Joaquín "El Chapo" Guzmán, uno de los narcotraficantes más conocidos del mundo, recibió este miércoles en Nueva York todo el peso de la justicia estadounidense. Sin misericordia, ni acuerdos.
Después de un cuarto de siglo de actividad criminal, los días del infame delincuente mexicano terminarán en una de las prisiones más duras de los Estados Unidos.
La decisión no fue una sorpresa:el juez federal de Brooklyn que presidió su caso, recordó en la audiencia su "crueldad abrumadora" y dijo que debía sentenciarlo por ley a prisión de por vida, como solicitaba el gobierno.
"El largo camino que trajo a 'El Chapo' Guzmán a una corte de los Estados Unidos está lleno de drogas, muerte y destrucción, pero terminó hoy con justicia", estableció el Fiscal General Brian Benczkowski.
Serio, vestido con un traje gris y por primera vez luciendo un espeso mostacho en la corte, el Chapo se dirigió al juez Brian Cogan y le dijo en español: "Ya que el gobierno de Estados Unidos va a enviarme a una prisión donde nunca más van a escuchar mi nombre, aprovecho para decirles: aquí no hubo justicia".
El gobierno estadounidense celebró la sentencia de quien considera el mayor narcotraficante del planeta desde la muerte del colombiano Pablo Escobar con bombos y platillos.
"Nos aseguraremos de que pase cada minuto de cada día del resto de su vida en prisión aquí, en Estados Unidos", dijo a periodistas el fiscal federal de Brooklyn, Rihard Donoghue.
"Con la sentencia se separa el mito del Chapo del hombre Joaquín Guzmán, y para el hombre es el final de la cuerda, y es una realidad de la cual no podrá escapar", sostuvo por su lado Ángel Meléndez, agente especial del departamento de Seguridad Interior para Nueva York.
En sus palabras, el exjefe del cartel de Sinaloa también se quejó de sus condiciones de reclusión.
"Ha sido una tortura las 24 horas, emocional, psicológica, mental", dijo, y lamentó amargamente no poder abrazar a sus hijas mellizas, que no acudieron este miércoles, ni poder recibir visitas de su esposa, la exreina de belleza Emma Coronel, de 30 años.
Cuando entró y salió de la sala, el Chapo lanzó besos a Coronel y se tocó el corazón, y ella hizo lo mismo.
Durante el juicio, la acusación presentó pruebas de que Guzmán ordenó la muerte o torturó y mató él mismo a por lo menos 26 personas o grupos de personas, incluidos supuestos informantes, narcos rivales, policías, socios y hasta familiares.
Luego de un rocambolesco juicio de tres meses, lleno de momentos escabrosos y surrealistas, el 12 de febrero un jurado le declaró culpable de 10 delitos de narcotráfico, lavado de dinero y posesión de armas de fuego.
"Un millón de dólares"
Durante la sesión, los presentes pudieron también escuchar a una de las víctimas que sobrevivió a un intento de asesinato del Chapo: Andrea Fernández Velez, quien leyó llorando su testimonio.
Velez, exasistente y amiga del narco colombiano y socio del Chapo Alex Cifuentes, tenía una agencia de modelos en Ciudad de México, una empresa fachada que en realidad ofrecía prostitutas a funcionarios mexicanos, todo pagado por el Chapo.
El Chapo "ofreció un millón de dolares a los Hells Angels (una pandilla de motociclistas) para acabar con mi vida". "Eso me causó un daño psicológico, afortunadamente me enteré y escapé con la ayuda del FBI", dijo Velez, quien aseguró que sus "captores" le "recordaron que si me iba, solo podía hacerlo en una bolsa de plástico y con los pies hacia delante".
En el juicio, Cifuentes contó que a pedido del Chapo, Fernández Velez ofreció a un general mexicano no identificado 10 millones de dólares para que dejara de perseguir al capo.
Pero el militar rechazó la oferta, y el Chapo, furioso, decidió matarla porque creía que ésta lo había traicionado.
El Chapo, protagonista de dos espectaculares fugas de prisión de cárceles mexicanas y extraditado a Estados Unidos en enero de 2017, está detenido desde entonces en aislamiento casi total en una cárcel de máxima seguridad de Manhattan.
Probablemente cumplirá su sentencia en la cárcel de Colorado ADX Florence, conocida como la "Alcatraz de las Montañas Rocosas" y considerada la más segura de Estados Unidos.
"Será un paseo en el parque en comparación adonde está ahora", dijo a periodistas este miércoles su abogado, Jeffrey Lichtman.
El juicio fue un fascinante viaje a uno de los mayores y más despiadados carteles de la droga.
La fiscalía convocó al proceso a 56 testigos, incluidos 14 exsocios, amigos y hasta una amante del Chapo que se escapó con él desnudo corriendo por un túnel, así como a agentes del FBI, la agencia antidrogas DEA y otras agencias del gobierno.
El gobierno estadounidense quiere requisarle más de 12.600 millones de dólares en bienes, la suma que habría amasado. Pero hasta ahora no han podido incautar al Chapo ni un centavo.
"Alcatraz de las Montañas Rocosas", el infierno en la Tierra
De acuerdo con el diario The New York Times, la Penitenciaría de Máxima Administrativa de los Estados Unidos (ADX) ubicada en el estado de Colorado, está destinada a encarcelar a lo peor de la clase criminal. Ahí se encuentra las personas que el gobierno considera enemigos del estado, por lo que son sometidos a los niveles más extremos de confinamiento solitario.
Sus celdas tienen una dimensión de 3.5 x 2 metros, están hechas con muros gruesos de cemento y cerradas por una doble puerta metálica que impide que los reos se vean unos a otros.
Algunos de los presos tienen acceso a televisión y libros y sólo pueden salir a ejercitarse 10 horas a la semana. Sus visitas al patio al aire libre están limitadas a una jaula personal.
En esta prisión se encuentran varios terroristas islámicos de alto perfil. Ahí se encuentran Dzhokhar Tsarnaev, quien colocó una bomba en el Maratón de Boston o Ted Kaczynski, "Unabomber". Otros terroristas extranjeros condenados a vivir en esta prisión incluyen al conspirador del 11-S, Zacarias Moussaoui; además del cerebro del bombardeo del World Trade Center en 1993, Ramzi Yousef.
De acuerdo con el ex convicto Travis Dusenbury, quien estuvo preso en la "Super Max" contó su experiencia a The Marshall Project.
"No es como ninguna de las prisiones en las que he estado, y he estado en muchas prisiones, pero al menos en esos lugares siempre podía ver una carretera, ver el cielo"
"En el ADX no puedes ver nada, ni una autopista en la distancia, ni el cielo. Sabes que en el momento en que llegas allí no verás nada de eso, no por años y años. Simplemente estás apagando del mundo. Lo sientes. Se hunde, esa sensación de pavor. Es el lugar más duro que hayas visto nunca. Nada vivo, ni una pequeña hierba en algún lugar. Mi celda era completamente concreta", continuó.
Otro testimonio, el de Richard McNair, quien cumplía una sentencia de cadena perpetua por asesinato, escapó tres veces de otras prisiones: una vez que usaba bálsamo labial para exprimir las esposas y, en otro caso, salía de la prisión con bolsas de correo. Fugas que inevitablemente hacen recordar al narcotraficante mexicano.
Lo narrado por McNair retrata lo que le espera a "El Chapo": "En general, te ven como menos que un humano, había esta mirada despectiva todo el tiempo. Y experimentan contigo al ponerte al lado de personas con quienes sabían que tenías historias violentas. Creo que la mayoría de las personas dan por sentado que son humanos, pero cuando llegas al ADX, te das cuenta de que ser humano no es un derecho de nacimiento", aseguró.
Los secretos contados por criminales que traicionaron a "El Chapo"
Fueron sus socios, distribuidores y supuestos "amigos", quienes hundieron legalmente al exjefe del Cártel de Sinaloa, Joaquín "El Chapo" Guzmán, exponiendo detalles explícitos de sus brutales crímenes, negocio de drogas, enemigos, rutas de envío y sobornos.
Hablaron sobre el viejo socio que lo ayudó a escapar de una prisión, su mejor proveedor de cocaína, y hasta del temido técnico que instaló un sistema de comunicación y de espionaje para la célula delictiva de Sinaloa.
"El Rey", hermano menor de Ismael "El Mayo" Zambada y quien representaba al cártel en la Ciudad de México, fue el primer testigo cooperante de la Fiscalía estadounidense en sacudir la estrategia de la defensa de Guzmán, alegando que éste era uno de los principales líderes.
Realizó una radiografía del tráfico de drogas que lideró "El Chapo" desde Colombia hasta Nueva York, Estados Unidos.
En el libro "El Chapo Guzmán, el juicio del siglo", la periodista Alejandra Ibarra Chaoul, una de las pocas comunicadoras en el mundo que cubrió el juicio del capo, relató que "El Rey", con su carisma, se ganó la atención del jurado.
Ahí, el narco aseguró que "El Chapo" invertía con otros narcos en la importación de cocaína: compartían el transporte se dividían los sobornos y el personal para mover esa droga hasta el otro lado de la frontera norte de México.
La estructura del Cártel de Sinaloa, digna de una empresa trasnacional, incluía líderes que manejaban a sublíderes: si un cargamento tenía que llegar a Guerrero, había una persona ahí. No importaba de dónde llegaba la cocaína colombiana, pues la célula delictiva tenía la infraestructura para recibirla y llevarla a EEUU.
Una parte importante de esa organización eran los funcionarios públicos que recibían una paga de los narcos, al igual que los transportistas, pilotos, ingenieros, choferes y guardias de seguridad.
En las anécdotas de "El Rey" se escuchó por primera vez los detalles de la pistola que siempre llevaba consigo "El Chapo": una súper .38 con cachas de diamantes que tenía sus iniciales.
Una de las responsabilidades del hermano menor de "El Mayo" Zambada, era administrar las bodegas en la Ciudad de México. La cocaína llegaba de diferentes puertos y el principal proveedor era "Chupeta", un narco colombiano que trabajaba para el Cártel del Norte del Valle.
La coca se empacaba en una especie de hule, se amarraba y se le ponía otro. "Se encinta, otro hule, lo encintas. Hasta que tengas la seguridad de que no se va a mojar si le cae agua", decía.
Cuando la droga salía a la Ciudad de México, se mandaba al país vecino en pipas de gas, a las que les hacían un doble fondo. Si detenían alguna y abrían la válvula, salía olor a gas. También transportaban cocaína a través de túneles, mediante operación hormiga de coches particulares con la droga escondida en comportamientos secretos, dentro de submarino caseros y por avión.
Los sobornos se distribuían una vez al mes. "El Rey" le daba USD 300,000 al director de la Procuraduría General de la República, al de Caminos y Puentes Federales, al de la Policía Judicial, al de homicidios, a las autoridades del aeropuerto y a policías municipales.
Con información de AFP