propicio para la libertad de expresión y periodistas, y también para quienes promueven el respeto a la legalidad y defienden los derechos fundamentales, además de que muestran el agravamiento en muchos casos de las condiciones que dieron origen al Mecanismo para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas", dijo González Pérez durante la presentación del Diagnóstico de la Oficina en México de ONU-DH sobre la operación del Mecanismo de Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.
Consideró paradójico que "muchas" de las agresiones provengan de elementos de instituciones representadas en la Junta de Gobierno del Mecanismo, que debe contar con mejoramiento constante en sus procesos, presupuesto adecuado para hacer efectiva la protección, personal capacitado y suficiente para atender a esos grupos poblacionales y ofrecerles la atención y respaldo de quienes en él laboran.
"No debemos ser vistos como enemigos del Estado y sus instituciones. Por el contrario, creo que todos nosotros deseamos vivir en un país democrático y con instituciones sólidas, y es por ello nuestro trabajo constante en señalar deficiencias, violaciones de los derechos humanos y, en general, oportunidades y formas de mejorar el servicio público en beneficio de todas y todos nosotros", agregó.
Aclaró que si bien en distintos momentos se ha señalado que los servidores públicos gozan de la libertad de expresión ésta se encuentra sometida a diversas restricciones, una de las cuales es hacer uso de ella con pleno respeto a las opiniones diversas, ante el riesgo de generar ataques contra periodistas por los sectores que vean las descalificaciones como permiso para agredir a la prensa y a las personas y organizaciones defensoras de derechos humanos.
En distintas ocasiones, el presidente, Andrés Manuel López Obrador ha usado el espacio de su conferencia de prensa matutina para descalificar las opiniones contrarias a su gobierno, principalmente a medios de comunicación que mantienen posturas críticas ante su administración, como ha sido el caso del diario Reforma, el británico Financial Times y el semanario Proceso.
El 25 de julio, el mandatario señaló que los medios pasaron a ser controlados por el poder económico y que engañan. Cuestionado sobre las características de los medios que necesita el país ante lo que criticó a aquellos que no toman partido ni se definen.
Instó a los medios y periodistas a tomar postura, ya que "los buenos periodistas de la historia siempre han apostado a las transformaciones".
Después de decir que en el pasado, en "tiempos de simulación", no existía periodismo de investigación, dijo que ahora sí lo hay porque "los medios, con todo respeto, guardaron silencio cómplice".
Además, López Obrador aprovechó para mostrar su descontento con el semanario Proceso porque "no se portó bien con nosotros". Sin embargo, un reportero le recordó que "no es papel de los medios portarse bien con alguien".
Otro de los comentarios del presidente es cuando se refiere a los medios que publican críticas a su administración como "prensa fifí", lo que le ha valido una serie de críticas.