En noviembre de 2018 comenzó en Nueva York el juicio contra el narcotraficante mexicano Joaquín "El Chapo" Gúzman Loera. Durante los meses que duró el proceso, la prensa internacional siguió paso a paso las revelaciones hechas por los criminales más allegados al capo, incluyendo su ex amante Lucero Sánchez, quien llegó a ser diputada por Sinaloa.
A pesar de que los avances del juicio se televisaron, quedaron ciertas interrogantes sobre lo que cámaras y los dibujos de la Corte no captaron. La periodista Alejandra Ibarra Chaoul, quien cubrió desde el día uno el "juicio del siglo", habló para Infobae México y reveló todos los detalles que no salieron a la luz.
Lo más impresionante para la periodista fue sin duda el hermetismo que mantuvo "El Chapo", fundador de el Cártel de Sinaloa, a lo largo de su juicio. Una persona normal, sencilla, que buscaba a su esposa Emma Coronel con la mirada y cuando iban sus hijas se deshacía de amor.
Un temple sereno, ecuánime, muy controlado, que se mezclaba sólo por momentos con cambios en su mirada y con el contacto visual que hacía con los presentes en la sala; esos ojos penetrantes que intimidaban.
Ibarra Chaoul, escritora del libro "El Chapo Guzmán, el juicio del siglo", recordó la primera vez que cruzó la mirada con el narcotráficante. "Hacia contacto visual y se te quedaba esa sensación marcada de saber que es el Chapo Gúzman quien te esta mirando", dijo.
El capo identificaba a cada una de las personas que estaba en la sala para cubrir su juicio, incluso había un par de reporteros a los que saludaba con la mirada y un discreto movimiento de cabeza.
El Chapo sabia perfectamente quien era cada quien, yo supongo que por los reportajes que habíamos hecho, aunque no hay forma de confirmarlo
La ecuanimidad con la que se conducía sólo se vio perturbada una vez en tres meses, y fue cuando se le encontró culpable de los 10 delitos de los que se le acusaba. Sin embargo, nunca lloró, ni siquiera hubo un atisbo de arrepentimiento cuando los testigos narraron los casos de tortura.
"Siempre fue muy inexpresivo. Creo que eso fue parte de su entrenamiento, que no mostrara reacciones. Aunque cuando salió "El Rey" (Zambada) -ex jefe de plaza en Ciudad de México- el primer día asintió con la cabeza y se reconocieron; y así con los demás participantes. Porque la gente mas que testigos eran viejos conocidos del "El Chapo", explicó la periodista.
Su imperturbabilidad flaqueó el 12 febrero, cuando fue hallado culpable de 10 cargos. La periodista recuerda que fue la única vez en la que su cara se descompuso un poco.
Fue un gesto que no se puede describir. El estaba parado en frente del jurado; el juez leyendo la sentencia. Junto a “El Chapo” una interprete con suéter rojo; y mientras el juez iba diciendo “guilty” (culpable) ella le iba diciendo al Chapo en su oído que era culpable
La reacción del capo al escuchar el veredicto
En ese momento, su mirada demostró el peso que sentía mientras sus abogados negaban con la cabeza. Ese momento irreversible. Sin embargo, nunca hizo una expresión, un ruido, ni movió su cuerpo; fue su mirada, esa expresión que demostraba el peso del juicio y el silencio sepulcral.
La enigmática Emma Coronel
Hubo otra persona que nunca derramó una lágrima, y esa fue Emma Coronel. Un personaje enigmático que despertó la curiosidad de la gente casi de la misma manera que su esposo.
De ella se cuenta que siempre fue muy hermética, cuidada de lo que decía, seria. Sin embargo, conforme pasó el tiempo, los periodistas la fueron encontrando en los mismos restaurantes y cafeterías a los que ellos acudían. Usaban los mismos pasillos, se encontraban en la fila del baño; se convirtió en un miembro más de la sala. Fue así hasta el punto que al final del juicio se mezcló con la prensa. Alejandra Ibarra recordó esos momentos en los que se saludaban y hablaban sobre el fin de semana.
Se fue incluyendo con nosotros. Se convirtió en una convivencia muy cotidiana ‘hola, cómo estas, cómo estuvo el fin de semana’. En algún momento nos oyó a los periodistas platicar para ir a un sitio a cenar y se acerco a decirnos ‘ah y dónde es la cena’ y obvio no iba a la cena pero ya era una interacción mucho menos rígida
Emma Coronel durante el juicio
Su paso por el tribunal de Nueva York fue cauteloso. Su figura pública, como la esposa del capo más buscado del mundo, la ha convertido en un personaje intrigante del que poco permite saber.
Incluso su participación en el mundo de las drogas es un misterio, pues lo único que se tocó en el juicio fue que la señalaron por ayudar a coordinar el segundo escape de "El Chapo".
En términos personales, la periodista confesó la intriga que causó en ella al ser una mujer mexicana de su edad. "Pienso en lo que vivió, qué la llevó a estar casada con este hombre".
Si algo demostró ante las cámaras, fue ese rol de esposa fiel que siempre apoyó a su marido.
Por qué fue el "juicio del siglo"
¿Por qué escribir sobre "El Chapo"? Ante la interrogante, la periodista asegura que es un tema histórico, un juicio que da a pie a preguntas más profundas.
Es un juicio que significó mucho en términos de justicia tanto para los estadounidenses como para los mexicanos. A nivel nacional, su juicio dio una sensación de justicia, porque la idea general es que de haberse quedado en México no iba a ir a juicio o se iba a volver a fugar.
Sin embargo, es un triunfo agridulce porque en Estados Unidos Guzmán Loera fue juzgado por trafico de cocaína y dejó sin respuesta esa ola de violencia y atropellos a los derechos humanos que México vivió.
Para EEUU es la captura de ese "super villano" que se convirtió en la mayor victoria política del país en los últimos años.
Si algo queda claro, es que su captura no ha detenido el problema del narcotráfico en México. Ibarra Chaoul lo atañe a que en el juicio no se tocó de manera estructural ningún problema de México. Aunque tampoco se hablo de la posible participación de estadounidenses en el tráfico de la droga. De hecho, para la periodista, ellos fueron "los grandes ausentes en el juicio".
Fue uno de los abogados del capo, Jeffrey Lichtman, quien intentó destapar su rol en el crimen organizado. Al llamar al único testigo de la defensa, quien apareció fue el agente que interrogó a uno de los hermanos Cifuentes. Durante su testimonio, dijo que un miembro del FBI se había reunido con el narcotráficante colombiano para entregarle una USB con toda la información que el gobierno de EEUU tenía en su contra. Sin embargo, esto no trascendió.
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Otro gran misterio es lo que motivó a Loera a ir a juicio. Unos dicen que fue su ego, y hay otros que dicen que fue para evidenciar hasta que cúpulas alcanza el tema del narcotráfico y la corrupción en México. En ese sentido, Alejandra alberga dentro de sí la esperanza de que un día el capo colabore y revele lo que hasta hoy sigue siendo un misterio: los grandes miembros del poder que están coludidos con la delincuencia en el país.
Es algo que nadie más que propio capo sabe, pues aunque hubo muchas emociones durante el juicio, fue justo el protagonista el que menos sentimientos demostró. Quizá porque confiaba en sus abogados, o quizá porque como dijo Chaoul, fue un juicio que por momentos se sintió como una puesta en escena.