Las compañías de gasoductos en México recibirán miles de millones de dólares en pagos si pierden una batalla con el presidente Andrés Manuel López Obrador, pero la pelea también podría costarle al presidente nacionalista las inversiones que necesita para encarrilar nuevamente la economía.
En el centro de la disputa con empresas como TC Energy Corp. de Canadá, están contratos del tipo "tomar o pagar" firmados con el gobierno anterior que vio cómo la estatal de servicios de energía de México pagó por un gas que nunca se entregó. La Comisión Federal de Electricidad, conocida localmente como CFE, está considerando aproximadamente US$3.000 millones en arbitraje para cuatro de los siete contratos de ductos en juego.
El enfrentamiento crea aún más temores de que AMLO, como también se le conoce, dificultará la vida de los inversionistas en el sector energético y pondrá en peligro la capacidad del país para mantener en funcionamiento las ciudades y las fábricas. Tras la escasez de energía y los apagones en los centros turísticos de Cancún, existen dudas sobre la viabilidad de proyectos como la planta automotriz de BMW AG. La tensión sobre los gasoductos ha provocado protestas en la comunidad empresarial mexicana.
"Tiene implicaciones considerables", dijo Rodrigo Rosas, analista de gas de México para Wood Mackenzie. "La gente está en alerta ahora que deberían tener algunas precauciones al invertir en México".
La Cámara de Comercio de Estados Unidos y la embajada de Canadá en México también se manifestaron en defensa de los contratos existentes.
El proyecto de más alto perfil es el gasoducto Sur de Texas-Tuxpan de US$2.500 millones, una asociación entre TC Energy, el gigante con base en Calgary anteriormente llamado TransCanada que está proponiendo Keystone XL en EE.UU., e IEnova, una unidad mexicana de Sempra Energy en San Diego. El conducto se completó en junio tras retrasos.
El conglomerado Grupo Carso del multimillonario Carlos Slim y Fermaca Enterprises, con base en México, también negociaron contratos con el gobierno anterior de México que les otorgó el derecho de invocar cláusulas de fuerza mayor mientras los ductos aún estaban en construcción.
Entretanto, las compañías no han sido tímidas en utilizar esta cláusula, dijo el gobierno, invocando fuerza mayor por los retrasos provocados por conflictos sociales y medidas legales, así como por el mal tiempo.
AMLO y los funcionarios que nombró para dirigir la CFE afirman que los contratos son injustos porque los problemas de los proyectos no son responsabilidad de la estatal. Están amenazando con demandar si no se pueden renegociar los pagos "inaceptables".
"Actualmente estamos analizando el contenido de la solicitud de arbitraje y su base legal", dijo Sempra en un comunicado enviado por correo electrónico. "Sin embargo, reafirmamos nuestra disposición a continuar la conversación con la CFE y las autoridades correspondientes para encontrar una resolución inmediata".
TC Energy no respondió de inmediato a las solicitudes de comentarios, mientras que Fermaca y Grupo Carso declinaron hacer comentarios.
"No parece que tengan un buen caso, pero no hemos estamos al tanto de los entresijos de los contratos", dijo Rick Margolin, analista del mercado de gas natural en Genscape, sobre el plan de arbitraje del gobierno. "Ciertamente, la CFE cree que tiene una ventaja sobre la cual apoyarse, o de lo contrario no tomarían este camino".
López Obrador anunció el miércoles pasado que los lobbies de los negocios locales se unirían a las negociaciones y dijo que está a favor de un acuerdo sobre un pleito legal prolongado.
Rosas, de Wood Mackenzie, considera que la amenaza de arbitraje no se llevaría a cabo. "Creemos que esto es solo una advertencia de la CFE y que se las arreglarán para resolver esto antes de que comience el proceso de arbitraje", dijo por teléfono.
Entretanto, la CFE no ha firmado una carta que permita a las compañías comenzar a enviar gas a través del ducto Sur de Texas-Tuxpan. Eso deja actualmente a los productores de gas de EE.UU. sin un nuevo conducto para aliviar el exceso de suministro en Texas.
"En esta etapa, no está claro cómo alguien puede ganar en el enfrentamiento actual", dijo Nikolaj Lippmann, analista de acciones de Morgan Stanley.