Unos 100 migrantes africanos y haitianos se volvieron a amotinar este martes en el albergue migratorio temporal de la Feria Mesoamericana, que se ubica en la ciudad de Tapachula, en Chiapas, en demanda de atención médica, alimentación y agilización de trámites migratorios.
Los migrantes intentaron, por tercera ocasión en este mes, escapar de la instalación, una extensión de la estación migratoria Siglo XXI, pero fueron contenidos en la puerta principal por agentes de la Guardia Nacional, del Instituto Nacional de Migración (INM) y de la Policía Federal.
La demanda de los extranjeros es dejar la instalación por el retraso en sus documentos migratorios, por falta de alimentos, y por la escasa atención médica que afecta principalmente a madres y niños.
Un video filtrado a medios el pasado 18 de junio, muestra a una mujer de Haití que en su desesperación, logró esquivar a dos agentes de migración y corrió hacía el portón de entrada para posteriormente acostarse en el suelo y llamar la atención de los reporteros al suplicarles ayuda para ella y su hijo.
Con lágrimas, la mujer describió todas las fallas al interior del albergue y la desesperación de las personas que lo habitan. La mujer aseguró que tenía 10 días en el lugar sin que las autoridades hayan tenido alguna atención con ella o con los demás refugiados. Agregó que la mayoría estaba desesperado por conocer su situación en el país.
En aquella ocasión, los propios agentes confirmaron que algunos migrantes lograron llegar al exterior del inmueble aunque posteriormente fueron devueltos a las instalaciones.
Fuentes anónimas del INM señalaron a la agencia Efe que la situación no fue más que un "alboroto", fruto del nerviosismo que genera estar dentro del centro. Sin embargo, negaron la ausencia de médicos y alimentos.
El Instituto de Migración guarda gran hermetismo sobre la cantidad de migrantes que se encuentran en el centro, sin embargo, se sabe que desde los últimos cuatro meses del 2018 ha habido un incremento en la llegada de migrantes provenientes de la frontera sur.
Ante el aumento del número de migrantes irregulares y de solicitantes de asilo que llegan a Estados Unidos, el presidente Donald Trump amenazó a México con imponer aranceles a todos los productos mexicanos si no hacía algo para poner un freno al flujo migratorio.
Tras una semana de negociaciones en Washington, el 7 de junio se anunció un acuerdo que fija el envío de 6,000 agentes de la Guardia Nacional a la frontera sur a cambio de que EEUU no aumentara los aranceles.
La Guardia Nacional tiene la facultad para detener a todos los migrantes que no tengan documentos.
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El día de ayer, Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Defensa Nacional (Sedena), precisó que en la frontera sur y hasta el Istmo de Tehuantepec ya hay desplegados 2,000 elementos en funciones de la Guardia Nacional y 4,500 de otras unidades del Ejército y la Marina en apoyo al Instituto Nacional de Migración.
Sandoval precisó que cuando los militares realizan la detención de migrantes los ponen "a disposición de las autoridades (migratorias)", las cuales "determinarán lo que se desarrolle en adelante para estos migrantes".