Melly Barajas Cárdenas decidió complacer el sueño de su padre: hacer un tequila en su honor. Ese fue apenas el inicio de su propia línea de botellas, la originaria de Guadalajara lleva más de dos décadas dedicada al mundo del agave.
La fábrica de "La reina del tequila", como se le conoce a Barajas, está en la tierra roja de los Altos de Jalisco, una parte de la sierra que queda a hora y media de Guadalajara, la capital del estado ubicado al occidente de México. Ahí 19 trabajadoras realizan el destilado con agave azul.
Los Altos fue una tierra de ranchos pequeños y medianos hasta bien entrado el siglo XX, sus propietarios eran en su mayoría franceses, alemanes, españoles y judíos, de acuerdo con el académico de Cambrigde Matthew Butler en su texto sobre "Cristeros y agraristas en Jalisco".
La sociedad de Los Altos es católica ferviente, la práctica del culto fue durante el siglo XVIII y XIX un cuestión tan importante que incluso formaba parte de la identidad local. Eso explica que fuera el lugar donde comenzó la guerra cristera, un conflicto armado de tres años donde se enfrentaron católicos tradicionalistas contra revolucionarios anticlericales.
Pero Los Altos también es por tradición una zona productora de agave azul, que junto con Tequila son la región más importante donde se hace tequila en todo el país. El cultivo de la planta y la guerra cristera son los dos elementos característicos de esta zona de Jalisco.
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Melly Barajas nunca se propuso hacer una factoría exclusiva para mujeres, pero solo alteñas llegaron a trabajar a la fábrica de Raza Azteca. Las jóvenes no podrían laborar ahí si hubiera hombres, pues sus familias no se los permitirían.
En la región hay pocos hombres adultos porque la mayoría migraron, por eso únicamente chicas solicitaron el trabajo. Sin embargo, la condición bajo la cual pueden laborar ahí demuestra que el machismo sigue arraigado en el país. El único varón en la fábrica es un ingeniero.
Las mujeres se ocupan en todas las actividades que tradicionalmente hacen los hombres, como en los campos de agave, el proceso de cocción o la fermentación.
"La reina del tequila" tiene alrededor de 50 años, su edad y cualquier fecha concreta es un enigma para todos. El tiempo para ella solo funciona en aproximados por décadas o lustros. Es delgada y de estatura corta, que disimula con zapatos de tacón.
Supervisa la fábrica maquillada, caminando sobre las puntas de sus tacones y el cabello sujetado en una cola de caballo improvisada que al terminar su inspección dejará suelto. No le preocupa ir de vestido o falda, pues dentro de la producción cubre con una bata blanca impoluta. Su arreglo personal muestra su interés por la moda. Antes de dedicarse al tequila, era diseñadora de ropa vaquera en Guadalajara.
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Al principio no sabía nada del tequila, dijo Barajas en una entrevista al diario The New York Times, pero una vez que entró a la industria tequilera, la atrapó el olor y el sabor.
Nadie en su familia se dedicaba a la producción de tequila, pero Melly Barajas estaba convencida de cumplir el sueño de su padre y tener botellas con este destilado con su nombre en la etiqueta. Cuando quiso hacer la producción de 500 los maestros tequileros se negaban porque era mujer, contó en una entrevista al diario español El País.
Contra todo, Barajas registró Raza Azteca como la marca de tequila para su papá a finales de los noventas. Convenció a unos productores de las cercanías de Tequila y produjo 1.000 botellas. Desde entonces cambió las máquinas de coser por las de destilado, estudió la técnica y compró una hacienda para convertirla en su fábrica.
Hace un año el diario español enlistó en una publicación a las mujeres en México que han dirigido una marca de tequila, ya sea porque la heredaron o simplemente decidieron tener una; pero de todas, incluida Kate del Castillo con etiqueta Honor, Melly Barajas es la única maestra tequilera.
Según un cálculo del Consejo Regulador del Tequila de México consultado por el The New York Times, 12 de 152 de productoras de tequila son mujeres.
A unos kilómetros de su fábrica, están los campos de agave que usan para hacer el destilado. Cada año fabrican 120.000 litros de tequila blanco, añejo, extra añejo y reposado, en su mayoría es exportado a Estados Unidos.
Raza Azteca produce tequila 100% de agave azul y su mezcla no contiene azúcar ni sabores químicos: los usa en para tres marcas propias, El Conde Azul, Espectacular y Leyenda de México, además de surtir a otras empresas como La Gritona, Sino Tequila y La Quiere.
El producto de Barajas es, según lo describe ella, "tequila como el que bebían nuestros abuelos". Utiliza hornos de adobe en lugar de máquinas industriales, que extiende el tiempo cocción de ocho a 24 horas. En lugar de usar aditivos para la fermentación, permite que el proceso ocurra de manera natural.
Decidió hacerlo a la vieja usanza porque su empresa es "una destilería pequeña, no una marca grande del mercado. Tenemos que hacer las cosas de manera diferente", explicó al The New York Times.