De traje, corbata y con zapatos italianos. Si se le juzagse por este aspecto, fácilmente podría pasar por un trabajador común y corriente. Sin embargo, su apodo -"El Licenciado"- es un simple guiño a su apariencia, que solo funcionaba como tapadera de su verdadera identidad.
Su nombre real es Mario Alberto, y las autoridades lo identificaron como el líder de una banda de secuestradores que desde hace más de una década operaba en la parte alta de la alcaldía Tlalpan, al sur de Ciudad de México.
Una investigación realizada por Antonio Nieto, periodista de La Silla Rota, reveló que su banda fue la responsable del secuestro de un empresario el 28 de noviembre de 2017.
Aquella tarde, José Ignacio se dirigía a un restaurante para reunirse con sus familiares cuando de pronto fue privado de su libertad por un grupo de plagiadores. Cinco horas después, su esposa recibió la primera llamada.
"Soy el licenciado Arellano, escuche bien porque tengo secuestrado al señor José", le dijo la voz al otro lado del teléfono.
Según lo asentado en la carpeta de investigación FAS/E/UI-2C/D/1523/11-2017, fueron 17 días los que su familia tardó en negociar con los captores el monto de su rescate. Todo el tiempo se pidieron pruebas de que seguía con vida, pero nunca obtuvieron respuesta.
La familia de José Ignacio nunca lo volvería a ver. Sus captores lo asesinaron a pesar de que se había acordado un monto de 700 mil pesos a cambio de su vida, que incluian unos caballos y un terreno.
Un mes después del secuestro la Fiscalía Anti Secuestros montó un operativo en la zona y logró identificar a dos integrantes. Uno resultó herido durante el enfrentamiento con los oficiales, y el otro fue capturado.
Pasaron 18 meses y la policía seguía sin poder capturar al "Licenciado", el cabecilla de la organización. Sobre él ya pesaba una orden de arresto, pero pasó mucho tiempo sin que hubiesen resultados.
El día de su detención "El Licenciado" se encontraba sentado en uno de los asientos de la Parroquia de Santa Teresita del Niño de Jesús, en la colonia Vista Alegre, Tlalpan.
El cura había oficiado una misa en honor a sus padres fallecidos. Cuando un grupo especial de agentes interrumpió la misa, "El Licenciado" estaba sentado en la fila de enfrente, atento a la ceremonia. Se lo llevaron directamente al Reclusorio Oriente, en donde actualmente se encuentra.