La tortilla es uno de los productos base en la dieta alimenticia del mexicano, pero cada vez se consume menos. En los últimos 30 años, el consumo de este alimento cayó 40%, principalmente por la baja en su calidad, de acuerdo con la Fundación Tortilla de Maíz Mexicana.
México es reconocido como centro de origen del maíz, con el cual se hacen las tortillas, y se han identificado 64 razas nativas de este cereal, el 29% del total que hay registradas en Latinoamérica, de acuerdo con Edgar Anderson, investigador estadounidense.
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Distintas asociaciones civiles y representantes de grupos afectados entregaron este martes una carta a las secretarías de Salud y Economía para solicitar la revisión de la Norma de la Tortilla, con la intención de recuperar la calidad de este alimento.
La regulación es uno de los puntos clave para recuperar la calidad nutrimental de la tortilla. La Norma 187 es la encargada de establecer las especificaciones sanitarias y la información comercial a productos y servicios de masa, tortillas, tostadas y harinas preparadas para su elaboración y establecimientos donde se procesan.
Las normas deben revisarse cada cinco años conforme a la ley mexicana. El año pasado tocaba el turno a la Norma 187 para que las secretarías de Salud y Economía la actualizaran. Sin embargo, fue ratificada sin discutir los riesgos a la salud y a la economía de la actual disposición.
La Fundación Tortilla está enfocado en lograr la revisión de los riesgos a la salud por el uso de aditivos, conservadores, blanqueadores y colorantes permitidos en la reglamentación vigente; y, por otro lado, combatir la falta de información para los consumidores.
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En la actualidad se permiten el uso de conservadores que alargan la vida del alimento porque matan los microorganismos para prevenir el deterioro o toxicidad de la comida, pero el exceso de estos agentes dañan la flora intestinal, explicó a Infobae México Rafael Mier, fundador de la Fundación Tortilla.
La norma actual permite utilizar colorantes en la elaboración de masa. "Mucha de la tortilla azul en México está pintada con colorantes y los consumidores no saben", dijo Rafael Mier.
La reglamentación actual también permite utilizar hasta 64 aditivos, de acuerdo a la lista de sustancias permitidas por el gobierno. El problema es que ese listado es muy amplio y su utilización deteriora la calidad del alimento. Por eso buscan establecer límites en todos los ingredientes agregados en masas y tortillas.
En lo referente a la información para el consumidor, la asociación civil está en pugna para elaborar una tipología de tortillas y se etiqueten en función de esos nombres. Rafael Mier aclaró que no es lo mismo una tortilla hecha de maíz puro que de harina industrial o fortificada con algún nutriente, a las que contienen ingredientes diferentes.
Las etiquetas deben detallar los ingredientes que tiene el alimento. El etiquetado adecuado, comenta el fundador de la asociación civil, va a permitir a los consumidores distinguir los diferentes tipos de productos y a los pequeños productores mejores condiciones de competencia, además de establecer precios diferenciados con base en su calidad.
Aunque la regulación y las campañas de información son dos temas diferentes, van de la mano. A los consumidores, de manera adicional, se le debería enseñar la relación entre los tipos de tortillas y sus efectos para la salud. Una guía de la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), serviría para que los compradores aprendan las diferencias e implicaciones.
A la Fundación de la Tortilla le preocupa también el uso del maíz transgénico, por las implicaciones a la salud que supone su consumo, la pérdida de cultura y los golpes económicos al campo mexicano.
Por esa razón, se mandó una copia de la carta entregada a las secretarias de Salud y Economía a sus pares de Agricultura y Desarrollo Rural y Cultura, así como la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés).
Además de la revisión, piden que se establezcan autoridades responsables de vigilar el cumplimiento de la Norma 187 y las sanciones para quienes incumplan con la reglamentación.
Además de la Fundación Tortilla, la carta también está firmada por el Colectivo Alianza por Nuestra Tortilla, grupos de tortilleros, restaurantes, tortillerías, chefs y consumidores.
Si la revisión no se hace antes del 30 de junio, los firmantes tendrán que esperar al próximo años para volver a solicitar la revisión de la Norma. La petición está justificada en el Artículo 4 de la Constitución mexicana sobre la alimentación sana, suficiente y de calidad. El principal alimento del país está perdiendo sus nutrimentos y deteriorando sus propiedades que la hacen superior a las industriales.