Una niña de 9 años de edad murió en el hospital del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) de Ciudad Madero, Tamaulipas, tras haber ingerido un desparasitante.
De acuerdo con las primeros informes, toda la familia tomó el medicamento como parte del procedimiento de rutina que los médicos recomiendan realizarse cada seis meses a fin de evitar parásitos intestinales.
Según el relato del padre de la menor, todos los miembros de la familia (su esposa y tres hijas) tomaron el desparasitante.
Posteriormente empezaron a desayunar y fue ahí cuando la menor se empezó a sentir mal. Vomitó 5 veces y sus labios se pusieron morados, por lo que la llevaron a una clínica de salud donde la médico en turno le administró medicamento y suero oral.
Según informaron, la menor fue dada de alta y enviada a casa. Pero al cabo de media hora, la menor se desvaneció frente a sus padres al intentar caminar. Segundos después sacó espuma por la boca, por lo que fue trasladada de emergencia al hospital del IMSS.
El médico que la recibió en la sala de urgencias confirmó que la niña ya no contaba con signos vitales. Posteriormente arribó la Procuraduría General de Justicia (PGJ) para llevar a cabo las averiguaciones necesarias. La policía de Tamaulipas abrió una carpeta de investigación.
El desparasitante
El mebendazol, comercializado con distintos nombres, es un fármaco usado para tratar infecciones por parásitos. Es usado en todo el mundo y no está asociado a fallecimientos. Por ello, es importante que las autoridades mexicanas indaguen la causa de muerte de la menor.
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A pesar de que el medicamento no suele ser mortal, los usuarios si suelen presentar dolor abdominal, náusea y diarrea. En algunos casos, la intensidad de las reacciones adversas pueden ser severas, incluyendo urticaria y vómito.
¿Para qué sirve desparacitarse?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda desparasitar a toda la familia por lo menos dos veces al año para mantener el organismo libre de parásitos.
Una persona con parásitos presenta los siguientes síntomas: cansancio, falta de concentración, dolor e inflamación del estómago, diarrea, estreñimiento, gases estomacales y dolor de cabeza. Estas señales suelen ser confundidas con problemas relacionados a la gastritis o colitis.
Además, afectan la concentración, absorben la energía que las personas obtienen de los alimentos y no permiten el adecuado crecimiento de los niños pequeños.
Ante tal situación, se recomienda desparasitarse, cambiar las sábanas, toallas, y ropa de cama. Desinfectar frutas y verduras, lavarse las manos cada vez que uno va al baño y evitar tener agua al aire libre.