El Departamento de Comercio de Estados Unidos determinó este lunes que existen motivos suficientes para imponer aranceles al acero estructural fabricado en México y en China, y descartó autorizar gravámenes para el mismo material fabricado en Canadá.
"En las investigaciones de China y México, Comercio hizo determinaciones afirmativas, encontrando que los exportadores recibían subsidios sujetos a derechos compensatorios. (…) En la de Canadá, hizo una determinación negativa al encontrar que los exportadores recibían subsidios sujetos a derechos compensatorios a niveles mínimos", apuntó en un comunicado.
El anuncio se hace dos meses después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, acordara levantar los aranceles al acero y al aluminio de México y Canadá, en momentos en que los tres países buscan ratificar el T-MEC, el acuerdo comercial que sustituye al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), que estuvo vigente durante 25 años entre los tres países.
En respuesta, el gobierno mexicano a través de un comunicado de la Secretaría de Economía señaló que mantendrá su respaldo a las empresas nacionales que se vean afectadas por la decisión.
"Las empresas involucradas en la investigación contarán con el apoyo de la Secretaría de Economía para la defensa de sus intereses", informó.
Descartó que los aranceles al acero estructural estén relacionados con los que se impusieron al acero y aluminio, los cuales como ya es del conocimiento público ya fueron retirados el pasado 20 de mayo de 2019.
El gobierno de Trump tomó esta medida en respuesta a una demanda presentada en febrero por los productores de acero de Estados Unidos, pero podría revocarse.
La Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USITC por sus siglas en inglés), una agencia federal independiente, a veces bloquea las acciones del Departamento de Comercio si encuentra que las empresas estadounidenses no fueron perjudicadas por los subsidios. La USITC debe dar su opinión antes del 2 de enero de 2020.
Citando supuestas amenazas a la seguridad nacional, Trump anunció el año pasado aranceles globales de 25% para el acero y de 10% para el aluminio, pero en mayo acordó levantarlos para sus socios comerciales México y Canadá.
"Las leyes en materia de derechos 'antidumping' (competencia desleal) y compensatorios otorgan a las empresas y trabajadores estadounidenses un mecanismo aceptado internacionalmente para buscar alivio a los efectos dañinos de los precios injustos de las importaciones en Estados Unidos", puntualizan en el comunicado.
El caso chino
En el caso del país asiático, se trata de un nuevo episodio en la guerra comercial entre los dos países.
China solo es responsable del 2% de las importaciones de acero a Estados Unidos, aunque según las cifras del Departamento del Comercio, a octubre del 2017, fue el segundo origen de donde provinieron las importaciones de aluminio.
Los exportadores chinos, de acuerdo con el gobierno de EEUU recibían subsidios sujetos a derechos compensatorios a tasas de entre el 30.30% y el 177.43%, y, en cantidades mínimas, los subsidios iban del 0.01% al 74.01%, según el gobierno de EEUU.
Pekín anunció la imposición de aranceles comerciales a un conjunto de 128 productos estadounidenses, en respuesta, Washington anunció en mayo sobre las importaciones de acero y aluminio chinos.
El 1 de junio, Estados Unidos comenzó a recaudar aranceles más altos, de un 25%, sobre bienes chinos que llegan al país a través de los puertos.
La administración Trump impuso el incremento a los gravámenes sobre bienes chinos valorados en 200.000 millones de dólares el 10 de mayo, pero había permitido un período de gracia para cargamentos marítimos que hubieran salido de China antes de esa fecha a los que se aplicaba el arancel anterior de 10%.
Con información de AFP y Efe